John F. Kerry, Secretario de Estado americano, advirtió este lunes que la permanencia de
Turquía como miembro de la
OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) podría estar en peligro si el país abandona los principios democráticos y el estado de derecho en la represión posterior al intento de golpe de estado contra el presidente Recep Tayyip Erdogan.
"La OTAN también tiene un requisito con respecto a la democracia", dijo Kerry en rueda de prensa en Bruselas después de que la jefa de la diplomacia del bloque, Federica Mogherini, advirtió no ejecutar a los golpistas.
La italiana observó que la introducción de la pena de muerte en Turquía -una medida evocada el domingo por Erdogan- terminaría con las negociaciones de adhesión a la
Unión Europea. El gobierno alemán había formulado pocos minutos antes la misma advertencia a Turquía.
Kerry dijo que el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, ha asegurado repetidas veces que el gobierno respetará la democracia y la ley. "La OTAN medirá sus acciones", advirtió el Secretario de Estado.
"Es evidente que una gran cantidad de personas han sido detenidas muy rápidamente", continuó Kerry. "Es obvio que el nivel de vigilancia y control va a ser significativo en los días que siguen. Espero que podamos trabajar de un modo constructivo para evitar un retroceso", agregó.
Por otra parte, Kerry dijo que el gobierno turco debía presentar "pruebas" sobre la eventual participación en el golpe del predicador turco Fethullah Gülen, que reside en Estados Unidos, acusado por el gobierno turco de ser el principal instigador.
Gülen dirige el poderoso movimiento Hizmet ("Servicio"), que en Turquía dispone de escuelas, ONGs y empresas. Es el principal enemigo de Erdogan, que el sábado lo acusó de haber organizado el golpe y solicitó a Estados Unidos que lo extradite.
El intento de golpe de estado del viernes en Turquía convirtió lo que iba a ser una reunión rutinaria del Consejo Europeo en gestión de crisis. Prácticamente todos los diplomáticos presentes en la reunión expresaron preocupación -incluso alarma- sobre los arrestos del gobierno turco de miles de jueces y miembros de las fuerzas armadas en una purga que continuó el lunes.
Para la Unión Europea, la posición de Turquía sobre la pena de muerte es un indicador clave de los derechos humanos. La mayoría de los diplomáticos en la reunión emitieron una severa advertencia a Erdogan, luego de que dijera que iba a considerar el restablecimiento de esta práctica que fue abolida en 2004.
Muchos europeos temen que la represión podría desatar una nueva ola de refugiados que huyan de la persecución en Turquía. También amenaza un acuerdo reciente en el que este país aceptó la readmisión de algunos refugiados sirios, una política destinada a reducir el número de sirios que cruza el Mediterráneo hacia Grecia. La represión podría llevar a los refugiados a argumentar que no estarán protegidos en Turquía y que no deberían ser enviados allí.