La pérdida del hospital del MSF deja a cientos de heridos sin atención médica<br>

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Los errores obligan a Obama a revisar estrategia en Afganistán

Expertos aseguran que el gobierno de EEUU deberá tener un plan más allá de 2016
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07 de octubre de 2015 a las 05:00
Ocupación de Kunduz por parte de los talibanes; catastrófico error al bombardear un hospital de MSF; accidente de un avión militar: a pesar del fin oficial de las operaciones de combate hace 10 meses, la guerra en Afganistán parece no haber terminado para el gobierno de Barack Obama.

La semana pasada trajo un montón de trágicas noticias para un gobierno que había hecho del fin de la guerra en ese país asiático uno de sus principales objetivos.

Las fuerzas estadounidenses, cuyo papel actual se limita en teoría a dar asesoramiento y asistencia al ejército afgano, siguen estando frecuentemente en situación de combate.

Con los riesgos que eso implica, sobre todo de pérdidas humanas: errores como el de Kunduz, donde un avión estadounidense bombardeó un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) y dejó 22 personas muertas; o el de Jalalabad, donde se estrelló un avión de transporte militar cobrándose la vida de 11 más.

Así también, la conquista efímera de Kunduz por los talibanes muestra que las fuerzas afganas no son suficientes para mantener solas su propio terreno, pese a los cerca de US$ 60.000 millones que han recibido de Washington durante los últimos 14 años.

Y la Casa Blanca se ve obligada a considerar postergar más su objetivo de retiro de las fuerzas estadounidenses, que deberían haberse marchado casi por completo a finales de 2016, al final del mandato de Obama, dejando en Kabul una fuerza residual de apenas cientos de soldados.

Pero el objetivo parece cada vez menos factible y la Casa Blanca tendrá que estudiar otras opciones que permitan dejar más militares y más tiempo.

"La necesidad de mantener el apoyo a las fuerzas afganas es evidente", estimó el jefe del gobierno afgano, Abdulá Abdulá.

"En base a lo que puedo ver, de la visión de los generales estadounidenses en el terreno y de nuestros propios jefes militares es necesario mantener una cierta presencia de tropas estadounidenses después de 2016", declaró en Kabul.

Según The Washington Post, la Casa Blanca estudia fundamentalmente un plan presentado por el exjefe del Estado Mayor, el general Martin Dempsey, para mantener hasta 5.000 hombres en el lugar después de 2016, contra 9.800 actualmente.

El general John Campbell, comandante de la misión de la OTAN y jefe de las tropas estadounidenses en el lugar, presentó por su parte cinco opciones para la permanencia de una fuerza de 7.000 hombres, según la misma fuente.

"El presidente ha indicado que tomará decisiones este otoño" boreal sobre el tema, recordó el lunes en Madrid el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter.

El general Campbell está en Washington esta semana para analizar el tema con el gobierno y el Congreso, donde la oposición republicana acusa a la administración Obama de haber privilegiado hasta ahora un objetivo político de retiro de las tropas antes que tener en cuenta la realidad en el terreno.

"El mundo se alejó de Afganistán una vez antes y el país cayó en el caos que contribuyó al peor ataque terrorista contra nuestra patria", dijo el senador republicano John McCain, refiriéndose a los ataques del 11 de setiembre de 2001 planificados por milicianos de Al Qaeda refugiados en Afganistán por los talibanes. "No podemos permitirnos repetir ese error", agregó.

No son los únicos que le reclaman a Obama revisar sus planes en Afganistán. "Creo que hay que dejar entre 5.000 y 7.000 hombres en Afganistán en forma indefinida", dijo Michael O'Hanlon, experto en cuestiones de defensa del grupo de reflexión Brookings. "El ideal es que a estos se sumaran otras miles de tropas de otros países miembros de la OTAN".

El mismo diagnóstico da Anthony Cordesman, especialista en cuestiones de defensa en el grupo de reflexión CSIS. Los militares afganos "no logran cumplir con su papel tan bien como se esperaba" y el desempeño afgano es también decepcionante "en materia de política, administración o economía", subrayó.

Tras el derrocamiento del régimen talibán, que siguió a la ofensiva de Estados Unidos tras el 11-S, la situación política y social de Afganistán continúa inestable y confusa. El gobierno, instaurado primero por la comunidad internacional y refrendado luego por voto el popular, controla la capital Kabul y poco más. En general, el interior afgano resiste al gobierno y el movimiento talibán continúa incidiendo en varias regiones. Desde 2001 han fallecido más de 22 mil soldados de la coalición internacional, además de unos 20 mil civiles muertos.

Preocupación por refugiados

En tanto, el responsable de la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (Acnur), António Guterres, afirmó ayer que la comunidad internacional debe ayudar a los refugiados afganos a volver a su tierra natal no solo por solidaridad, sino por propio interés.

La crisis de los refugiados afganos es la más larga jamás registrada en la historia de Acnur, dado que 36 años después de las primeros huidos, aún hoy, más de 2,6 millones de refugiados registrados viven en 17 países.

De esos, 1,5 millones residen en Pakistán y 900 mil en Irán. Paralelamente, se estima que hay otros dos millones de afganos no registrados que viven en esos dos países vecinos.

"Necesitamos una solución duradera para estos refugiados. La comunidad internacional debe apoyar a los países de acogida, pero especialmente a Afganistán, en sus programas de repatriación", solicitó Guterres.

El máximo responsable del Acnur pidió explícitamente a la comunidad internacional que, "más allá de otras situaciones de crisis existentes en otros lugares del mundo", no se pierda de vista a Afganistán.

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Ataque a MSF fue un "error"

El reciente bombardeo estadounidense sobre un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz que mató a 22 personas fue un error, dijo ayer el principal comandante estadounidense en Afganistán.

"Un hospital fue golpeado por error" en un bombardeo estadounidense "solicitado" por los afganos pero resuelto por los estadounidenses, declaró el general John Campbell en la comisión de fuerzas armadas del Senado.

"Para ser claro, la decisión de realizar un ataque aéreo era una decisión estadounidense, tomada por la cadena de mando estadounidense", subrayó el general. "Nunca apuntaríamos intencionalmente contra una instalación médica protegida", añadió.

Campbell había subrayado el lunes en una conferencia de prensa que el ataque había sido pedido por las autoridades afganas, provocando la cólera de Médicos Sin Fronteras, que acusó a los estadounidenses "de intentar pasarle la responsabilidad al gobierno afgano". "Indignada" por el ataque aéreo, MSF decidió retirar su personal de Kunduz. El hospital era el único capaz de tratar a los heridos graves en la región.

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