Tras presentarse en el Museo Vaticano y el Museo Etnológico de Hamburgo, la primera muestra arqueológica itinerante del país continuará su gira europea en España. "Uruguay en
guaraní. Presencia indígena misionera" abre hoy en el Museo Valenciano de Etnología de la Comunidad Valenciana (Muvaet).
Esta exhibición condensa la labor de 20 años realizados por la arqueóloga Carmen Curbelo y su equipo, y fue producida por el Museo de
Arte Precolombino e Indígena (MAPI). La muestra está motivada por la intención de revelar que Uruguay no solo lleva en su nombre la herencia guaraní, sino que la población indígena tuvo injerencia en el territorio a través de las Misiones Jesuíticas de Guaraníes. Con la curaduría de Luis Bergatta, los objetos seleccionados vienen de varias partes de Uruguay, tanto de museos e instituciones como de colecciones privadas.
Por ejemplo, la colección cuenta con imágenes religiosas talladas en madera del siglo XVII y XVIII, prestadas de lugares como el Obispado de Tacuarembó o la Capilla Nuestra Señora de Belén, así como también objetos de la vida cotidiana, como monedas, fragmentos de vasos de vidrios traídos desde Europa, cuencos, morteros y mates, estos últimos, testimonios de la presencia de indígenas misioneros en el país.
Para la inauguración de la muestra en Valencia, viajaron el director del MAPI, Facundo de Almeida, así como también Bergatta y Curbelo, que ofrecerá allí una conferencia.
Los pueblos jesuitas
Según detalla la muestra en su catálogo, los llamados "pueblos de indios" aparecieron en América desde el siglo XVI con la intención de evangelizar a los indígenas americanos. Las Misiones Jesuíticas de Guaraníes estaban a cargo de la Compañía de Jesús (o Jesuitas), que se expandió en un territorio que hoy incluye Brasil, Paraguay, Argentina y el norte uruguayo. Se trataba más que nada de zonas selváticas sobre los márgenes de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. En su momento más próspero, las Misiones eran 30 con una población aproximada de 141.000 indígenas. Asimismo, alcanzaron cierta autosustentabilidad, gracias a la explotación ganadera y el cultivo de yerba mate, que les permitía autonomía de las capitales coloniales.
En 1768 las Misiones Jesuíticas fueron expulsadas del continente americano, y sin su apoyo los pueblos terminaron desapareciendo.