Los personajes que regresan a House of Cards

La semana pasada se estrenó la cuarta temporada de House of Cards, una de las mejores y más exitosas series de nuestro presente y muchos ya coinciden en afirmar que es la mejor temporada después de la primera.

Probablemente esto se debe antes que nada a la construcción de un argumento que, a pesar de tener algunos asuntos muy puntuales y correspondientes a la temporada actual, recoge aspectos y tramas de las tres temporadas anteriores y le da una continuidad que hasta el momento la serie no tenía. Para esto se apela al regreso de personajes de temporadas anteriores (algunos inesperadísimos), lo que no deja nunca de sorprender.

A continuación –y tratando de no caer en el pecado imperdonable de los spoilers– un repaso de quiénes vuelven y sus motivos.

¿Y cómo estos regresos son posibles? Cuando se anunció entre temporadas que volvían Corey Stoll y Kate Mara al reparto, las suposiciones se dispararon en todas direcciones. Qué si House of Cards apostaba por primera vez a flashbacks, que si aparecían de algún modo en un sueño o una pesadilla. Coherentes con la promesa de no incurrir en spoilers, no revelaremos aquí las condiciones de su regreso pero si garantizamos que es de lo más adecuado a nivel de guión de la serie. Su reaparición sirve antes que nada para permitirle al público descubrir que todavía un atisbo de moral en Frank Underwood y que sus crímenes le pesan en la conciencia. O sea, que tiene una, así haya que bucear mucho para encontrarla.

Su trama había llegado bruscamente a su fin el año pasado (los Underwood rechazaron de plano el libro) y él habría salido definitivamente de la trama. Pues nada más lejos. Yates regresa y se instala nuevamente en la historia, ocupando un rol pivotal y generando una nueva relación con la pareja protagónica que le podría asegurar una presencia continuada de aquí en más.

La última vez que vimos al pobre Lucas (intepretado por el actor uruguayo-estadounidense, Sebastian Arcelus) fue en la temporada 2, cuando fue acusado de un crimen que no cometió. Lucas se las va a ingeniar para volver e insistir con la verdad que sabe y que casi nadie cree: el Presidente de Estados Unidos es un criminal. Lamentablemente, el convicto es él y no goza además del mejor estado de salud mental, así que todo lo que quiera hacer le costará sangre, sudor y lágrimas.

Otrora presidente, Walker se vio obligado a renunciar y permitirle al entonces vicepresidente Underwood acceder al poder. Siempre presentado como alguien idealista y bastante ingenuo, lejos estaba de ser un estúpido, por lo que este tiempo alejado le ha permitido razonar y entender que fue víctima de quien consideraba su aliado y amigo. Su regreso a la vida pública no pronostica nada bueno para los protagonistas.

El ex editor de Lucas (y de Zoey Barnes) también vuelve por sus fueros, dispuesto a convertirse en el más formidable adversario que los Underwood hayan enfrentado. Su fortaleza no es la política, sino la del periodismo minucioso, bien hecho y que oficia más que nunca de cuarto poder. Hammerschmidt es uno de los pocos cantos de esperanza de todo House of Cards: el periodismo puede derrumbar imperios.