Desde que empezó la discusión por ANCAP y el Senado avaló la instalación de una comisión investigadora, se sabía que la batalla era comunicacional. Y esa batalla ya está ganada por la oposición. Ahora tienen otro desafío: mantener en el tiempo esa sensación generalizada que quedó –incluso mayor que con Pluna– de que algo raro pasó. La realidad parece ser otra y todo apunta a problemas de gestión más que a corrupción. Pero en la calle ya ganó la idea de que en ANCAP alguien se llevó plata a su bolsillo. Basta ir a un cumpleaños o cualquier reunión social para que salga el tema y escuchar lo que se dice.
Pese a ello, la decisión unánime de la oposición (más allá de los matices en algunos puntos) de ir a la Justicia, es una ruleta.
Fueron 17 horas de debate parlamentario y se dijo mucho sobre ANCAP durante la sesión del Senado del miércoles. Pero para este análisis es bueno tomar como punto de partida el discurso de la senadora oficialista Constanza Moreira.
La legisladora, por su pasado como politóloga, es una muy buena analista. Por eso fue interesante –en el acuerdo o la discrepancia– su visión sobre los meses de trabajo del Senado en el asunto.
Moreira, con una visión muy ideológica, planteó su mirada sobre "el proceso de la investigadora". Según ella, la comisión "se transformó en un drama público, con centro en ANCAP, con un agonista (protagonista) que fue el vicepresidente Raúl Sendic y los gobiernos del FA, y un coro compuesto por los medios de comunicación, las redes sociales, las declaraciones públicas, y la exhibición cuasi-pornográfica de los entredichos del gobierno –anterior y actual– sobre las razones del déficit y endeudamiento".
Pero lo que reconoce es que lo que quedó instalado –más allá de que ella asegura que es un discurso falso– es que se perdió mucho dinero y que hay algo raro.
"La danza de los millones que ha salido en la prensa, ha dejado más que preocupados a muchos ciudadanos. La imagen del 'vaciamiento' ha quedado allí, escrita en piedra, reforzada por la ley de 'capitalización' de ANCAP por parte del Estado", dijo Moreira.
Por tanto, victoria para la oposición. Es lo que quiso instalar en el discurso público y lo logró.
En el medio del discurso de Moreira también hubo algunas "falacias", palabra puesta moda por el informe oficialista en la investigadora. "ANCAP acumuló US$ 600 millones de déficit en estos cinco años, y tiene US$ 1.200 millones de deuda, a número gruesos. Es muchísimo dinero, sí. Pero nadie dice que ANCAP factura US$ 3.200 millones por año", dijo Moreira. Sí, ¿y? En todo caso ese dato agrava las pérdidas. Una empresa con esa facturación tuvo un déficit de esa dimensión.
Otra "falacia" del discurso oficial, que dijo Moreira pero que abundó Mujica. Palabras más, palabras menos, la oposición es responsable por haber estado en el directorio de ANCAP. Entonces, ¿la oposición también se puede llevar el mérito político de varios logros obtenidos en otros lugares donde estaba presente? El FA nunca lo dejaría ponerse laureles por ello, pero sí le reclama responsabilidades cuando las cosas salen mal.
Hoy es todo color de rosas para blancos, colorados e independientes. El buen trabajo que hicieron Álvaro Delgado, José Carlos Cardoso previo al accidente, Pedro Bordaberry y Pablo Mieres les permitió tomar el control del discurso de la investigadora. Como dijo un allegado a Sendic, su sector está perdiendo el partido 40 a 0.
Pero con la decisión de ir a la Justicia la oposición asume un riesgo enorme.
Se siente confiada, porque ya le fue bien en dos oportunidades: Pluna y ASSE.
Pero en ANCAP, si bien puede haber alguna ilicitud a encontrar por la Justicia, ninguna parece grande como para afectar directamente a "pesos pesados" del Frente Amplio.
Allí está el riesgo para la oposición. Si la Justicia deja libre de culpa y cargo a Sendic, el vicepresidente tendrá un galardón enorme para mostrar y lo que hoy son mieles para blancos y colorados puede ser un boomerang a futuro.
Si en cambio los opositores hubieran logrado instalar el mismo clima, pero enfocado en la evidente e indiscutida mala gestión y no en la eventual corrupción, el partido era mucho más adverso para Sendic.
Un dirigente con chapa de mal gestor tiene un camino empinado como candidato presidencial.
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