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Los secretos para el mejor sándwich
El secreto que diferencia un buen sándwich de uno mediocre radica en la disposición de sus capas, en el corte y en el tostado. Cuando los ingredientes se colocan correctamente, el sándwich se mantiene armado, el pan no se humedece y la textura óptima se preserva. Y esto es tan secillo como saber qué ingredientes colocar y en qué lugar. Acá van algunos secretos que te van a ayudar:
Balanceé los ingredientes:
Asegurase de tener variedad de texturas (suave, crocante, densa, cremosa) y sabores (fresco, picante, ácido). El balance es la clave.
Corte las capas en su tamaño justo:
¿A quién no le ha pasado morder un sándwich y que se deslice el relleno hacia afuera? Para evitar esto, asegurase que todas las capas sean fáciles de morder: carnes, quesos y vegetales cortados en finas fetas funcionan mejor que las capas gruesas.
Combine los sabores:
Convierta los rellenos de su sándwich en sabrosas combinaciones. La mostaza y el queso van perfecto juntos. También la mayonesa y el tomate. Otros combos perfectos: la carne y los vegetales en pickle, la lechuga con vinagreta, o cualquier vegetal fresco con sal, pimienta u otros aderezos.
Coloque las capas estratégicamente:
Texturas densas (carne y queso) van mejor en el fondo del sándwich, mientras que los vegetales y los ingredientes crocantes funcionan mejor en la parte superior. Los condimentos van bien sobre el pan, pero podés probar: tal vez prefiere la salsa picante sobre algún vegetal específico, o la mostaza directamente sobre la carne.
Tenga en cuenta el tiempo:
¿Qué tan pronto va a comer su sándwich después de hacerlo? Si lo va a hacer un buen rato antes, procure colocarle una capa de mayonesa o queso crema al pan para evitar que se humedezca.
Tueste ligeramente:
El tostado puede agregarle un toque crocante a tu sándwich o revivir un pan que esté un poco duro. Sin embargo, cuide que el pan no se seque por completo y siga teniendo un poco de elasticidad en el centro.
