La expresidenta argentina,
Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), respaldó a la mandataria suspendida brasileña,
Dilma Rousseff, que atraviesa este martes una jornada decisiva en su juicio de destitución. En una "Carta urgente para la América del Sur", la líder del kirchnerismo advirtió sobre una "estrategia dura y pura" contra los gobiernos "populares" en la región.
Fernández de Kirchner, aliada de Rousseff cuando ambas gobernaban sus respectivos países, hizo público este lunes en las redes sociales un correo electrónico que le envió el expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), a quien definió como "entrañable amigo".
Al término de la carta de Lula, la expresidenta argentina afirmó que "cualquier coincidencia (de lo que ocurre en Brasil) con lo que sucedió y está sucediendo" en Argentina "no es casualidad".
"Es estrategia dura y pura, sobre la región, contra los gobiernos nacionales, populares y democráticos y sobre sus líderes políticos", escribió Fernández de Kirchner.
En la larga carta a su "querida amiga", Lula le informa sobre "la gravísima situación política e institucional que vive Brasil".
Lula afirma que desde la reelección de Rousseff en 2014 los grupos de poder en la oposición "torpedearon de manera sistemática los esfuerzos del gobierno para redefinir la política económica en el sentido de resistir al creciente impacto de la crisis internacional y recuperar el crecimiento sostenible".
"Crearon un clima artificial de callejón sin salida político e institucional, con efectos profundamente dañosos sobre la vida del país", insistió Lula en su misiva en la que califica el proceso de
impeachment contra Rousseff como "insconstitucional y completamente arbitrario".
La dirigente argentina consideró que "se trata de volver al pasado de pobreza y mediocridad para las grandes mayorías en beneficio del inmenso poder económico de unos pocos".
Lula junto a los fallecidos expresidentes argentino Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de Fernández, y Hugo Chávez, en Venezuela, se aliaron en la década pasada con la intención de construir una fuerza contestaria en el escenario internacional. En 2005, frenaron entre los tres el Área de Libre Comercio (ALCA) que promovía el norteamericano George W. Bush.