Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Luis Almagro, secretario general de la OEA, cuando eran amigos

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Maduro es presionado desde el exterior, pero se mantiene firme

El líder del chavismo es acorralado por voces internacionales que buscan su salida del gobierno
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24 de agosto de 2016 a las 05:00
La presión llega de todos lados. Washington, Brasilia, Buenos Aires, Asunción. Pero el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, parece estar decidido a no dar ni un paso atrás, aunque en el plano internacional solo su par y amigo boliviano Evo Morales sale a defenderlo.

El mandatario venezolano también tiene una olla en ebullición dentro de sus propias fronteras, con la oposición empujando hacia el fin anticipado del chavismo, aunque su triunfo es todavía incierto.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, volvió ayer a la carga contra Maduro y aseguró que el referéndum revocatorio del presidente que impulsa la oposición en el país caribeño debe realizarse este año. Impedirlo "es absolutamente inadmisible para la OEA, y si eso definitivamente se concreta las sanciones más drásticas deberán ser tomadas al respecto por la organización y por las demás organizaciones regionales y subregionales", afirmó el funcionario.

Las declaraciones, además, fueron hechas en el programa radial de la exdiputada y opositora María Corina Machado, una de las mayores enemigas del gobierno que fuera expulsada del Parlamento en marzo de 2014.

"Estamos impulsando y empujando para que lleguemos a las soluciones concretas y específicas que necesita Venezuela", dijo el excanciller uruguayo de forma explícita. "Cada día es tarde para Venezuela", expresó.

Almagro había publicado el lunes a la noche una carta abierta dirigida a Leopoldo López, preso político desde febrero de 2014, en la que cuestionaba duramente al gobierno de Maduro y señalaba que en Venezuela, a su criterio, no existe democracia ni estado de derecho.

"Analizo una y otra vez el tema y estoy convencido de que no quedan razones jurídicas, políticas, morales o éticas para no pronunciarse y condenar a un gobierno (a esta altura con características de régimen) que se ha deslegitimado a sí mismo", había escrito Almagro.

Escasa defensa

"Esto no es una guerra de palabras, esto es una dimensión institucional en la cual hacemos uso de los instrumentos jurídicos que tiene la Organización de Estados Americanos. (...) No hay, salvo algunos casos muy específicos y aislados, una defensa del régimen bolivariano en Venezuela. Nadie defiende eso hoy en el mundo", manifestó el funcionario del organismo con sede en Washington.

Desde esa misma ciudad, otras presiones ya habían llegado. A mediados de junio, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, había reclamado por la realización del referéndum revocatorio.

Por ello, el presidente de Bolivia, Evo Morales, cuestionó duramente ayer a Almagro nuevamente y lo acusó de ser servil a los intereses de Estados Unidos. "No sea vocero ni operador del imperio norteamericano. Pedir intervención internacional es actitud colonial y antidemocrática", escribió el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.

"Se ha traspasado un umbral, que significa que es el fin mismo de la democracia. La comunidad internacional es clara al pedir 'no más tiranía en el cielo'. Un cielo que ya no existe", había dicho Almagro en su carta a López.

Bolivia es aliado de Venezuela en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), junto con Cuba, Ecuador y Nicaragua, además de algunos países del Caribe anglosajón, aunque ninguno de ellos ha salido en clara defensa de Maduro en este último tiempo. Es también socio de Caracas en el Mercosur –donde todavía no es miembro pleno a falta de la aprobación parlamentaria de Brasil–, pero en ese bloque hallar respaldo a la gestión chavista es más difícil que encontrar una aguja en un pajar.

Paraguay, Argentina y Brasil se opusieron tajantemente al traspaso de la presidencia pro témpore del bloque al país caribeño, y Uruguay, el único que consideraba que debía continuar con el orden de mando preestablecido, optó por abandonar la presidencia. El gobierno de Venezuela se la atribuyó para sí, pero fue desconocido por los demás miembros. Funcionarios diplomáticos de esos cuatro países se reunieron ayer en Montevideo intentando alcanzar una solución.

Carrera revocatoria

La opositora Mesa de la Unidad Democrática está buscando convocar este año un plebiscito en contra de Maduro, a quien responsabiliza por la recesión económica que aqueja al país, marcada por la escasez de alimentos y medicinas y una alta inflación. Preparan para el 1° de setiembre una marcha en todo el país que confluya en Caracas para exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) la fecha de recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar la consulta, último paso de un engorroso proceso que han llevado a cabo.

La recolección de las firmas necesarias para la convocatoria al referéndum "probablemente" se iniciaría a fines de octubre, dijo a principios de este mes el CNE. Si consiguieran las firmas y fueran válidas, ese organismo electoral deberá llamar a consulta pública. Tiene 90 días para hacerlo, por lo que ocurriría entre diciembre y marzo.

La oposición quiere que se realice antes del 10 de enero de 2017, fecha en que se cumplen cuatro años del período de gobierno iniciado por el fallecido Hugo Chávez, dado que en ese caso se convocaría a elecciones anticipadas. Si se celebra después de esa fecha y el gobernante es revocado, lo sustituiría su vicepresidente.

El chavismo alega que es imposible que se celebre la consulta este año porque la oposición inició los trámites para convocarla tardíamente.

Funcionarios de confianza política despedidos

El gobierno de Venezuela ordenó en las últimas horas despedir a todos los funcionarios de confianza política que firmaron a favor del referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

El gobierno fijó el lunes un plazo de 48 horas para que sus ministros despidan a jerarcas de la administración pública contratados bajo la modalidad de libre remoción y que están en contra del chavismo, informó el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y alcalde de un municipio de Caracas, Jorge Rodríguez.

"Hoy por orden del presidente del partido, Nicolás Maduro, se ha citado a cinco ministros (...) para establecer de forma categórica que no puede haber en cargos directivos, en ministerios, en instituciones públicas, en gobernaciones y alcaldías, personas que estén en contra de la revolución y del presidente", dijo Rodríguez a periodistas.

En tanto, cientos de trabajadores públicos, incluidos policías y bomberos, habían denunciado a mediados de año que fueron despedidos por firmar a favor del revocatorio, según testimonios recabados por la agencia Reuters, un listado de una ONG de derechos humanos y medios locales.

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