La cara más teatral de Fontanarrosa

Nada de lo que escribió Roberto Fontanarrosa durante su vida estuvo pensado para el teatro. Es más: éste ni siquiera le llamaba la atención. El autor argentino, que murió en 2007 a los 62 años, dejó como legado una infinidad de personajes, historias, novelas, historietas y guiones de cine, pero nunca una obra especialmente pensada para verse representada en las tablas.Sin embargo, la inteligente pluma del escritor y la permeabilidad de sus obras han permitido que algunas de ellas se transformen en espectáculos teatrales, como es el caso de Flor nueva de antiguas risas.

El espectáculo, que se estrenará a partir de mañana en el Teatro Circular a las 21 hs, es una representación de cinco cuentos diferentes de Fontanarrosa sin una conexión clara a simple vista. Sin embargo, al igual que casi toda la obra del autor, estos cuentos están unidos por la representación del lenguaje más coloquial y un humor que escapa de cualquier estratificación predeterminada.

La puesta en escena de la obra está a cargo de Jorge Bolani, ganador de cuatro premios Florencio y que en junio de este año ingresó a la Academia Nacional de Letras. Para Bolani, y para el co-director Eduardo Cervieri, esta es la cuarta vez que llevarán al escenario los textos de "El Negro", como se lo conocía al argentino, ya que en 1993 presentaron en el mismo Teatro Circular la obra Fontanarrisa, espectáculo que comparte con Flor nueva de antiguas risas la característica de ser varios cuentos escenificados en una sola obra.

A ese espectáculo, que fue un éxito entre el público, le siguieron dos más que mantuvieron la misma línea que su predecesor.

Para Bolani, el valor de la obra de Fontanarrosa, alguien a quien conoció y con quien compartió varias charlas personales, reside en su capacidad para captar la oralidad rutinaria de los boliches, de las pensiones o de las salas de estar con una puntería que la convierte en un material base ideal para la representación teatral.

"Tiene ese misterio, esa magia, que va más allá de él. Gran parte de su escritura tiene el magnetismo para captar el lenguaje coloquial que hablamos todos los días y ese es el desafío que a uno lo tienta para convertirlo en un guion de teatro", explicó Bolani a El Observador.

Para captar esa esencia coloquial, Fontanarrosa iba todos los días a un lugar que sería clave para la construcción de su obra: el boliche. Allí, "El Negro" escuchaba a extraños y conocidos hablar sobre sus pesares, sobre sus problemas, sus deseos y sus secretos. En ese lugar se gestaban muchos de los relatos que luego llenarían sus páginas, al igual que funcionó como locación para infinidad de cuentos creados por su pluma.

Justamente, una de las historias que serán representadas en el escenario del Teatro Circular trascurre en un boliche, donde dos hombres ajustan cuentas por un problema de pareja. El resto de los cuentos representados en Flor nueva de antiguas risas transcurren durante la visita de un grupo de muchachos a un amigo enfermo, en una pensión, donde una pareja discute sus problemas; en el living de una familia acomodada, mientras la dueña de casa y su trabajadora doméstica comparten un momento clave mientras suena un radioteatro; y en una comisaría de barrio, lugar en el que se desarrolla un procesamiento insólito.

Para Bolani, el tiempo de transición entre cada representación era clave, y por eso concibió, junto a sus alumnos de la escuela de teatro del Teatro Circular, una serie de enlaces donde estos mismos estudiantes actúan sin palabras, mientras el escenario de fondo se prepara para recibir a el próximo cuento.

Y así, entre boliches, drama, risas y problemas familiares, el teatro uruguayo recibe otro espectáculo de alguien a quien en más de una ocasión manifestó que no le gustaba, pero cuyos textos parecen albergar un elemento coloquial irresistible tanto para los actores y directores como para el público.