La pérdida de poder de Vázquez y su alarmante soledad

El presidente administra solo la tensión generada con los gremios de la educación y sufre una desconexión con el Frente Amplio
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28 de agosto de 2015 a las 05:00

El tiempo y la realidad política vienen demostrando que Tabaré Vázquez ya no es el que era. O mejor dicho: el poder de Vázquez ya no pesa como antes. Lejos quedó aquel líder indiscutido del Frente Amplio que tenía patente de corso para hacer y deshacer a su gusto desde la Presidencia. Ahora, en su vuelta al gobierno después de cinco años de descanso, este médico oncólogo enfrenta tensiones cruzadas de quienes hasta hace poco tiempo eran aliados. Además, su estilo vertical y un tanto personalista alimenta radicalismos en la izquierda.

La crisis desatada por el conflicto en la educación y la posterior declaración de esencialidad terminaron de confirmar el frente interno que debe administrar el mandatario, pero sobre todo demostró lo solo que está Vázquez. Y siempre es muy peligroso que un presidente gobierne en soledad.

Basta con repasar los apoyos y críticas que cosechó desde que de manera fulminante el lunes la ministra de Educación, María Julia Muñoz, anunció que se decretaba la esencialidad. Un puñado de figuras de su entorno argumentó a regañadientes la medida, no sin antes decir que les causaba mucho dolor tener que hacerlo. No hub voces en la bancada oficialista que hayan defendido la medida.

También los jerarcas de la educación quedaron en el medio de la imposición del presidente. ¿Dónde está Wilson Netto, el presidente del Codicen? ¿Por qué no habla la directora de Secundaria, Celsa Puente? ¿Y la de Primaria, Irupé Buzzetti? Según informó el semanario Búsqueda, en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) la esencialidad dejó a todos "anímicamente molidos".

La desconexión que experimenta el presidente con su fuerza política fue alertada por analistas, ya que desde el inicio mismo de su gobierno eligió a figuras de su confianza en vez de mantener los equilibrios sectoriales en el gabinete. Eso implica que exista la mayor incongruencia política entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento desde la restauración democrática.

En 2005 Vázquez blindó su poder con la presencia de los caciques sectoriales del FA en el gabinete. Allí estaban sentados Reinaldo Gargano (Partido Socialista), Danilo Astori (Asamblea Uruguay), Mariano Arana (Vertiente Artiguista), y José Mujica (MPP), entre otros. También es cierto que hoy, varios de los que ponen el grito en el cielo con las decisiones y el estilo de gobernar de Vázquez fueron a buscarlo a su casa del Prado para que fuera de nuevo candidato.

Por otra parte, la crisis ocurre mientras el FA no tiene presidente, y esa función la ejerce el Secretariado Ejecutivo. En las últimas horas ese órgano emitió una declaración que no se juega por ninguna posición, y se limita a reclamar diálogo.

La desconexión, de todas formas, es anterior a la salida de Mónica Xavier de la presidencia del FA. Vázquez no tiene en su entorno a ningún jerarca con diálogo operando con la fuerza política o la bancada oficialista.

En el Frente Amplio, los pocos que hablan sobre la esencialidad no se tapan la boca para criticar. Y más importante aun: hay silencios que en este caso hablan mucho más, como la ausencia de Mujica en la primera línea de la discusión.

A su manera, el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, dijo ayer en medio del paro general parcial que "muchos compañeros de izquierda" se están "comiendo un garrón" en el gobierno con la decisión de Vázquez.

Pos su parte, en una declaración divulgada ayer, el MPP manifestó su rechazo a la esencialidad y propuso al gobierno levantarla para instalar una mesa de diálogo. También prometió meter mano al Presupuesto en el Parlamento, donde el sector de Mujica es mayoría: "Nuestros legisladores realizarán los mayores esfuerzos para asegurar una mejor educación pública", señaló el comunicado.

Ayer, en entrevista con El Observador TV, el director de Factum, Oscar Bottinelli, aseguró que la tensión con los sindicatos de la educación y el gobierno es una "muestra" del "problema de poder" que tiene la administración Vázquez. Para el analista, el error del presidente pudo haber sido decretar la medida pero no sancionar. O como se dice en el campo: mostrar el arma y no disparar.


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