Pocas veces se vio en la capital keniana una marea humana como la que logró movilizar el papa Francisco esta mañana: decenas de miles de africanos abarrotaron el recinto de la Universidad de Nairobi para ver de cerca al pontífice, entre un gran despliegue militar y policial.
La misa fue en su versión más africana, con cánticos y bailes tradicionales, chapurreos en suajili y con el papa vestido con una casulla con coloridos motivos tribales. Entre los fieles había una marea de paraguas que aguantaba el chaparrón, el barro y las horas de espera, que recibieron así la bendición del papa.
"Dios bendiga a Kenia", expresó Francisco durante la homilía pronunciada en italiano -con traductor al inglés - y ambientada con cánticos y bailes tradicionales que hacían gala, ante el mundo entero, de la cultura keniana.
El mal tiempo no menguó la expectación de los locatarios, que llegaron a la capital desde todos los rincones del país tras viajes de largas horas en ómnibus. Todo para poder participar en el acontecimiento más esperado de la visita papal. Y eso que la mayoría de la población del país es de confesión protestante y la expectativa de los días previos no había sido muy significativa.
Francisco llegó al recinto poco antes de las diez de la mañana, en un papamóvil abierto, saludando a los que se agolpaban para verlo de cerca, y desafiando igualmente a la lluvia y a las numerosas advertencias de seguridad.
En esta ocasión, nadie temió al terrorismo en Kenia -bajo la constante amenaza del grupo yihadista Al Shabab-, y durante horas los ciudadanos esperaron pacientes en las calles bajo el frío y la intensa lluvia. Muchos hicieron fila desde la medianoche.
En esta ocasión, el santo padre pidió a Kenia acabar con "la arrogancia de los hombres, que hieren o degradan a las mujeres" y construir una sociedad sin discriminaciones. Parecía organizado: varios sacerdotes tenían paraguas que incluían la famosa frase de Francisco "¿quién soy yo para juzgar?"
En un lugar especialmente vinculado a la juventud como es la universidad, el papa se dirigió a los jóvenes y pidió "que los grandes valores" de la tradición africana y "el generoso idealismo" de su juventud los guíen "en su esfuerzo por construir una sociedad que sea cada vez más justa, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana".
Antes del oficio, el papa mantuvo una reunión interreligiosa y ecuménica en la que se dirigió a los jóvenes advirtiendo que la religión no debe ser utilizada jamás para "justificar el odio y la violencia", y lamentó la radicalización que están padeciendo en su nombre para tratar de romper el tejido de la sociedad.
Por la tarde, el papa visitará la sede de la ONU en Nairobi, donde pronunciará un discurso sobre el cambio climático, a pocos días de que comience la cumbre mundial sobre este tema.
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