Charlie Sheen fue el último famoso en reconocer que es portador del virus VIH, luego de que este martes lo admitiera en el programa televisivo Today, cuatro años después de conocer su condición.
Su anuncio se une al de muchos otros famosos que reconocieron públicamente su enfermedad y contribuyeron a acabar con el tabú que la rodeaba.
El primero en romper ese tabú fue el galán de cine Rock Hudson, hace 30 años, cuando reconoció públicamente que un año antes le habían diagnosticado ser portador del virus y haber desarrollado la enfermedad. Se convirtió en el primer símbolo de lucha contra esta enfermedad.
Era 1985 y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) empezaba a ser un problema de alcance mundial por su alta tasa de contagio y de mortalidad, debido a la falta de medicamentos eficaces, pero por su origen incierto, el silencio se imponía para hablar de la enfermedad.
El anuncio de Hudson, que moriría apenas unos meses después de hacerse pública su enfermedad -el 2 de octubre de 1985- y sus últimas imágenes, en las que aparecía demacrado, hicieron más por la concientización pública que cualquier iniciativa gubernamental.
Fue un momento de inflexión a partir del cual la gente empezó a darse cuenta del enorme peligro de contagio de un virus que hasta entonces se creía limitado a poblaciones marginales.
El filósofo y escritor, conocido por sus estudios sobre varias instituciones sociales, autor de libros como Yo, Pierre Rivere o Vigilar y castigar, Michel Foucault falleció en 1984 por culpa del sida, enfermedad que pudo contraer en un baño turco frecuentado por homosexuales, en California, según El País de Madrid.
El jugador de básquetbol Earvin "Magic" Johnson, toda una leyenda de la NBA, reconoció en noviembre de 1991 que tenía el VIH pero que no había desarrollado la enfermedad.
Johnson se retiró del baloncesto y decidió consagrar su vida a luchar contra esta enfermedad, como parte de la Comisión Nacional de Estados Unidos sobre el Sida, escribiendo libros y aprovechando cada oportunidad para concienciar de la importancia de la prevención, protección y detección.
Tras reconocer que era portador, las pruebas de detección del sida se dispararon en Estados Unidos, con un aumento en las primeras semanas de hasta el 60 por ciento.
El jugador regresó brevemente a las canchas, en la pretemporada de 1992-93, pero decidió retirarse definitivamente sin llegar a participar en partidos oficiales.
También en 1991 hubo otro caso muy conocido, el del cantante británico Freddie Mercury, líder del grupo Queen, fallecido a los 45 años.
Mercury anunció en un comunicado que tenía Sida el 23 de noviembre y falleció a consecuencia de la enfermedad tan solo un día después, cinco años después de que le hubieran diagnosticado la misma.
En aquel momento la lista de famosos fallecidos por el virus ya empezaba a ser larga.
En enero de 1993, otro fallecimiento destacado, el de uno de los más grandes bailarines de la historia, el ruso Rudolf Nureyev, que padecía Sida desde 1984. Cuando el sida apareció alrededor de 1982, Nureyev, al igual que muchos otros homosexuales, ignoró la seriedad de la enfermedad. Durante varios años simplemente negó que tuviese ningún problema con su salud. Cuando, alrededor de 1990, su enfermedad era evidente, dijo que se debía a otros problemas de salud y se negó a aceptar los tratamientos entonces disponibles.
Un mes después, el tenista estadounidense Arthur Ashe, primer deportista negro ganador del torneo de Wimblendon. En 1988, descubrió que había adquirido sida a través de transfusiones que se le realizaron durante su operación de corazón. Decidió no reportarlo a la prensa hasta que en 1992, cuando los rumores indicaban que el diario USA Today iba por publicar una historia sobre su condición. En su último año de vida, Arhur hizo mucho para llamar la atención de los portadores de VIH en el mundo.
El reconocido cantante de salsa puertorriqueño, cuya personalidad, estilo y cualidades de su voz lo llevaron a una exitosa carrera artística en todo el ámbito de la música latina y salsera durante los años 1970 y 1980, también padeció la enfermedad.
Murió de SIDA en 1993, cinco años después de haber sido diagnosticado, en una época en que todavía no existían los retrovirales, y que por lo tanto convertía el contagio en una garantía de fallecimiento en la mayoría de los casos.
Y dentro del deporte, otra caso de sida fue el del doble campeón olímpico de salto Greg Louganis, quien anunció en 1995 que era portador de la enfermedad. Lo dijo siete años después de haber participado en los juegos de Seúl, en los que tuvo un accidente, se golpeó la cabeza y sangró abundantemente en la piscina.
Otro fallecimiento que sorprendió fue el del escritor Isaac Asimov, el gran divulgador de la literatura científica. Lo que llama la atención en su caso es que murió en 1992 pero pasaron 10 años hasta que su viuda reconoció que había sido por el Sida, contraído en una operación quirúrgica.
Una larga lista de rostros conocidos fallecidos por una enfermedad que ya ha acabado con la vida de alrededor de 39 millones de personas y cuyo virus portan en la actualidad 35 millones, según los datos de ONU-SIDA.
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