Los actores Juan Minujín y Néstor Guzzini, protagonistas del filme <i>Los últimos románticos</i>, repasan en guion en un ensayo

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La película que el protagonista de "El marginal" filma en Uruguay

Juan Minujín actúa en Los últimos románticos, la próxima ficción de Gabriel Drak
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29 de julio de 2017 a las 05:00
El balneario Solís vio interrumpida su tranquilidad invernal desde el pasado lunes porque comenzó el rodaje de la película Los últimos románticos, coprotagonizada por el argentino Juan Minujín (El marginal) y los uruguayos Néstor Guzzini y Ricardo Couto. El filme, que es descrito como una comedia policial, implica el regreso a la dirección de Gabriel Drak, realizador de La culpa del cordero (2011) y Los desconocidos (2001). De acuerdo a su productor, Mario Viera, estaría terminado en noviembre y podría verse en salas comerciales de Argentina y Uruguay entre marzo y abril de 2018. El rodaje, que finalizará en Montevideo, se extenderá por tres o cuatro semanas.

Si bien el director ya había comentado públicamente sobre este proyecto en 2012, la producción se puso realmente en marcha hace dos años y medio. "El elenco se concretó en estos últimos ocho meses", explicó a El Observador Mario Viera, que también produjo La culpa del cordero. "Esto se dio a partir de que el año pasado el Instituto de Cine Argentino (Incaa) y el uruguayo (ICAU) nos dieron sus declaraciones de interés y apoyo de fondos. Así se fue concretando todo el elenco. Con Ricardo Couto y Guzzini contamos desde el principio del proyecto. Después, por distintas circunstancias, pudimos cerrar con Minujín, Adrián Navarro (El marginal) y Vanesa González (Hipersomnia y Violeta se fue a los cielos)".

De este modo, el elenco se reparte entre tres figuras uruguayas (Couto, Guzzini y Ernesto Liotti) y las tres argentinas. Guzzini y Minujín intepretan, respectivamente, a Gordo y Perro, dos amigos de toda la vida que se mudan a Pueblo Grande, un lugar ficticio de unos 300 habitantes, donde montan una plantación de marihuana hidropónica, en connivencia con un policía corrupto del pueblo.

El conflicto se desata con la llegada del inspector Chassale, personaje de Couto (quien había protagonizado La culpa del cordero). Chassale es un policía de carrera que aspiraba a un alto cargo pero que fue traicionado por un colega, cayó en desgracia y terminó en el pueblito donde aparentemente no hay nada para hacer.

"Lo que más me atrae de contar una historia así", dijo Drak, también autor del guion, "es hacerlo a través de estos personajes, seres reales y creíbles que hacen lo que pueden para sobrevivir, a contracorriente, en un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Poder desarrollar un drama de estas características sin dejar de lado el humor, la ironía. Como la vida misma. Porque si tuviera que definirlo en una frase, Los últimos románticos es una historia de supervivencia".

Según afirmaba Drak en un texto de presentación del proyecto realizado para la búsqueda de fondos, los integrantes del equipo se han referido a Los últimos románticos como "una película de las de antes".

El director ya había demostrado su gusto por esquemas clásicos para construir sus tramas, con historias de pocos personajes y ambientaciones contenidas, ya que tanto Los desconocidos como La culpa del cordero se ambientaban en un solo lugar y contaban un drama que se desarrollaba enteramente ahí, con algunas vueltas de tuerca. En esta nueva película la línea continúa, ya que casi toda la historia se desarrolla en el pueblo y sobre todo en el hotel en el que trabaja Gordo, aunque exigirá más despliegue.

"Los últimos románticos es una película sobre almas dormidas que se aferran a un tiempo pasado y que, de pronto, despiertan intentando recuperar el tiempo perdido. Personas que buscan la redención, una última oportunidad, aunque sea por el camino incorrecto, a través de una de las más bajas pasiones del ser humano: la codicia", explicó el director en un folleto de presentación.

El financiamiento y un respaldo previo

De acuerdo a Mario Viera, productor de Los últimos románticos y de La culpa del cordero, esta última tuvo buena recepción de parte del público tanto en festivales como en salas comerciales de Chile, Perú, Brasil y España. "Si bien no pretendía cambiar la historia del cine, funcionó bien y nos permitió seguir adelante. Tuvimos la suerte de que pudimos filmarla en una sola locación en tres semanas y eso nos permitió concretar la producción". Los últimos románticos es una apuesta más exigente, con rodajes entre Maldonado y Montevideo por un período más largo y con un desarrollo de producción más extenso.

Pudieron llegar a esta nueva escala gracias a las posibilidades que les abrió la película anterior y a aportes conjuntos de financiación entre instituciones y empresas de Argentina y Uruguay. Además del elenco, parte del equipo técnico es también binacional. Por otro lado, una vez que se termine el rodaje, hacia fines de agosto, se trasladarán a Buenos Aires para el proceso de posproducción.

Debido al costo de hacer cine, muchas películas buscan su financiación a medida que se van haciendo, por lo que cuando se terminan de filmar, sus productores empiezan a postularse a fondos o a buscar socios para la etapa de montaje y lanzamiento comercial. En este caso, dijo Viera, Los últimos románticos tendría gran parte de eso resuelto, aunque podrían buscar nuevas alianzas para llegar luego a las salas comerciales y hacerse conocer ante un mayor público.

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