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La identidad armenia como un juego

Montevideo fue la sede de la Olimpíada Sudamericana Interliga 2014, con gran éxito y concurrencia
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11 de julio de 2014 a las 19:17

El tavli es un juego de mesa de origen armenio, con características similares al backgammon. Esta palabra nos traslada a tierras lejanas, exóticas, pero los que juegan al tavli están en Montevideo.

La escena sucede en la sede de la UGAB (Unión General Armenia de Beneficencia), donde se llevó a cabo la 34ª Olimpíada Sudamericana Armenia 2014. Más allá de la competencia deportiva, este evento busca mantener la unidad e identidad de la diáspora.

Al llegar al Complejo Deportivo nos recibe un estandarte con un gran cartel que dice “Bienvenidos”, hecho de cuerdas y madera. Se trata de una pequeña pista que revela el festejo que se vive dentro.

Muchos jóvenes desfilan por el lugar, ríen y comentan acerca de los partidos que, en varias disciplinas, han visto y disputado. La cancha central está vestida de fiesta. Una gran bandera con los colores de Armenia abraza una pared. Las gradas están repletas de jóvenes de diferentes partes de la región. Montevideo es el punto de encuentro de chicos de tres naciones diferentes que llevan en su sangre a Armenia.

En la sala Cristal, totalmente decorada para la ocasión, un memorial muestra la historia de las olimpíadas en Montevideo (fotografías, vinilos, copas y camisetas). En la cantina, rodeado de mesas, livings, tablas de ping-pong y una pantalla gigante que reproduce en vivo lo que sucede en la cancha central, están María Quintana Apardian y Ari Chamlian, entre muchas personas más, esperando para comenzar la entrevista. Ellos forman parte de la Liga de Jóvenes que organizó este evento en nuestro país.

“Es un encuentro social”, dice Chamlian. “El deporte es la excusa para reunir a jóvenes descendientes de armenios de distintos países de la región. La idea es compartir momentos, conocerse, hacer amigos y confraternizar. Buscamos crear lazos sociales”, afirma Quintana.

“Se apunta a crear una red de jóvenes armenios que están dispersos, en este caso, por Sudamérica. Esto está ligado a la institución matriz, que es la que conglomera todo AGBU (por sus siglas en inglés). Esta es una organización sin fines de lucro, la más grande de la colectividad Armenia internacional”, argumenta Chamlian.

Las olimpíadas se desarrollan desde el 8 al 12 de julio y, los países que participaron fueron Brasil, específicamente San Pablo, y Argentina, con Córdoba y Buenos Aires –Rosario iba a concurrir también pero no pudo hacerlo. Esta actividad se realiza todos los años, y la sede va rotando.

“La idea es que asista toda persona que quiera. Usamos este medio para que vengan jóvenes armenios a confraternizar. En este caso, la UGAB es el medio, pero está abierto para que vengan todos los jóvenes que quieran”, agrega Chamlian.

Las olimpíadas tienen una magia especial. Marcan la historia de vida de personas, que, como estos jóvenes, también han participado años atrás. “La olimpíada trae consigo un grupo de gente y eso es lo que también genera ambiente. Hay personas que compartieron un partido hace 20 o 30 años, y cuando vuelven ven a sus hijos participando con los hijos de aquellas personas con quienes compitieron. Es la mística de la olimpíada”, dice Chamlian.

A su vez, Quintana comenta que lo importante de este evento es que arraiga su cultura. “Como institución es mucho trabajo, ya que en mi caso soy la cuarta generación de descendientes. En otros países como Estados Unidos existe un flujo de inmigración mucho más grande. Nosotros venimos de nuestros abuelos y bisabuelos; y seguimos manteniendo lo que son las costumbres y tradiciones, pero, claro, es muy difícil porque ya estamos completamente integrados a la sociedad uruguaya. Sin embargo, seguimos en contacto con nuestras raíces”.

Fueron siete las disciplinas que se disputaron este año: futbol sala mayores y juveniles, vóleibol femenino, tenis de mesa masculino y femenino, tavli y ajedrez. Hay un límite de edad para participar y es hasta los 35 años, no existiendo un mínimo.

La filial organizadora es la encargada de entregar los premios. Pero este año, para Uruguay, la máxima es la copa general, que fue presentada en la inauguración de los juegos con un acto muy emotivo. El trofeo tiene un valor simbólico muy importante, porque lleva el nombre de Facundo Boghossian, un joven deportista que falleció este año y era parte muy significativa del grupo y de la institución.

En la inauguración estuvieron presentes integrantes de la colectividad, el arzobispo de la iglesia Armenia, Hagop Kelendjian, el cual dio la bendición, el cónsul honorario de la República de Armenia, Ruben Aprahamian, entre otras autoridades.

Este año, se dio un caso particular: el presidente de la República Armenia, Serzh Sargsián, que estuvo de visita de Estado en Uruguay, se acercó hasta donde estaban los competidores almorzando y dialogó con ellos.

Hoy, a partir de la hora 12, en Agraciada 2850 (colegio Nubarian) culmina esta actividad cultural y deportiva. En estos cinco días, 130 personas crecieron y aprendieron, rodeados de una comunidad que los cuida y los mantiene unidos. Las ganas de estos jóvenes de encontrar su lugar de pertenencia, mostrándose como miembros de una colectividad que sigue viva, continuará por muchos años más, ya que las olimpíadas mantienen su identidad. La identidad de ser armenio.

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