La vuelta de Bridget Jones

Parece un poco extraño, pero la versión de Bridget Jones que aparecerá a partir de hoy en los cines locales se ve más joven y delgada que la de las dos entregas anteriores, gracias a la magia de los bisturís y el bótox aplicada sobre el rostro de Renée Zellweger, la actriz que desde hace una década y media encarna a la protagonista de esta serie basada en los libros de Helen Fielding.

La cuestión de la apariencia es un detalle, pero llama la atención que suceda en la historia de una mujer "real", que a lo largo de tres películas se debatió entre problemas mundanos como la soltería, la soledad, la adicción al cigarrillo y al alcohol y los dichosos kilitos de más.

Sin embargo, esta tercera película, que llega a los cines quince años después de la primera, se centra en otro problema para una Bridget Jones cuarentona: está embarazada y no sabe quién es el padre de su hijo, aunque los candidatos son dos.

Por un lado, está su exesposo Mark Darcy (Colin Firth), con quien mantiene una tensa relación, y por otro está Jack Qwart, un seductor estadounidense a quien conoce en un festival musical. Este nuevo personaje, interpretado por Patrick Dempsey (célebre por su rol como el extinto cirujano Derek Shepard en la serie Grey's Anatomy), reemplaza el rol que cumplió Hugh Grant en las dos películas anteriores, quien en esta ocasión no aparece aunque su personaje es mencionado (incluso el actor aparece en los "agradecimientos especiales").

El regreso de Bridget Jones a la pantalla viene acompañado por un retorno a las librerías, ya que la adaptación literaria de esta película se lanzó en simultáneo en los países anglohablantes.

Cabe aclarar que se trata de una recopilación de columnas escritas por Fielding para el diario The Independent, en comparación con las otras tres obras sobre Jones, que son novelas tradicionales.

Esta tercera parte de la saga cinematográfica mantiene a la figura de Jones como un personaje cuya intención narrativa es la de mostrar cómo a veces las expectativas vitales de una persona no se condicen con la realidad.

Y así se presenta en El bebé de Bridget Jones, apurada por su madre para tener un hijo, deprimida porque sus amigos pasan tiempo con sus hijos en lugar de con ella, e insegura sobre su vida sentimental.

Las características de Bridget Jones la convirtieron en una de las creaciones literarias más populares de la literatura inglesa, incluso llegando a ser mencionada en listas de las novelas británicas más influyentes del siglo XX.

Por eso, y más allá de que esta tercera película llegue "tarde" al boom en comparación con las otras dos, sigue siendo interesante (y las críticas recibidas así lo ilustran) presenciar el retorno de Zellweger a su personaje más conocido, mientras que además la presencia de personajes femeninos fuertes es bienvenida en un momento en el que el mundo del espectáculo debate aspectos de representación de géneros en pantalla.

La demora se debe a que la producción fue postergada en repetidas ocasiones desde 2009. El bebé de Bridget Jones pasó por varios directores (hasta llegar a manos de Sharon Maguire, la responsable de la primera película) y por varios guionistas, entre los que se contó la actriz Emma Thompson. Ahora, finalmente, Jones está de vuelta.