El jardín de bronce, la nueva búsqueda de HBO

Epitafios, estrenada en HBO en 2004 y protagonizada por Julio Chávez y Cecilia Roth, sentó un precedente importante en la ficción latinoamericana. Por primera vez, la cadena internacional ponía sus recursos al servicio de la producción en el continente y lanzaba una serie que, aunque duró solo dos temporadas, se convirtió en un producto exitoso dentro de la programación del canal. Casi 10 años después del final de Epitafios, HBO vuelve a reunirse con la productora Pol-Ka para crear El jardín de bronce, una nueva apuesta televisiva que se estrenará este domingo 25 de junio en el cable y su servicio de streaming (HBO Go).

La serie, que se basa en la novela homónima escrita por Gustavo Malajovich, será adaptada parcialmente en una temporada de ocho capítulos, con la posibilidad de expandir la historia a nuevas entregas posteriores. La historia de El jardín de bronce es similar en argumento a otras series de género criminal: la desaparición de una niña en misteriosas circunstancias impulsará la búsqueda desesperada de un padre en la ciudad de Buenos Aires, mientras la policía intenta aclarar la ausencia.

La serie propone un manejo del tiempo flexible que la aleja de producciones similares, así como un diseño de producción de calidad y un elenco que incluye a Joaquín Furriel, Julieta Zylberberg, Luis Luque, Daniel Fanego, Gerardo Romano y Norma Aleandro.

En un evento en Buenos Aires donde se proyectó el primer capítulo de la serie, El Observador pudo conversar con algunos de los protagonistas de la serie y con el autor del libro original, que en esta producción también ofició de guionista.

"El atractivo que tenía El jardín de bronce para mí en lo interpretativo era la posibilidad de trabajar con un personaje que implosiona. Todo lo que le va pasando en la historia ahonda y lo lleva a zonas de muchísima intimidad y complejidad interna. Es un personaje al que le toca un gran viaje, un gran recorrido y fue muy interesante de desarrollar", comentó Joaquín Furriel, principal protagonista, encargado de interpretar a Fabián Danubio, padre de la niña desaparecida.

Conocido por sus papeles en telenovelas y películas como El faro de las orcas y El patrón: radiografía de un crimen, Furriel se sintió atraído por el proyecto inmediatamente, luego de ver las dimensiones de la producción que se estaba poniendo en marcha para contar la historia."Hasta ahora, no hubo una serie en Argentina que tuviera el nivel de producción de El jardín de bronce", dijo Furriel.

El actor aseguró, además, que la adaptación de la novela en una serie de ocho capítulos fue la mejor decisión, porque de esa manera se evitó sacrificar algunas de las historias que aparecen en la producción.

Sin embargo, Gustavo Malajovich, guionista de la serie y autor del libro, aseguró que sí se debió hacer una "readaptación" según las normas que implica la creación de un guion de televisión, algo en lo que tiene vasta experiencia, ya que por muchos años fue guionista y escribió, entre otras cosas, el material base para Los simuladores, otro de los éxitos de la televisión del otro lado del Río de la Plata.

"Cuando encaré la novela venía de muchos años de trabajar como guionista para la tele, y surgió una voz literaria propia que no conocía. Era la primera vez que incursionaba en el género literario y fue una experiencia extraordinaria. Cuando vino la otra fase, la de volver al guion, fue como volver a casa después de dar un paseo diferente", explicó Malajovich.

La serie incluye una diversidad de personajes importante, que son interpretados por un elenco que abarca grandes nombres de la actuación argentina, como Gerardo Romano o Norma Aleandro, y caras más jóvenes, como la actriz Julieta Zylberberg.


"Fue como combinar los tiempos de una serie para la televisión con tiempos cinematográficos, y eso se notó en todos los niveles, como en hacer ocho episodios en cuatro meses, algo que no tiene nada que ver con lo que regularmente se hace en Argentina", subrayó la actriz, que interpreta a una de las aliadas del personaje de Furriel en la policía.

"Es la primera gran serie argentina en esta nueva época en la que el streaming es muy importante, y con la que vamos a tener la posibilidad de llegar a mucha gente en todo el mundo. Fue un gran desafío", concluyó Furriel.

El atractivo de un género que no muere

Todos los involucrados en El jardín de bronce coinciden en que el género policial o criminal es uno de los más atractivos para el espectador. Para Malajovich, "es uno de los pocos géneros que no envejece". "El investigador en contraposición con ciertas organizaciones legales, policiales y la opinión pública tiene mucha fuerza dramática. En el género se dan siempre esas luchas y me parece que el público sigue identificado con ellas, con esa ansia de justicia", explicó. "El móvil que genera la historia es tremendo. Uno acompaña al protagonista mientras resuelve uno de los mayores dramas de la vida", dijo, por su parte, Zylberberg.

Una producción cuidada con un ritmo atractivo

Es difícil evaluar si una serie será buena, mala o regular mirando solamente su primer capítulo. Sin embargo, uno puede identificar ciertas características que le permiten, aunque sea, especular sobre el posterior desarrollo. En el caso de El jardín de bronce, su episodio piloto deja preparadas varias piezas de cara a un juego que se anticipa como interesante y tentador para aquellos que gusten de las historias policiales bien desarrolladas.

La trama, aparentemente sencilla, es efectiva: Fabián Danubio es un arquitecto que no está muy contento ni con su trabajo ni con su matrimonio, pero sí con su hija, a quien adora y protege continuamente. Sin embargo, un día desaparece junto a su niñera y la única pista que tiene Fabián sobre su paradero es una misteriosa frase que la propia niña menciona días antes de desaparecer: "Vino el hombre del jardín de bronce".

En medio de la desesperación que rodea a la familia, Fabián tratará de atar cabos y colaborar con un departamento de policía manejado por intereses externos al caso, mientras el tiempo pasa inexorablemente.


En ese sentido, uno de los elementos que más se destacan del primer episodio es el ritmo con el que se abordan los acontecimientos y la manera en la que el tiempo incide en las actitudes de los personajes. Mientras que el matrimonio Danubio se hunde en la desesperación, el departamento encargado de la búsqueda cuenta los días de ausencia con estupor frente a la falta de pistas.

Como explicaron los protagonistas en la rueda de prensa, la ciudad de Buenos Aires también juega un papel importante y desde el primer capítulo queda claro que hay varios niveles de la metrópolis que incidirán en la historia de la desaparición de Moira. Por ejemplo, la trata de blancas, una amenaza urbana latente que sirve de trasfondo para la serie.

Desde el punto de vista estético, la posibilidad de rodar en alta calidad permite que los escenarios se vean especialmente cuidados y algo amenazantes al estar iluminados en tonalidades opacas.

El jardín de bronce, entonces, surge como una producción estéticamente de calidad, cuyo argumento promete enganchar tanto a los espectadores que disfrutaron del suspenso de Epitafios hace años como a aquellos nuevos televidentes ávidos de propuestas policiales.

Los personajes

Fabián Danubio (Joaquín Furriel)
Es el principal protagonista de la serie. Es un arquitecto con problemas de pareja, que desciende a los infiernos cuando su única hija desaparece sin dejar rastro.

César Doberti (Luis Luque)
Es un particular detective de casos pequeños que se apasiona con el de Moira y se convierte en uno de los aliados más fuertes del padre en su búsqueda.

Lidia Blanco (Julieta Zylberberg)
Recientemente ingresada en el cuerpo de búsqueda de Buenos Aires, deberá enfrentarse a un ambiente policial con intereses dudosos y dominado por hombres.

Doris (Norma Aleandro)
Es el único familiar de su esposa que Fabián conoce y siempre se encuentra cerca de la familia, aunque no siempre sea bienvenida.