Lacalle: "El gran responsable de la caída económica es Astori"

El legado del gobierno de José Mujica, el primer año conflictivo para el gobierno de Tabaré Vázquez y la situación de Venezuela y Argentina luego de las últimas elecciones son algunos de los temas a los que el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995) se refirió entrevistado por Mariano López en El Observador TV. Este es un extracto de la entrevista.

Creo que es increíble que no haya pasado un año, parece que estuviéramos a fin de un período. Yo nunca me imaginé hasta que punto eran verdad las grietas, las divisiones, las costuras que se notan entre un grupo y otro. Cuando se acabó la bonanza económica que los soldaba, porque era un gobierno de dar y de buena onda, ahora en la carestía se van a ver mucho más los perfiles. En la enseñanza ya tiraron la toalla, a aquello de que le iban a cambiar el ADN. Un detalle: todos hacemos la elección de autoridades un domingo, ¿por qué los profesores la hicieron un jueves, que fue un día menos de clase? Es una pavada, pero ahí se ve cuáles son las prioridades.

Yo creo que es una atrás de otra, el pobre Vázquez está atajando penales y no los ataja todos, se le ha colado cada gol... Es mucha la sumatoria, sobre todo en la asociación con los sindicatos. Es tan evidente que hay una fuerza no política incidiendo en la vida política, que es uno de los precios caros que va a pagar el Frente. Por ahora le han torcido el brazo los sindicatos.

Una gran sensación de tiempo perdido. Todo ese tiempo quedó en nada. Muchos temas quedaron con una espoleta de tiempo, porque creo que el presidente Mujica nunca se dio cuenta de que tenía el poder, como que no fuera él quien tenía que proponer las cosas. Y cuando las proponía era sin mayor estudio, sin mayor análisis. Lo del puerto: en un lugar donde hay aguas profundas y del otro lado no hay una carretera, no hay una vía, ¿quién le iba a llevar la carga? ¿En carretas? Un gran sentido de la improvisación.

Yo creo que son todos malos, porque tienen una continuidad, la principal es la del ministro (Danilo) Astori, que es el gran responsable de la caída económica. Hay que tomar el primero de marzo de 2005 y el último día de este gobierno y ahí hay un común denominador, que se llama Danilo Astori.

Creo que tenemos que esperar a las conclusiones. No sabemos si hay delitos o no, con los hechos que tengan el parecido con una situación delictiva los que están en la comisión harán lo que tengan que hacer. Yo pregunto, si en una empresa cualquiera pasa lo que pasó en Ancap, ¿los gerentes quedan? Se van para la casa y se ponen bigote postizo. Acá no conocemos el concepto de responsabilidad política. Un mínimo de autocensura, de mirarse al espejo y decir: en esto me equivoqué.

Creo que es Raúl Sendic, porque es una empresa. Ancap nace en el año 31, ¿qué tiene que ver alcoholes con cemento y la refinación de petróleo? Tendrían que ser tres empresas distintas si es que había intención de que el estado fabricara todo eso y perfumes, porque ahora descubrimos que hace perfumes. Para mí son tres cosas que atadas y metidas en la misma bolsa hacen que Ancap, a través del precio del combustible, les arregle las cuentas a los otros.

Creo que es todo un mensaje: acá cualquier administrador puede hacer un desastre, que desde el punto de vista del poder político que representa el Frente Amplio, nunca lo va a sancionar porque son de ellos. Desde el Partido Nacional hubiéramos preferido un gobierno próspero y una Ancap que bajara los combustibles cuando baja el petróleo. Somos el único país que se saca la lotería al revés, acá baja a la mitad el precio del petróleo y baja 5% el combustible. Es una especie de burla.

Yo creo que era una corajeada muy grande porque la situación de vigilancia y de ejercicio del poder está muy presente, pero nadie puede contra los anaqueles vacíos y las barrigas a medio llenar. Los almacenes no tienen comida, se puede comprar un día y uno compra lo que encuentra, entonces si hay detergente aunque uno no necesite compra porque la semana que viene no va a haber. Es una situación muy difícil. La gente es muy valiente, ante la urna es una maravilla.

Antes de la segunda vuelta estábamos en la duda de si se iba a dar el triunfo de un aparato enorme como es el oficialista argentino. Pero se produjo el gran cambio, al votarse en la provincia primero fue un aviso a los navegantes. Ganar la provincia es el dos de la muestra.

Primero no creo que sea un giro a la derecha, sino uno a la democracia efectiva y bien ejercida. En segundo lugar yo nunca creí en aquello del efecto dominó. En Argentina había un gobierno que venía agotado, dilapidado, que había metido medidas artificiales de subsidio, de congelación, era una cosa que venía sujetándose para que cayera el 10 de diciembre. Ahí se produce la aparición de este muchacho, con un planteo nuevo, y por primera vez no gana ni el radicalismo, ni el peronismo en Argentina. Lo de Venezuela es mucho más cuesta arriba, subieron al escalón número uno, que ahora parece que los quieren bajar. Ese sí que es un lío y ojalá no termine en algo horrible, desde el punto de vista de lucha armada. A la oposición la están atajando, cerrándole todos los escapes y un buen día puede pasar algo.

Sí, porque eso tiene una adrenalina, una sensación de estar en la punta del pelotón pero yo creo que los liderazgos modernos no van a ser para siempre. Me acuerdo cuando inicié mi campaña con mi abuelo, en el año 58, recorrimos todo el país en el ómnibus y había gente que hacía cuatro años que no la veía. Y si la veía era en una foto muy borrosa del diario Debate, aquellas con puntitos. No había televisión. Después la radio achicó las distancias, es un medio fantástico, pero hoy es: la televisión, el diario, las radios y las redes sociales. Hay un desgaste mucho mayor de las figuras. En síntesis estoy del otro lado de la raya de cal. Antes estaba dentro de la cancha, ahora estoy afuera.