Los desafíos de la economía argentina y su impacto en Uruguay

Desafíos

A grandes rasgos, el gobierno deberá enfrentar desafíos en dos grandes categorías: las económicas institucionales y las macroeconómicas.

El primer grupo está delineado por la falta de confianza que el kirchnerismo determinó en los inversores sobre las instituciones y el devenir económico. También por los llamados "fondos buitre", que imposibilitaron a Argentina el acceso al mercado de crédito, y la falta de credibilidad en las estadísticas oficiales ante la manipulación de datos realizada por el gobierno.

Mientras tanto, a nivel macroeconómico, el gobierno de Macri deberá enfrentarse a un déficit en las finanzas públicas que al día de hoy se ubica entorno a un 7%. Esto implicará una medida de ajuste, fuertemente criticada por la oposición durante la campaña electoral, pero inevitable ganara el candidato que fuere ante el desequilibrio de la economía.

Por otra parte, deberá hacer frente al desafío de moderar los niveles de inflación que están por encima del 20% y desmantelar un esquema cambiario insostenible ante la falta de reservas del Banco Central.

Impacto en Uruguay

Pero este panorama económico, así como las acciones que impulse el nuevo gobierno, podrán tener efectos tanto positivos como negativos sobre la realidad uruguaya.

Por un lado, la apertura de mercado que Macri impulsó durante sus discursos podría resultar beneficioso para algunos sectores que se han visto afectados con el cierre de su actividad, por ejemplo los autoparques. También, postula a Argentina como el socio que a Uruguay le estaba faltando en la búsqueda de acuerdos comerciales más allá del Mercosur.

Por último, de concretarse la liberación del cepo cambiario, los argentinos podrán sacar dólares del país lo que podría generar un influjo adicional sobre el turismo y el mercado inmobiliario uruguayo.

Sin embargo, una devaluación brusca en la economía argentina podría afectar más el comercio de bienes en aquellos sectores que todavía venden al país vecino. Además de una posible reducción rápida y activa de la demanda ante el ajuste fiscal.

Finalmente, una mejora en la economía argentina, podría despertar un competidor directo por la inversión extranjera que en los últimos años estuvo "dormido".