Auguran como desafío para el sector sojero la necesidad de aumentar la productividad

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La zafra de soja culminó con caída de 30% en la producción

Habrá una pérdida de alrededor de US$ 200 millones en divisas
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16 de agosto de 2016 a las 05:00

La zafra de soja 2015/2016 culminó con una disminución de 30% en la producción, según los datos divulgados ayer por la consultora Deloitte. En relación a las exportaciones, la soja reportará US$ 820 millones en divisas, un 30% menos que en la zafra anterior, cuando se recaudaron US$ 1.120 millones.

Como se sabe, el cultivo de la soja se vio afectado en enero pasado por una sequía y, al momento de la cosecha en abril, por un exceso histórico de lluvias, lo que mermó el rendimiento de los cultivos.

Durante un encuentro organizado por la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO) en la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), donde presentó un estudio para el Observatorio Oleaginosos Uruguay, Deloitte estimó que la cosecha alcanzó a 2,4 millones de toneladas, con un rendimiento promedio de 1.900 kilos por hectárea.

Sin embargo, si se consideran las mermas ocasionadas por el secado de un alto porcentaje de la cosecha y el porcentaje de grano dañado, que superó 8%, el rinde promedio de la soja de calidad habría sido levemente superior a los 1.800 kilos por hectárea.

Sin embargo, para la próxima zafra, las perspectivas para la oleaginosa son más auspiciosas considerando que los precios habrían llegado a un piso y que se están reduciendo los costos, lo que marcará un panorama más alentador que los dos últimos ejercicios, de acuerdo a los datos manejados en la tercera edición del Observatorio Oleaginosos Uruguay que fue presentado ayer.

"Quedó claro que las perspectivas de la próxima zafra han mejorado notoriamente", destacó a El Observador el director de Deloitte, Pablo Roselli, luego de presentar un trabajo sobre los resultados de la zafra 2015/2016.

En materia de precios, es de esperar que en la nueva zafra se registren valores similares a la última cosecha, pero los costos de producción vienen bajando, si bien no todo lo rápido que se necesitaría. Por lo tanto, en condiciones climáticas normales se debería "proyectar una producción notoriamente mayor sobre un área agrícola similar con mejores rendimientos y eso debería conducir a resultados por lo menos aceptables para los productores", sostuvo Roselli.

El economista consideró que la agricultura presentó un crecimiento muy fuerte en los últimos 15 años y opinó que aún quedan restricciones muy importantes en infraestructura que no son exclusivas de la soja. Por ejemplo, carreteras interiores y acceso a los puertos, lo que significa mayores costos para la producción.

Por otro lado, Roselli aseguró que el mayor desafío para el sector será alcanzar un mecanismo que le permita aumentar la productividad a través de un incremento de los rendimientos.

Recordó que cuando Uruguay decidió encarar con fuerza el cultivo de la soja los rendimientos no eran muy altos, pero estaba alentado por bajos costos y elevados precios. Así fue que en los últimos años consolidó rendimientos en el orden de los 2.400 kilos y ahora hay un "desafío de dar otro salto", principalmente porque es probable que no haya precios tan altos como en la época de auge.

Mejorar productividad

En el cierre de la jornada intervino el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, quien se refirió a varios factores de producción y al uso del agua que tiene que ver con mantener la estructura del suelo, en tanto reafirmó que habrá que pensar en el agua como insumo.

El agua que se almacenó, se administró y está disponible a través de una tecnología, sirve para achicar los déficits del balance hídrico, explicó.

Esto también tiene que ver con la sostenibilidad y la competitividad, sostuvo. Opinó que la soja es la locomotora de la cadena agrícola porque es lo que demanda el mundo y es el producto en el cual el costo de oportunidad de uso del agua frente a otros cultivos es el más alto.

Aguerre remarcó que es necesario construir políticas de Estado que permitan en el futuro lograr sostenibilidad, calidad de empleo, calidad ambiental e inserción internacional.

Por otra parte, según el presidente de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO), Roberto Verdera, admitió que el desafío que tiene el sector es aumentar la productividad. Explicó que hay aspectos de la productividad que hay que mejorar y no tienen respuesta inmediata. La MTO impulsa la red de biotecnología agrícola que en una primera etapa trabajará en soja estudiando el comportamiento de la soja en sequía y resistencia a algunas enfermedades.


Con la mira en Corea

El ministro Tabaré Aguerre aseguró que le planteó al presidente Tabaré Vázquez que en paralelo a las actividades de inserción internacional, como mantener funcionando el Mercosur, Uruguay se puede plantear un acuerdo de libre comercio con Corea. Los acuerdos no solo permiten el acceso a los mercados, sino que generan la competitividad que hace rentable los negocios y atrae la inversión extranjera. Se trata de las oportunidaes de economías complementarias, dijo Aguerre en la Cámara Mercantil.

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