¿Los niños son más inteligentes si tienen más tiempo para jugar?

Mientras el niño juega, la inteligencia se expande. Así se podría resumir la importancia de que el niño –ya sea en sus primeros años como en la etapa preadolescente– dedique más tiempo a actividades didácticas, ya sea en solitario o en un salón de clases.

Según Marianella Ciompi, psicoterapeuta especializada en niños y adolescentes, el juego es siempre una fuente natural de estimulación, que posibilita que el niño eleve su coeficiente intelectual, pero también a que desarrolle una inteligencia emocional.

"Con el juego el niño desarrolla sus habilidades sociales. Cuando dos niños se ponen a jugar y no están de acuerdo es fantástico, porque tienen que encontrar una forma de llegar a un acuerdo para jugar a lo mismo, para dividirse los roles, que es uno de los problemas frecuentes. Esas habilidades sociales son necesarias para la posterior vida laboral y afectiva en el mundo adulto", dijo Ciompi a El Observador.

La profesional recomendó dos grupos principales de juegos: por un lado aquellos que se desarrollan de forma espontánea, sin una forma clara que limite, por ejemplo, los roles. Por otro lado, aseguró que los juegos que implican frustración –como los puzles o los bloques de Lego– son fundamentales para que el niño comience a tomar decisiones a medida que se le van presentando los retos.

"Nuestros niños de hoy están teniendo muchos problemas para manejar la frustración, y hay juegos que en sí mismos tienen la frustración incorporada, algo que deben sortear y que es importante que lo hagan", dijo Ciompi.

En el marco de su campaña "Jugar es importante" Mosca invitó a la experta a apoyar a padres, tíos y abuelos con estas reflexiones sobre la relevancia del juego en los primeros años de vida. La elección de los juguetes, del tiempo y el espacio de juego son decisiones que tienen gran impacto en la vida de nuestros hijos e hijas.

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