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La perra que hizo de partera de una gata
Conozca la enternecedora historia de Luqui y Luli
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06 de octubre de 2016 a las 09:09
El mito de la rivalidad entre perros y gatos existe desde tiempos inmemorables y el cine y la TV han sabido aprovechar ese vínculo conflictivo entre ambos animales. Una de las más recordadas es la película de aventuras animada Como perros y gatos (2001).
Sin embargo, muchos dueños de mascotas y expertos resaltan que depende de la crianza que se les de a los animales si se desarrolla o no esa supuesta rivalidad innata.
Una entrada en el blog sobre mascotas del diario La Nación de Argentina narra la enternecedora historia de Luli y Loqui, la primera una de los tres felinos que vivían en la casa del instructor canino Agustín y la segunda la única perra de su hogar.
Cuando la gata, que estaba embarazada, entró en trabajo de parto de inmediato buscó a su dueño que se encontraba durmiendo y rápidamente se despertó para ayudarla. Agustín relata: "Nunca había pasado por una situación de ese estilo, los nervios me carcomían como si fuera yo el padre primerizo. Atiné a saltar de la cama, agarrar con mucho cuidado a Luli, tomé una sábana y un almohadón. Salí raudo a la cocina donde improvisé una paridera. Puse la almohada debajo de la gata, cerré la puerta de la cocina y comencé la tarea."
Mientras la ayudaba Agustín sintió el llanto de su perra Loqui, quien estaba en la otra habitación pendiente de lo que sucedía adentro y le abrió la puerta. "Loqui me sorprendió por completo, estaba decidida a participar del evento. Pero fue lo que sucedió después lo que realmente me hizo llorar de emoción. A medida que salían los gatitos, la perra los corría a un costado con su hocico y les limpiaba la placenta. Luego los empujaba cerca suyo para darles calor. Así fue toda la noche hasta que nacieron los cinco gatitos". Además, luego de que Luli diera a luz, Loqui se quedó cuidando de ella y sus crías toda la noche.
Sin embargo, muchos dueños de mascotas y expertos resaltan que depende de la crianza que se les de a los animales si se desarrolla o no esa supuesta rivalidad innata.
Una entrada en el blog sobre mascotas del diario La Nación de Argentina narra la enternecedora historia de Luli y Loqui, la primera una de los tres felinos que vivían en la casa del instructor canino Agustín y la segunda la única perra de su hogar.
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Luqui y Luli, la perra y la gata que se volvieron inseparables
Cuando la gata, que estaba embarazada, entró en trabajo de parto de inmediato buscó a su dueño que se encontraba durmiendo y rápidamente se despertó para ayudarla. Agustín relata: "Nunca había pasado por una situación de ese estilo, los nervios me carcomían como si fuera yo el padre primerizo. Atiné a saltar de la cama, agarrar con mucho cuidado a Luli, tomé una sábana y un almohadón. Salí raudo a la cocina donde improvisé una paridera. Puse la almohada debajo de la gata, cerré la puerta de la cocina y comencé la tarea."
Mientras la ayudaba Agustín sintió el llanto de su perra Loqui, quien estaba en la otra habitación pendiente de lo que sucedía adentro y le abrió la puerta. "Loqui me sorprendió por completo, estaba decidida a participar del evento. Pero fue lo que sucedió después lo que realmente me hizo llorar de emoción. A medida que salían los gatitos, la perra los corría a un costado con su hocico y les limpiaba la placenta. Luego los empujaba cerca suyo para darles calor. Así fue toda la noche hasta que nacieron los cinco gatitos". Además, luego de que Luli diera a luz, Loqui se quedó cuidando de ella y sus crías toda la noche.
