Opinión > COLUMNA DE HUMOR

La guía del lenguaje inclusivo policial

El Ministerio del Interior presentó lineamientos para que los uniformados no sean sexistas ni discriminadores tanto entre funcionarios como con los ciudadanos
Tiempo de lectura: -'
12 de junio de 2015 a las 05:00

Si hay algo que todos le estamos reclamando hace tiempo a la policía es que utilice lenguaje inclusivo. Todos los días vemos en los noticieros gente que le pide por favor a las fuerzas policiales que no use términos sexistas. Por más que algunos digan que es una sensación térmica, el reclamo popular por una policía con lenguaje inclusivo se hace sentir.

El manual, de casi 60 páginas, es una guía para que el funcionariado se exprese correctamente y no someta a parte de la gente a condiciones de invisibilidad. Las intenciones son buenas, pero como siempre, las buenas intenciones rara vez conducen a buenos destinos.

Si usted tenía que pasar cinco horas en una comisaría mientras el tomaban declaraciones, ahora le llevará por lo menos el doble, ya que de aquí en más deberán anotar que, por ejemplo, usted se cruzó con un grupo de niños y niñas, siendo más adelante agredido por un desconocido o desconocida, etc. Se perderá tiempo, es cierto, pero nadie podrá decir que se siente dejado de lado en los partes policiales.

De todos modos, supongo que existirá cierta flexibilidad en algunos casos, como en un naufragio, por ejemplo. Si el barco se hunde no parece conveniente anunciar que los niños, las niñas, las mujeres, la población trans y los y las personas mayores de sesenta años deben desembarcar primero, porque cuando uno termina de decirlo, la nave se fue a pique hace rato. Habrá notado el atento lector lo de "personas mayores de sesenta años"; es que parece que resulta discriminatorio decir "adulto mayor", algo que hasta hace muy poco no lo era y se usaba para no decir "viejo". Es increíble con qué velocidad se vuelve discriminador el lenguaje.

Tampoco sería conveniente plantarse frente a la guarida de un grupo de delincuentes y gritar algo como: "¡Están todos y todas detenidos y detenidas, somos las y los policías!". Será muy inclusivo, pero no creo que en situaciones como esta a las delincuentes les interese mucho perder su invisibilidad sino todo lo contrario. En ciertos casos no es necesario ser tan amable.

La guía está llena de citas y fragmentos de obras escritas por expertos en la materia, como Butler, Fairclough, Narvaja de Arnoux, Volóshinov y Van Dijk, entre otros. De más está decir que para los y las agentes que ingresaron al Ministerio del Interior con el requisito de solo haber aprobado primer año de secundaria, estos deben ser autores más que conocidos, y no debe existir ni un policía en todo el territorio nacional que no haya leído, al menos un par de veces, El marxismo y la filosofía del lenguaje, del lingüista ruso Valentín Nikoláievich Volóshinov.

Por si alguien no entiende la teoría, el manual incluye decenas de ejemplos prácticos y un interesante glosario que muestra el femenino y masculino de distintas palabras de uso aparentemente común para el cuerpo policial.

Entre los ejemplos prácticos se expone que en los partes no debe escribirse "un hombre vestido de mujer" sino "una mujer trans". Pero supongamos que se lleva a cabo una redada durante una fiesta de disfraces, a usted amigo lector, decidió dar la nota vistiéndose de Princesita. Claramente es un hombre vestido de mujer, pero para la policía se trata de una mujer trans y por más que grite, patalee, y llame al mejor abogado, no tendrá más remedio que cambiar su sexualidad, en tanto existe un manual que deja las cosas bien claras.

El glosario resulta también interesante. Confieso que desconozco profundamente el trabajo policial, pero no sé qué tan seguido se encontrarán los agentes con astrofísicos, dialectólogos y radaristas, pero si lo hacen, al menos cuentan con una guía que les explica cómo se escribe el femenino. Lo que resulta un poco curioso es que aparezca el femenino de arzobispo.

Y lo que es aun más extraño, es que en este detallado glosario no aparezca la palabra más utilizada por los policías para referirse a nosotros, los ciudadanos: pichaje. ¿Lo correcto será decir los pichis y las pichis, la ciudadanía pichi, o los y las ciudadanas en condición de pichiedad? La respuesta no aparece en este manual, pero será lo primero que pregunte cuando me cruce con un o una policía.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...