Los ovejeros quieren ir a más

Desde el punto de vista productivo, el primer dato a destacar es que en 2012 dio sus frutos la retención de vientres que venían realizando los productores y se revirtió la caída del stock, al crecer casi 10% respecto al año anterior y superar las 8 millones de cabezas. Se frenó así una disminución dada en especial por los buenos precios de la lana y la carne de los últimos años, lo que derivó en una reposición insuficiente.

El dato se conoció con la declaración anual de la División de Control de Semovientes (Dicose), pero se veía venir desde comienzos del año, donde todo era entusiasmo en el ambiente de la producción ovina, con buen colocación de carneros en la zafra y una encarnerada en la que se buscó también preñar todas las borregas disponibles.

Sobre mediados de años comenzaron a aparecer los nubarrones en el horizonte. Algunos ya se venían mostrando porque la crisis económica internacional impactó en especial en la Unión Europea (UE), el principal mercado en valor para la carne ovina uruguaya. De un techo de US$ 5,46 el kilo de carne ovina obtenido en junio/julio de 2011 se fue bajando.

Con la producción en los establecimientos a toda marcha, el último cimbronazo ocurrió en octubre pasado, cuando el kilo de carne de cordero cayó de US$ 3,60/US$ 3,80 a US$ 3,20 el kilo. Desde la industria predominó la explicación respecto a las dificultades de colocación en el mercado europeo, lo que obligó a refugiarse en el mercado de Brasil, el principal en volumen, pero que paga precios inferiores.

“Estamos trabajando para los US$ 5 y ahora tenemos US$ 3”, fue el comentario de un productor ovejero a El Observador Agropecuario, a modo de lamento o decepción. Y esa es la cuesta que deberán remontar este año los productores y la industria, que busca mercados donde colocar la producción.

Y vale un capítulo para los mercados. Tanto la industria como las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) no bajan los brazos en la apertura de mercados. El caso más notorio es el de Estados Unidos, donde Uruguay hizo bien todos los deberes, pero sigue cerrado. Cabe recordar que el proceso técnico sanitario culminó cuando el gobierno estadounidense hizo en abril de 2011 la consulta pública de 60 días para saber si alguien tenía objeciones, y no las hubo.

El tema está en la cancha de las relaciones políticas entre ambos gobiernos y en ese ámbito hay una negociación entre las partes para ver qué da a cambio Uruguay. En la misma bolsa está la entrada de citrus al mercado estadounidense. Reuniones hay, pero no humo blanco. Y Uruguay sigue buscando nuevos mercados y ampliar los existentes.

En contraste al dolor de cabeza de los precios y las dificultades de colocación de animales pesados y carcasas adultas para la exportación, la faena de corderos fue 17% superior al año anterior, al faenarse a noviembre pasado 768.000 cabezas contra los 655.000 animales de 2011. La retención, como dijimos, se vio en una faena inferior, que cerró el año con 1,1 millón de cabezas.

Cada productor sacará sus conclusiones para seguir adelante. A nosotros nos parece que los productores ovejeros quieren ir a más. Lo demostraron al presentarse más de un millar al llamado del MGAP para juntarse para hacer mejores negocios. A fin de año hubo una demanda muy fuerte por corderos mamones al punto que hubo productores que no quisieron vender a US$ 1,50 el kilo (US$ 3,50 en segunda balanza).

Habrá que esperar cómo arranca el Operativo Cordero Pesado. No será los mismo US$ 3 el kilo que US$ 2,80. Y para la producción de lana hay expectativas que, luego del receso australiano, el Indicador de Mercados del Este siga por encima de los US$ 11 el kilo base limpia.