Economía y Empresas > El otro canal

La ola digital lleva al replanteo de varios negocios

Entre discusiones por su regulación, emprendimientos basados en las nuevas tecnologías van invadiendo los mercados y los obligan a adaptarse al nuevo escenario
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11 de marzo de 2017 a las 05:00

Ya hace un tiempo que la palabra Uber dejó de referirse únicamente a la aplicación de transporte de pasajeros, para transformarse en una auténtica metáfora del avance de la innovación tecnológica en la economía mundial; en ese lugar común al que gobernantes, analistas, empresarios y trabajadores apelan a la hora de hablar de los cambios en el mercado laboral.

Así fue que Airbnb pasó a ser "el Uber del alojamiento"; las fintech se convirtieron en "los Uber del sistema financiero"; el comercio electrónico se volvió "el Uber de las tiendas minoristas". Quizás haya sido el publicista Álvaro Moré quien lo definió mejor que nadie cuando dijo que "a todos nos llegará nuestro Uber".

Cada vez más emprendimientos basados en tecnologías de la información irrumpen en distintos sectores de la economía. Así, a distinto ritmo y con diferentes niveles de resistencia, los mercados se ven obligados a aceptar nuevos inquilinos.

Motivo de discusión

Marcelo Montado, presidente de la Cámara de Economía Digital del Uruguay (CEDU), afirma que el efecto más fuerte de la llegada de Uber al país fue que la economía colaborativa pasó a formar parte de la agenda. "Nos hizo darnos cuenta que, como cantaban Los Redondos, el futuro ya llegó".

Esa sensación es unánime en los protagonistas de los sectores más sacudidos por las nuevas tecnologías. Frases como "no podemos tapar el sol con un dedo" o "esto llegó para quedarse" fueron recurrentes en las sucesivas conversaciones que mantuvo El Observador con empresarios, trabajadores y representantes de distintos rubros de la economía.

Montado destacó que, en realidad, las innovaciones se dan más en los modelos de negocios y no tanto en las tecnologías. "Lo que pasa es que estábamos usando la tecnología para lo mismo de siempre, y ahora se usa para cosas nuevas de verdad", afirmó.

La regulación

Un aspecto casi hegemónico en la discusión de las tecnologías disruptivas ha sido su regulación. La Cámara de Diputados ya dio media sanción al proyecto presentado por el Poder Ejecutivo que busca regular las aplicaciones.

Según el economista Leandro Zipitría, hay que tener cuidado al comparar un sector con otro. "No es lo mismo llevar pasajeros que manejar la plata de la gente", y por eso la regulación tiene que atender las particularidades de cada mercado.

Para Zipitría, en algunos casos hay que "barajar y dar de nuevo", y no pegar regulaciones nuevas sobre normas arcaicas. Montado, por su parte, se mostró preocupado con "el espíritu" del proyecto del gobierno. Según el presidente de CEDU, las primeras leyes ya hablan de "restricción", y esa no debería ser la filosofía de una ley que –a su juicio– podría apuntalar al país como faro de innovación.


TRANSPORTE PÚBLICO

El transporte fue el primer sector visiblemente trastocado por las tecnologías de la información. Incluso previo a la irrupción de Uber en el mercado, los taxistas ya habían plantado pelea contra Easy Taxi, que venía a acabar con las teleoperadoras.

Esa disputa se saldó a mediados de 2014 con la implementación de Voy En Taxi, una aplicación autóctona con la que la Patronal le competiría a la extranjera. Un año después, la multinacional Uber, que ya se había instalado –no sin polémica– en más de 50 países, anunció que desembarcaría en Uruguay. La Patronal del Taxi empezó a advertir sobre los daños que provocaría su irrupción en el mercado local.

La puesta en marcha de la aplicación estuvo precedida por reclamos gremiales, declaraciones de las autoridades reafirmando que no dejarían que una empresa pasara por encima de la legislación uruguaya, y una inédita maniobra de Óscar Dourado, directivo histórico de la gremial del taxi, que registró el nombre y la marca Uber a nombre de la Patronal.

Lo cierto es que finalmente Uber comenzó a funcionar en noviembre de 2015 y sigue operando hasta el día de hoy, a pesar de la continua polémica en torno a su legalidad.

Tras los pasos de la empresa estadounidense aparecieron otros competidores y, en cuestión de meses, Uber, Easy Go y Cabify estaban ofreciendo alternativas a un mercado históricamente dominado por la familia del taxi.

En cuanto a la regulación, desde el pasado 1° de marzo los trabajadores de esas aplicaciones de transporte están obligados a contar con libreta profesional.

Además, el Ministerio de Economía aprobó el mes pasado un decreto que establece el régimen tributario para esas aplicaciones.

El texto normativo exige a las plataformas el pago del Impuesto a la Renta (IRAE o IRNR según corresponda) y el 10% de IVA aplicado a los beneficios obtenidos por la comisión que cobra la aplicación.

Por último, se dispone que los choferes de aplicaciones estén registrados como pequeñas empresas.

Mientras que Easy Taxi y Cabify aceptaron ese punto, Uber insiste en que los conductores paguen por monotributo, algo rechazado por el Poder Ejecutivo porque no cubre la seguridad social de los trabajadores.


COMERCIO

El rubro comercio –en toda su amplitud– también se ha visto transformado por la innovación tecnológica, no tanto a través de la economía colaborativa, sino a partir de novedades en los canales de distribución y de venta.

Según el presidente de CEDU, Marcelo Montado, la tecnología ha provocado un acortamiento de las distancias entre el productor y el consumidor final, reformulando el concepto tradicional de la cadena de distribución. El último ejemplo en una larga lista de iniciativas de este tipo lo dio la empresa Bimbo, que inauguró una plataforma de comercio electrónico a través de la cual los clientes pueden comprar productos especiales y los reciben en las siguientes 48 horas.

El emprendimiento, bautizado "Momentos Bimbo", enfureció a la gremial de comercio minorista Cambadu que lo tomó como una acción "intolerable". En la última edición de publicación mensual, advirtió que "una empresa tiene mucho para ganar con nosotros y mucho para perder si toma actitudes inamistosas".

Para Montado, iniciativas como la de Bimbo serán cada vez más comunes, sobre todo para vender productos de nicho. "A veces una empresa quiere sacar un producto muy específico y no le vale la pena ofrecerlo a través de los canales tradicionales", afirmó. Como dos caras de una misma moneda, Montado sostuvo que la reacción de Cambadu es lógica, y agregó que es entendible que ciertos sectores intenten defender sus intereses cuando alguien ajeno pretende alterar las reglas de juego. "Se da una pelea entre lo tradicional y lo que viene a desplazarlo", resumió.

ALOJAMIENTO

El buen desempeño del sector turístico en los últimos años –con récord de visitantes extranjeros en 2016 y un auspicioso comienzo en 2017– contentó a las autoridades del gobierno pero no despertó demasiadas alegrías en los empresarios del sector inmobiliario y hotelero.

Es que esas cifras que repite con satisfacción el Ministerio de Turismo no tienen su correlato en los números del rubro alojamiento. Como si se hubieran desvanecido en el aire, cientos de miles de personas que entraron y salieron del país no aparecen en los registros. Una razón lo explica todo: el continuo auge de los alquileres por vía de plataformas digitales.

"Al alquiler no le fue bien, porque nada pasa por el sector formal", dijo a El Observador Andrés Jafif, directivo de Adipe-Cidem.

Servicios que funcionan por internet como Airbnb, Booking o el propio Mercado Libre están atrayendo clientes que antes iban a parar a inmobiliarias u hoteles.

La historia se repite caso a caso. Cansados de competir contra emprendimientos informales que no pagan impuestos, varios empresarios cerraron sus inmobiliarias.
"El tema es que el que cierra el negocio no se va a su casa a no hacer nada. Se dedica a lo mismo pero desde la informalidad", aseguró Jafif, quien contó alrededor de 70 inmobiliarias que cerraron en el último año.

Sin la carga tributaria de las empresas debidamente registradas, los precios finales se reducen drásticamente y se vuelven muy atractivos para el turista. Jafif reconoce que es algo que "llegó para quedarse", y afirma que el único reclamo de los inmobiliarios es que los nuevos emprendimiento compitan lealmente. "Nosotros queremos que se queden, pero que lo hagan en igualdad de condiciones", remató.

SISTEMA FINANCIERO

El financiero es un mercado que ha asumido estos cambios de forma más armónica. La innovación viene de la mano de las fintech, emprendimientos tecnológicos que conectan prestamistas con personas que precisan dinero para una inversión.

Según los especialistas consultados por El Observador, esa mayor naturalidad para convivir con la innovación se debe a que es un sector históricamente cambiante, tanto mundialmente como en nuestro país. "Uruguay tiene una historia de innovación por fuera del sector bancario importante", dijo a El Observador el socio de CPA Ferrere, Bruno Gili.

Según Gili, la aparición de nuevos protagonistas es algo positivo, pues fomenta la competencia y obliga a las empresas más consolidadas a mejorar sus servicios. Las Fintech se basan en el abaratamiento de la obtención de la información de los clientes. Eso rompe con la "asimetría de información" sobre la cual se constituyó el sistema bancario.

Según explica Gili, esa asimetría se da cuando el banco dispone de más información que el cliente respecto a los riesgos de la operación financiera. Entonces, para calcular y ponderar esos riesgos, se precisa procesar mucha información. Eso tenía un alto costo que, hasta hace poco tiempo, solo eran rentables a gran escala. Los bancos han respondido al surgimiento de nuevos competidores a través de diversas estrategias: algunos han adquirido a startups emergentes en el segmento fintech, mientras que otros optaron por apostar a la innovación desde adentro.

Elbio Monegal, presidente del Consejo de Sector Financiero Privado de AEBU, dijo que pueden ser un problema para algunos puestos de trabajo, pero admitió que este tipo de innovaciones estimulan una mejora en los servicios. "No podemos oponernos porque perjudique puestos de trabajos", afirmó. El Banco Central, por su parte, no ha sido para nada apocalíptico. Su presidente, Mario Bergara, dijo en diciembre del año pasado que las fintech "van a ser aprovechadas por las instituciones actuales y no provocarán un desplazamiento drástico de los agentes en el sistema actual".

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