En setiembre de 2016 Obama y Putin se reunieron en el G20 en China. Obama le dijo directmente que sabían de sus actividades en EEUU<br>

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La trama secreta de cómo Putin ordenó incidir en las elecciones de EEUU a favor de Trump

Una investigación del Washington Post revela que Obama supo de la movida desde agosto, aunque las represalias se demoraron
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23 de junio de 2017 a las 16:05

El detallado relato que realiza este viernes el periódico demuestra que la relación Estados Unidos-Rusia mantiene muchas de las características que pautaron la realidad durante los momentos más álgidos de la Guerra Fría. Y que el presidente Barack Obama y sus allegados más cercanos conocían la gravedad de la intrusión rusa en varios temas de seguridad nacional, incluyendo intentos de hackeo al sistema eleccionario de Estados Unidos.

Una compleja trama de espionaje y resquemores políticos fue el telón de fondo del comienzo de la investigación sobre las interferencias de Rusia –en las que participó directamente el presidente Vladimir Putin-, un proceso que según el Washington Post comenzó en agosto de 2016, antes de que Donald Trump fuera elegido como nuevo presidente de Estados Unidos.

"En términos políticos, la interferencia de Rusia era el crimen del siglo, un ataque sin precedentes y mayoritariamente exitoso para desestabilizar a la democracia estadounidense", se afirma en el artículo, para el que fueron consultadas más de 30 fuentes, muchas de las cuales brindaron su testimonio con nombre y apellido. Entre ellas se cuentan jerarcas actuales y pasados de la Casa Blanca, de los departamentos de Estado y de Seguridad Interna, así como de los organismos de inteligencia.

Top secret

A fines de agosto de 2016 la CIA mandó a la Casa Blanca un sobre con instrucciones precisas: solo debía ser visto por cuatro personas, entre las que se contaban Obama y tres de sus asesores más cercanos. Contenía un informe basado en fuentes del interior profundo del gobierno ruso, en el que se describía con detalle el involucramiento directo de Putin en una cibercampaña para desacreditar y complicar la carrera presidencial en Estados Unidos.

La inteligencia de EEUU había logrado incluso interceptar instrucciones específicas de Putin: derrotar o al menos perjudicar severamente a la candidata demócrata, Hillary Clinton, y colaborar para que su contrincante, Trump, ganara.

En el informe se detallaba que desde hacía más de un año los servicios de inteligencia rusos se habían infiltrado en las redes de computadoras del Partido Demócrata, así como también en sistemas republicanos. La inteligencia estadounidense había logrado llegar hasta el corazón del Kremlin.

El 22 de julio de 2016 se habían filtrado casi 20.000 correos electrónicos robados al Comité Demócrata Nacional, que fueron difundidos por WikiLeaks. Pero fue el informe que llegó a la Casa Blanca en agosto el que le dio a Obama y parte de su gobierno real conciencia de las implicancias de la intrusión rusa.

Obama Casa Blanca
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A partir de ese momento comenzó una sucesión de movidas y acciones dirigidas a intentar parar a los rusos; al mismo tiempo que Obama y parte de su equipo intentaban neutralizarlos, decidieron mantener en secreto lo que se sabía por temor a que el público creyera que era una movida política para perjudicar a Trump, quien ya había denunciado que las elecciones estaban "arregladas".

¿Por qué el gobierno de Obama no hizo público su conocimiento de la intervención rusa durante cinco meses?

Entre agosto y diciembre de 2016, la administración de Obama sopesó diversas opciones para castigar a Rusia, incluyendo ciberataques contra la infraestructura de ese país, la publicación de material de la CIA que avergonzaría a Putin, así como sanciones que –según el gobierno- podrían "hundir" la economía rusa, informó Washington Post.

Sin embargo, el paquete de medidas que finalmente aprobó Obama a fines de diciembre de 2016 –y que se concibió inicialmente para sancionar a Rusia por otros temas- fue considerado "modesto"; incluyó la expulsión de 35 diplomáticos, el cierre de dos instalaciones rusas en suelo estadounidense (desde la que se estima se realizaron actividades de espionaje) y sanciones económicas relativamente leves que afectaban a grupos de intereses muy específicos.

Lo que no se supo entonces, y ahora revela esta investigación, es que Obama también aprobó una medida encubierta que autorizaba la instalación de ciberarmas en la infraestructura rusa, que podrían ser usadas en caso de que las relaciones con Moscú se tensaran aún más. Cuando el presidente dejó la Casa Blanca el plan recién estaba en sus primeras etapas y sería Trump quien debería decidir todo su potencial. Esa medida sigue vigente.

¿Por qué la administración de Obama no reaccionó más duramente?

A pesar de las pruebas de la intervención rusa que llegaban hasta el Kremlin, con Putin a la cabeza, el gobierno de Obama decidió manejarse con cautela y evitó durante meses tomar medidas "ruidosas" de claro enfrentamiento con Rusia.

Aunque la administración Obama consideró la movida rusa como un ataque al "corazón del sistema" (como dijo Denis McDonough, quien fue jefe de personal de la Casa Blanca), primó el convencimiento de que se debía proteger "la integridad del voto". Otros jerarcas consultados por el periódico, en cambio, se arrepienten de no haber impulsado medidas más severas.

Cuando Obama supo lo que estaba haciendo Rusia, Trump ya era el candidato republicano y Clinton lideraba con comodidad en las encuestas. Si bien el presidente se mostró muy preocupado por las revelaciones de la CIA –pidió que se recolectara "la mayor cantidad de información lo antes posible" y ordenó algunas movidas políticas en el Congreso- también consideró que si su administración salía a denunciar lo que estaba pasando podría ser interpretado como interferencia política en una campaña ya compleja.

Trump primer discurso como candidato
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Obama solía decir: "No empeoren las cosas". Para el presidente las cosas podían empeorar si los rusos realizaban un ciberasalto en los sistemas de votación durante el día de las elecciones.

A pesar de lo anterior en agosto ordenó a su personal de confianza que iniciaran tres tipos de acciones en un intento por detener a Moscú, entre ellas blindar los sistemas de elecciones internos de cada estado y buscar apoyo de los líderes del Congreso de ambos partidos, para que condenaran a Moscú y pidieran a los estados que aceptaran ayuda federal para defenderse de ciberataques.

Parecía sencillo, pero no lo fue. Las diversas agencias dedicadas a temas de inteligencia no se ponían de acuerdo –sobre todo la NSA-, las reuniones con líderes políticos se demoraban y cuando se ofreció ayuda federal para apoyar la infraestructura estatal de votación hubo representantes republicanos que incluso denunciaron la propuesta como un asalto a los derechos de los estados. A su vez, mientras que los demócratas querían denunciar lo que se sabía, los republicanos se resistían alegando que si la intervención rusa se hacía pública esto podía afectar seriamente la confianza en el sistema electoral. Incluso hubo dudas de que la inteligencia realmente sustentara las acusaciones de la Casa Blanca.

Fue a fines de setiembre cuando las agencias espías de Estados Unidos se pusieron de acuerdo con respecto al papel de Rusia y de Putin. Entonces Obama ordenó a los directores que prepararan un comunicado público en el que se resumiera lo que habían descubierto; seguía convencido de que debía mantenerse al margen de la política partidaria, por lo cual ese comunicado no llevaría su firma.

El 7 de octubre la administración hizo su primer comentario público sobre el affaire con Rusia, con un comunicado de tres párrafos. "La comunidad de la inteligencia de Estados Unidos tiene confianza de que el gobierno de Rusia dirigió los últimos episodios que comprometen correos electrónicos de personas e instituciones estadounidenses, incluyendo organizaciones políticas (...) Creemos que solo altos jerarcas rusos pudieron autorizar estas actividades". En los primeros bocetos se mencionaba a Putin, pero su nombre finalmente no se incluyó en la declaración. Esta fue difundido a las 3.30 PM pero pronto quedó sumergida ante otra historia publicada por el Washington Post; la de los comentarios misóginos de Trump sobre mujeres, que habían sido grabados en el programa Access Hollywood. Ese mismo día WikiLeaks publicó la primera camada de emails robados al jefe de campaña de Clinton.

¿Qué hizo Rusia para intentar influenciar el resultado de las elecciones en Estados Unidos?

Antes de enviarle el informe a Obama, la inteligencia de EEUU había hecho sus deberes. Expertos en temas rusos identificaron un preocupante patrón de propaganda en el que noticias falsas, que se asumía habían sido generadas en Moscú, proliferaban en las redes sociales. Además, en el Departamento de Estado y el FBI llamó la atención un pico de pedido de visas temporales para diplomáticos rusos con altas habilidades técnicas, que pedían permiso para entrar en el país para trabajar en instalaciones rusas. A pedido del FBI se dilató la aprobación de estas visas hasta pasadas las elecciones. Para ese entonces ya se había confirmado actividad hacker contra partidos políticos y otros objetivos en Estados Unidos; Rusia había ingresado en el sistema del Comité Nacional Demócrata en el verano de 2015 y en la primavera de 2016.

Hillary Clinton candidata
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El FBI había detectado que Rusia había intentado penetrar en los sistemas de elecciones de 21 estados, pero algunos jerarcas de gobierno creían que estos intentos tenían justamente el objetivo de enervar a los estadounidenses.

¿Qué hizo la administración de Obama para frenar a Rusia?

Con la confianza de que Clinton sería la ganadora, Obama decidió manejar el asunto por canales diplomáticos. El director de la CIA mantuvo una compleja llamada telefónica con el director de la FSB, la agencia rusa heredera de la KGB. Obama, en tanto, le habló directamente a Putin en un encuentro de líderes mundiales en China. Acompañados solamente por los intérpretes le dijo que sabían lo que estaba haciendo y que más le valía que parara o algo pasaría. Putín pidió pruebas y acusó a Estados Unidos de interferir con los asuntos internos de Rusia.

¿Los rusos finalmente lograron manipular las elecciones?

No hay hasta el momento evidencia de fraude electoral relacionado a hackeos o de manipulación en el conteo de votos.

Finalmente, el 9 de diciembre, Obama ordenó que las agencias de inteligencia realizaran un profundo informe sobre las interferencias rusas en elecciones de Estados Unidos desde 2008.

Así se llegó a las sanciones que se conocieron a fines de ese mes; a pesar de que varios asesores mostraron sus dudas, Susan Rice –asesora en seguridad nacional del gobierno de Obama- se impuso y logró que el presiente firmara la orden para la expulsión de los 35 diplomáticos y el cierre de dos instalaciones rusas.

En esas fechas Trump le pidió al general retirado Michael Flynn –que ya había sido designado asesor de seguridad del nuevo presidente- que le dijera al embajador ruso por teléfono que pronto se reconsiderarían las sanciones. Las declaraciones falsas de Flynn sobre esa conversación le costaron el puesto.

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