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Lacalle Pou con viento en la camiseta
Tras la investigadora de ANCAP, el líder blanco se propone abrir más investigaciones parlamentarias
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11 de enero de 2016 a las 05:00
Como el equipo que hace un gol a los pocos minutos del primer tiempo y le salen todos los pases y cambios de frente, el líder blanco Luis Lacalle Pou agarró viento en la camiseta y ahora se propone abrir más investigaciones parlamentarias en temas donde la izquierda también hace agua: los vínculos con Venezuela y la construcción de una planta regasificadora. Ese gol fue haber logrado instalar en el Senado una comisión investigadora para poner la lupa sobre la gestión en ANCAP, donde está involucrada una figura de peso (y posible candidato a presidente) del Frente Amplio como Raúl Sendic, y donde las pérdidas se acumulan en cientos de millones de dólares.
En el momento en que la izquierda aceptó investigar, la pelota del hijo del expresidente Lacalle Herrera tocó la red en el arco contrario y cualquier cosa que pasara de ahí en más sobre el tema ANCAP era ganancia para él. Es decir, el solo hecho de haber forzado esa comisión fue un logro para una oposición que en los últimos años miraba el partido desde afuera y dejaba al Frente Amplio ocupar los lugares importantes de la cancha. Me refiero al análisis trillado sobre que dentro del oficialismo se ejercita el gobierno y la oposición al mismo tiempo, lo cual es cierto, y además deja afuera de la atención a todo lo que no sea Frente Amplio. El trabajo de esa investigadora, si bien no destapó ilicitudes flagrantes ni escándalos urgentes, tuvo la virtud de poner en primera plana un punto flaco del gobierno. Ahora el trabajo es a la inversa: el Frente Amplio y sobre todo la lista de Sendic (711) tienen que salir a desarmar un relato instalado que señala mala gestión en el ente petrolero, como mínimo.
Otra conclusión posible en este asunto es que el viento que ahora mueve la camiseta de Lacalle Pou vino a dejar en claro que en Uruguay todavía hay partidos de oposición vigentes. Ello, sin embargo, no implica decir que hayan hecho todo bien en el último tiempo; más bien todo lo contrario. Pero al menos en este caso tienen todo el crédito, y puntualmente Lacalle Pou puede sacar pecho por el logro. Por eso se siente en la libertad (¿obligación?) de ir por más. El desafío para él, en todo caso, es alejarse del circo.
En el momento en que la izquierda aceptó investigar, la pelota del hijo del expresidente Lacalle Herrera tocó la red en el arco contrario y cualquier cosa que pasara de ahí en más sobre el tema ANCAP era ganancia para él. Es decir, el solo hecho de haber forzado esa comisión fue un logro para una oposición que en los últimos años miraba el partido desde afuera y dejaba al Frente Amplio ocupar los lugares importantes de la cancha. Me refiero al análisis trillado sobre que dentro del oficialismo se ejercita el gobierno y la oposición al mismo tiempo, lo cual es cierto, y además deja afuera de la atención a todo lo que no sea Frente Amplio. El trabajo de esa investigadora, si bien no destapó ilicitudes flagrantes ni escándalos urgentes, tuvo la virtud de poner en primera plana un punto flaco del gobierno. Ahora el trabajo es a la inversa: el Frente Amplio y sobre todo la lista de Sendic (711) tienen que salir a desarmar un relato instalado que señala mala gestión en el ente petrolero, como mínimo.
Otra conclusión posible en este asunto es que el viento que ahora mueve la camiseta de Lacalle Pou vino a dejar en claro que en Uruguay todavía hay partidos de oposición vigentes. Ello, sin embargo, no implica decir que hayan hecho todo bien en el último tiempo; más bien todo lo contrario. Pero al menos en este caso tienen todo el crédito, y puntualmente Lacalle Pou puede sacar pecho por el logro. Por eso se siente en la libertad (¿obligación?) de ir por más. El desafío para él, en todo caso, es alejarse del circo.
