Agro > INFORME GANADERO

La población de ovinos alcanzó el nivel más bajo de la historia

El stock bovino se mantiene estable de una manera poco sostenible
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14 de octubre de 2016 a las 05:00
Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

Suele decirse que las vacas y ovejas de cría son la fábrica de la ganadería. De ese stock salen terneros y corderos, los animales que se suman año tras año y reponen a los que salen por ser faenados, exportados en pie o que simplemente mueren.

Pues la fábrica se ha achicado en el último año. Tanto el stock de vacas de cría –la fábrica de terneros– como el stock de ovejas de cría –la fábrica de corderos–. Cae además la cantidad de terneros y corderos, la de novillos de 1 a 2 años, y aumenta la cantidad de novillos de más de 3 años, y los capones.

La señal es clara. Los productores que hasta hace dos años fueron intensificando la producción, entorando todo lo posible, engordando los ganados al mayor ritmo que pudieran, están ahora apostando a bajar costos, bajando la intensidad de alimentación y siendo vulnerados por las adversidades meteorológicas.

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En el caso de los vacunos, son por ahora señales. La población de vacunos, aunque en descenso, viene de años de aumentar y se mantuvo estable en el último año, según los muy completos datos preliminares presentados por el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG) que ha tomado la posta de Dicose a la hora de informar la población de vacunos de Uruguay, en forma más veloz y detallada que antes.

Más allá de los números del conjunto, hay otros datos que tendrán impacto de mediano plazo. Como se esperaba, la población de vacas de cría va bajando y eso es lo más preocupante de la situación ganadera. Baja la cantidad de vacas y la cantidad de terneros, y lo mismo dirá el Dicose de 2017. Por eso cabe preocuparse.

¿Cómo podemos afirmar con más de seis meses de anticipación que ambas tendencias se mantendrán? Porque sigue en ascenso la faena de vacas y porque tenemos los resultados anticipados del entore que determinará la cantidad de terneros y, en ambos casos, apuntan en la misma dirección: faena de vientres en persistente ascenso y resultado adverso del entore pasado. La faena de vacas de la semana pasada estuvo 31% por encima de la misma semana de 2015. Y prolonga una tendencia que ha persistido durante varios meses.

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Por eso esta zafra de toros es tan importante y por eso es crucial que el próximo entore tenga un buen resultado y escape a los efectos tradicionales de La Niña. En el stock hay 75 mil vacas de cría menos que en 2015, un 1,8% menos. En una cifra similar cae la cantidad de terneros. Sumaron 2,67 millones, 79 mil menos que el año anterior. En términos porcentuales es una caída de 3%.

En el mediano plazo bajará la faena. Algo que se sentirá en la actividad de 2018. Porque la cantidad de novillitos de 1 a 2 años baja 7,3%, en 85 mil cabezas. La faena futura no solo se ve comprometida por una menor producción de terneros sino también por una creciente salida de esos animales en pie rumbo a Medio Oriente.

Ese es el único negocio ganadero que mantiene señales claras: mientras el novillo oscila y baja aún en plena poszafra, el precio del ternero se ha mantenido estable por encima de los dos dólares por kilo vivo gracias a la competencia entre invernadores, engordadores a corral y exportación en pie.

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La estabilidad en el stock vacuno está dada por el aumento de las categorías adultas, los novillos de más de 3 años y las vacas de invernada que aumentan en más de 10% respecto a 2015. Suben por segundo año consecutivo ambas categorías y, en el caso de los novillos de más de 3 años, la cantidad actual –569 mil– es la mayor desde 2005.

También sube la cantidad de vaquillonas de más de 2 años sin servicio. Aumenta por segundo año consecutivo. Otra señal de estrategias que priorizan bajar costos sobre aumentar la productividad por unidad de superficie.

En suma, Uruguay tenía unos 11,87 millones de vacunos a mediados de este año, 35 mil menos que el año anterior, pero el complejo criador está empezando a retraerse y es una tendencia que se mantendrá durante el año próximo.

Con la incorporación de las terneras a la exportación en pie, se vuelve más importante una recuperación en la producción de terneros y terneras. Es lo que está en juego en la zafra en curso, la parición de la primavera de 2017 y el destete de 2018.

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Récord en ovinos, pero en baja


En ovinos, el panorama es más grave. Se esperaba que comenzara una recuperación en la menguada población de ovinos del país dada la muy baja faena de los últimos 18 meses.

Pero eso no alcanzó y la cantidad de ovinos en Uruguay sigue bajando y es la menor desde –al menos– el año 1974 cuando se empezó a realizar un conteo anual.

Una caída de casi 200 mil animales pone la cantidad de ovinos en 6,45 millones, en una disminución persistente que ya suma décadas y que no da señales de estar llegando a un final.

Como en vacunos, la caída de la población de vientres es lo central. También es récord a la baja para Uruguay contar solo con 3,5 millones de ovejas.

Cae la cantidad de corderos, borregos y borregas diente de leche, como en vacunos cae la cantidad de terneros, y sube la cantidad de capones como sube en los vacunos la cantidad de novillos de más de 3 años.

Del mismo modo, y en un dato sorprendente, sube aunque levemente la cantidad de borregas que no fueron encarneradas. Datos sorprendentes en base a lo bajo que ha sido el volumen de ovinos faenados.

Mientras que en los vacunos la población se mantiene cerca de 12 millones de animales desde hace varios años, y apenas empieza a insinuar una tendencia declinante, lo de los ovinos sigue siendo una tendencia clara y fuerte hacia abajo.

Fueron 24 millones a fines de los años de 1980, y desde ese entonces no han parado de caer hasta quedar en la actualidad en menos de 6,5 millones, la cuarta parte de lo que fueron en su momento de esplendor.

El abigeato, la escasez de trabajadores calificados y una variedad de causas se esgrimen para dar cuenta de una caída que no parece justificarse del todo en los precios del cordero, que se ha mantenido persistentemente por encima de los precios del novillo.

La caída tan similar en la cantidad de vacas y ovejas de cría –75 mil y 73 mil, respectivamente– parece sugerir que hay algunos problemas comunes de desánimo en los dos rubros.

Y al margen de las interpretaciones, determinan un menor potencial de producción de terneros y corderos en la parición que está transcurriendo.

Los que diagnostican que no hay cadena cárnica tiene datos para corroborarlo. Al mismo tiempo, las posibilidades de diferenciación que tienen tanto la carne vacuna como la ovina obligan a pensar que las lluvias de primavera tienen que servir para generar una buena producción forrajera y, de alguna manera, empezar una vez más en cada entore, en cada parición, en cada encarnerada.

Las proyecciones planteadas en una ganadería de tres millones de terneros producidos primero y animales faenados después no se han cumplido.

Las del primer Plan Estratégico Nacional del Rubro Ovino (Penro) tampoco. Faltarán terneros y corderos en 2017.

La estabilidad de precios del ternero puede hacer que en el mediano plazo ya no sea negocio mandar a las vacas y ovejas a la faena.

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