Macri obtiene triunfo nacional y consolida su modelo político

El gobierno del presidente Mauricio Macri obtuvo un triunfo incontrastable en las elecciones internas legislativas realizadas este domingo y celebró lo que consideró un espaldarazo a su proyecto político. El 36% logrado a nivel nacional y la victoria en provincias clave le permite consolidarse como primera fuerza política y obtener un apoyo a su agenda de reformas.

El macrismo mostró varios motivos de festejo. Para empezar, creció siete puntos porcentuales a nivel nacional respecto de hace dos años, y porque también logró contundentes victorias en distritos electorales importantes.

Aunque se descontaba el triunfo en la capital federal, la contundencia del apoyo a Elisa Carrió fue celebrada como la comprobación de que en su cuartel general el macrismo es inexpugnable.

Pero también se impuso en provincias tradicionalmente peronistas. Por ejemplo, en Córdoba puso fin a una supremacía de la corriente De la Sota-Schiaretti y en Santa Fe se hundió el proyecto político del socialismo, que gobierna la provincia hace una década.

El oficialismo consolidó además una fuerte posición en Mendoza, Entre Ríos, Corrientes y Jujuy. Y por si algo faltaba, ganó en Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, una provincia con enorme peso simbólico por esa razón.

Reafirmación del modelo

El discurso de Macri tuvo mucho de reafirmación del modelo. A diferencia de lo que pretendían sus opositores, no esbozó autocríticas ni interpretó que el resultado de las urnas pudiera llevarlo a revisar sus políticas. Al contrario, lejos de la visión opositora sobre que "dos tercios del país rechaza el camino del ajuste", la lectura que hizo Macri fue la de un espaldarazo a su gestión.

Tras quejarse de la actitud de una oposición que "pone palos en la rueda" y a la que "nada de lo que proponemos le parece bien", prometió una profundización de su línea. Y cerró con un mensaje sugestivo: "Empezaremos a recorrer los 20 años mejores de la historia".

El mensaje parecía evidente: Macri cree que Cambiemos se consolidó como fuerza política nacional y que no solo le irá bien en su gestión sino que además tiene figuras de recambio como para garantizar un proyecto a largo plazo.

Cristina y los mercados

En contraposición, y aunque lejos del resultado contundente que anticipaban las encuestas, el kirchnerismo al menos quedó satisfecho con el resultado en la estratégica provincia de Buenos Aires.

Tras el suspenso de haber empezado el escrutinio en ese lugar siete puntos porcentuales por debajo del oficialismo, la expresidenta Cristina Kirchner hizo valer su adhesión en el conurbano.

Aunque el escrutinio se "clavó" con el 96% de mesas contabilizadas, Cristina quedó en segundo lugar a una décima del candidato oficialista. Pero denunció "fraude" en el recuento de los votos, lo que fue descartado de plano por el gobierno, y afirma que ganó.

El festejo en el bunker kirchnerista, luego de los discursos triunfalistas de Macri, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, Elisa Carrió y el exministro de Educación de Cambiemos, Esteban Bullrich, tuvo mucho de desahogo.

A esta altura quedó en segundo plano que la elección fuera una interna partidaria –que en la mayoría de las provincias no tuvo competencia interna– y que, por lo tanto, en estas PASO no había ningún cargo en juego.

En realidad, lo que la Argentina política interpretaba como lo que estaba realmente en juego era la medición sobre el apoyo popular al proyecto político macrista y la constatación de qué tan fuerte seguía siendo la expresidenta.

No por casualidad, todos afirmaban que una victoria contundente de Cristina en la provincia pudo significar mucho más que quedar primera en la "pole position" para ganar su banca de senadora en octubre.

Más bien, un resultado abultado como el que habían previsto los encuestadores hubiera significado lisa y llanamente una crisis política, con un notable recorte en el poder político de Macri y un posible efecto para los próximos dos años, casi sin chances de reelección.

Así se interpretaba, durante los días previos, en las empresas y el mercado financiero, donde muchos se cubrían en dólares o títulos soberanos dependiendo de qué resultado vieran más probable.

Los informes financieros preveían una caída de los bonos soberanos y una suba de 100 puntos básicos en el nivel de riesgo país, para el caso de una derrota dura del gobierno.

En cuanto a la evolución del dólar, la expectativa era que con una eventual victoria del kirchnerismo, hubiese continuado la presión alcista.

Con la calculadora electoral a disposición

Como ocurre después de cada PASO, ahora el análisis pasa por ver si los porcentajes obtenidos por cada fuerza son un piso a partir del cual se puede crecer tomando votos ajenos o si son un techo electoral.

En el caso de la provincia de Buenos Aires, la primera impresión es que Cristina Kirchner tiene margen para crecer, sobre todo de parte de quienes votaron a Florencio Randazzo.

Esos casi seis puntos porcentuales son poco para el exministro, pero son un tesoro en el bunker kirchnerista. En cambio, no parece probable que el macrismo pueda robarle votos a Sergio Massa, al lograr un 15%, un nivel inferior al proyectado en los sondeos.

En todo caso, si hacia algún lugar puede crecer el macrismo es hacia un mayor nivel de concurrencia a la votación. El 75% de afluencia en la provincia fue bueno (los encuestadores preveían un 70%), pero está aún lejos del 80% del 2015 cuando Vidal fue electa.

En el macrismo hay motivos suficientes para festejar: si en octubre se repitieran los resultados registrados el domingo, el macrismo pasaría de su bancada de 86 diputados y 16 senadores a otra de 104 diputados y 26 senadores.

Mientras tanto, el termómetro electoral del domingo indica que el kirchnerismo mantendría su actual representación.