"Llegué a casa con olor a negro"

"Llegué a casa con olor a negro", decía un gran cartel publicado en Vila Velha, en Espírito Santo, Brasil. Se trataba de un post real de Twitter, que un usuario publicó sin esperar que las consecuencias fueran a aparecer en su propio barrio. Es que la campaña "Racismo virtual, consecuencias reales" busca exponer la discriminación virtual de un país donde el racismo es un problema de todos los días.

El nombre de quien publicó el comentario estaba oculto. "No teníamos intención de exponer a los autores", explicaron los organizadores de la campaña en su sitio web. La iniciativa surgió luego de que en julio de este año, usuarios de redes sociales atacaran a María Júlia Coutinho, la periodista encargada de presentar el estado del tiempo en Rede Globo –uno de los canales más importantes del país –, con comentarios racistas.

Para demostrarle a los agresores que las consecuencias de sus ataques son tan reales como si lo hicieran cara a cara, la organización Criola Group, que defiende los derechos de las mujeres afrodescendientes, geolocalizó las publicaciones y las imprimió en un enorme cartel. En asociación con empresas publicitarias, la organización buscaba mostrar el impacto de este tipo de agresiones y generar discusión sobre el tema.

Los casos de racismo no ocurren solamente en las redes sociales. Recientemente, una mujer fue condenada a cuatro años de prisión por tratar de "negros inmundos" y "monos" a tres personas. El año pasado, la hincha de Gremio que le gritó "macaco" al arquero de Santos y fue captada por las cámaras de televisión sufrió las consecuencias de su agresión a pesar de haberse disculpado: apedrearon su casa, la echaron del trabajo y fue condenada en redes sociales.

En Brasil, un país donde el 70% de quienes viven en la pobreza extrema son personas negras, los episodios de racismo no hacen más que poner en evidencia la factura social de la sociedad. La desigualdad tiene raíces históricas: el país fue uno de los últimos en abolir la esclavitud, en 1888.