Cuando el número de Metallica y Lady Gaga en los premios
Grammy del pasado domingo terminó, el vocalista de la banda californiana, James Hetfield, pateó su micrófono. La reacción no fue una cuestión de actitud rockera, sino que fue
un gesto de frustración, luego de que el aparato fallara durante la presentación de la banda y la cantante.
Ese no fue el único problema técnico de los Grammy, pero si uno de los más notorios. Fue por eso que el productor del evento se disculpó públicamente ante Metallica y otros afectados. "Es uno de los riesgos de la televisión en vivo", se lamentó Ken Ehrlich durante una entrevista con la agencia AP.
"La teoría que maneja mi equipo es que uno de los extras que subió al escenario durante la presentación pateó sin querer el cable del micrófono", dijo el productor sobre el incidente, que Hetfield resolvió compartiendo micrófono con Gaga. "Obviamente, le pedimos disculpas a la banda por este hecho horrible".
Ehrlich también se disculpó con la cantante Shirley Caesar, receptora de uno de los premios a la trayectoria, que fue presentada ante la audiencia con la fotografía de otra artista, CeCe Winans.
El productor, veterano de este tipo de eventos como los Grammy y los Emmy, enfatizó que este tipo de programas, tan extensos y masivos, "son una aventura" y "están llenos de peligro".
La ceremonia también tuvo otros percances, como el de
Adele en el momento del tributo a George Michael, aunque eso se debió a una cuestión personal, y no a un
fallo técnico.