La izquierda se debate entre un frente sindical y otro político

El comunista Juan Castillo se ha convertido en una de las más eficaces personalizaciones de la existencia de la lucha entre un frente sindical y un frente político que tironea a algunos de los principales representantes del tercer gobierno de la izquierda uruguaya, y que está generando una brecha en el oficialismo.

En los últimos días, Castillo, un exsindicalista portuario de larga militancia en el PIT-CNT que asumió como director Nacional de Trabajo, debió escuchar cómo los gremialistas de la enseñanza lo señalaban directamente con el dedo debido a la declaración de esencialidad educativa. "Castillo, traidor, ahora sos patrón", le gritaron, entre otras cosas.

Castillo sintió que su doble condición de exsindicalista y de oficialista le generaba un conflicto de intereses y, tras poner su cargo a disposición, le pidió a sus compañeros del Partido Comunista que decidieran su futuro en el gobierno.

"Quiero estar tranquilo conmigo mismo para poder caminar con la frente en alto, y no como ya sucedió en una manifestación en el MTSS (Ministerio de Trabajo), que cantaban contra mí, me decían traidor.

Es muy fuerte. Cala muy profundo hasta los huesos. Yo no soy traidor, yo luché por los trabajadores", declaró Castillo a una radio argentina. Al igual que los comunistas, los dirigentes y legisladores del Movimiento de Participación Popular (MPP) o del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), mayormente, sienten que algunas decisiones del gobierno chocan contra los intereses de sus militantes sindicales.

Y allí se produce una brecha entre el frente sindical y el político que amenaza con complicar la marcha del oficialismo frenteamplista.

En el asunto del decreto de esencialidad para el área de la educación esa situación quedó en evidencia. El MPP, los comunistas y el PVP se opusieron públicamente a una decisión que acota el poder de sindicatos en los que estos sectores suelen ser mayoría, gracias a su mayor capacidad de militancia.

En el caso del PVP, su brazo sindical ha jugado tal vez un rol más activo que su único representante en el Parlamento, el diputado Luis Puig.

Por ejemplo, en un reciente documento el Frente Sindical León Duarte propuso aumentar los gravámenes al capital puesto que "llevan diez años de grandes ganancias y pagan muy pocos impuestos".

También opinó sobre la situación en el área de la enseñanza. Así, el PVP consideró que "los sectores populares precisan que mejore la educación pública" y para lograrlo "se precisan más locales, más maestros y profesores y mejores remuneraciones".

Los sindicalistas más cercanos a las corrientes moderadas de la izquierda como el Frente Líber Seregni se agrupan mayormente en el frente denominado Articulación. A esa corriente pertenece el actual presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira.

No obstante, la mayoría del Secretariado Ejecutivo de la central sindical está en manos de dirigentes sindicales de filiación comunista como Marcelo Abdala (Metalúrgico), Daniel Diverio (Construcción) o Gabriel Molina (Sutel).

En tanto, en el MPP admiten que, pese a tener la mayor presencia parlamentaria de la izquierda, no han logrado una representación proporcional en la conducción de los sindicatos.

En estos días en los que el Parlamento se apresta a tratar el Presupuesto, los gremios hacen jugar su peso para conseguir una mayor atención del gobierno.