Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CRÍTICA DE CINE

La secuela idéntica de Alicia en el país de las maravillas

Alicia a través del espejo repite lo bueno de su antecesora, pero también copia todo lo negativo
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27 de mayo de 2016 a las 05:00
Como si estuvieran a ambos lados de un espejo, la versión de 2010 de Alicia en el País de las Maravillas y su secuela, Alicia a través del espejo, se reflejan como dos películas iguales, con los mismos problemas y los mismos elementos positivos en todo nivel, y una sensación de "más de lo mismo".

De hecho, esta secuela que se estrena esta semana en Uruguay comienza casi donde culminó la primera parte (más allá de un salto temporal de tres años), por lo que se siente casi como la segunda parte de una obra que quedó demasiado extensa como para publicarla como una sola película.

Y a pesar de su nombre, esta secuela toma poco del segundo libro de aventuras de Alicia escrito por Lewis Carroll, aunque lo cierto es que la primera parte también se desviaba del material original por decisión de Tim Burton, director del primer filme, y productor de este (la dirección pasó a manos James Bobin, que cuenta en su currículum con las películas más recientes de los Muppets).

Dicho esto, Alicia a través del espejo mantiene todo lo bueno de su antecesora, sobre todo a nivel visual y de vestuario.

El principal poderío de la película está en los imaginativos y psicodélicos escenarios en los que transcurre su historia, y en los coloridos vestidos, rasgos y rostros de los personajes que pueblan la Infratierra, el reemplazo cinematográfico del País de las Maravillas.

Pero todo lo que A través del espejo tiene como destaque en lo visual, lo tiene como punto criticable en el rubro narrativo.

La historia se percibe como demasiado genérica y chata, a pesar de que instala una narrativa de viajes en el tiempo que a priori suena interesante: Alicia regresa a Inglaterra luego de capitanear un barco mercante en Asia durante tres años y se encuentra con que su madre atraviesa una complicada situación económica.

Enfrentada a este dilema y sufriendo la burla de la sociedad victoriana por su personalidad excéntrica y su intención de realizar una tarea "masculina", la joven escapa hacia el mundo paralelo donde también hay nuevos dilemas: el Sombrerero (Johnny Depp) está deprimido porque siente que su familia –a la que creía muerta– está viva pero no sabe dónde encontrarla.

Para ayudarlo, Alicia tendrá que robar la Cronósfera, un poderoso objeto que pertenece al Tiempo, (interpretado por Sacha Baron Cohen) para viajar al pasado y salvar a la familia del Sombrerero.

Este robo generará la ira del Tiempo, quien perseguirá a Alicia, ya que el robo de la Cronósfera significa la posible destrucción del mundo. Además, la malvada Reina de Corazones (Helena Bonham Carter), exiliada gracias a Alicia, también pretende la esfera aunque su motivación es la de recuperar el trono perdido en la primera parte.

Más allá de lo atractivo que pueda resultar conocer los orígenes del Sombrerero o la razón de la maldad de la Reina de Corazones, la ejecución no es todo lo efectiva que podría ser, y la historia se percibe floja y familiar en cuanto a los giros narrativos utilizados.

Y lo peor de todo es que Alicia nuevamente cumple su rol como una simple herramienta para avanzar la trama, y actuando en buena parte de la película como una simple espectadora de los hechos que llevaron a la construcción del mundo y de los personajes que ella conoce.

Y si bien por momentos las casi dos horas de película se hacen lentas y extensas, el apartado gráfico, la calidad de los actores y la temática aventurera de la película logran evitar que sea un fracaso, y la hacen lo suficientemente entretenida como para verla, aunque probablemente sea inmediatamente olvidada.

Parece difícil que esta segunda parte logre equiparar el éxito de taquilla de la primera (que a su vez inició la oleada de versiones de acción real de clásicos animados de Disney), pero lejos estará de ser un fallo.

Además, elementos como contar con una de las últimas actuaciones del fallecido Alan Rickman (quien repite su papel como Absalom, la oruga ahora convertida en mariposa que guía a Alicia hacia la Infratierra al comienzo de esta película, dedicada a su memoria), pueden ayudarle en lograr una buena convocatoria.

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