Opinión > Opinión / Juan Dubra

Marihuana medicinal y la oferta laboral de los adultos mayores

El trabajo muestra que la droga no tuvo efectos "de fondo" sobre la salud sino que redujo los síntomas de los problemas de salud
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27 de noviembre de 2016 a las 05:00
Creo que están mal las intromisiones estatales en lo que la gente puede, o no puede hacer, si esas acciones no afectan a otros, o si la persona es responsable por sus acciones. No me gusta que me obliguen a usar cinturón de seguridad, y si no lo uso y me reviento, mi problema. Si alguien se queja porque su mutualista me tiene que pagar mi tratamiento, podríamos hablar de que no me atendiera si andaba sin cinturón.

Con ese contexto, si una persona quiere fumar marihuana, feliz de ella, mientras no perjudique a otros con sus acciones cuando está bajo la influencia de la droga; si perjudica a otro, que se haga responsable. En ese sentido, legalizar la marihuana (si se controla que los menores no tengan acceso, por no tener criterio para decidir) no me parece mal. No lo que se hizo en Uruguay que es cualquier cosa: se regula, se mete el Estado en el medio, y para peor saldrá más cara que la ilegal, por lo que tampoco será una herramienta efectiva contra el narcotráfico.

La comunidad internacional miraba a Uruguay como un conejillo de indias por su experimento con la legalización. La discusión sobre varias formas de lograr que la marihuana sea más accesible para distintos fines está instalada en muchos países, y ver qué pasaba aquí podía ser útil. A pesar de la importancia que tuvo la legalización para el gobierno pasado, varias de las puntas de la ley no se han implementado aún. Sin embargo, otras jurisdicciones han aprobado la legalización de la marihuana en diversos formatos (libertad total, libertad de consumo o libertad de venta para uso medicinal, etc.) y las experiencias acumuladas ya nos informan sobre los efectos probables de estos cambios. Eso puede ayudar a otros tomadores de decisiones a formular políticas con bases científicas más sólidas.

Por ejemplo, uno de los debates más viejos sobre la legalización en Estados Unidos es con relación a la marihuana con usos medicinales. En esa discusión, aquellos en contra argumentan que la legalización (aun para usos medicinales) fomentará la adicción a la droga y el abuso de sustancias relacionadas. Dicen también que aumentarán el crimen, los accidentes de tránsito y los costos para el sistema de salud del uso prolongado de la marihuana. Aquellos a favor sostienen que los beneficios médicos de la legalización son mayores que esos costos.

Por supuesto, fuera de discusiones filosóficas sobre la libertad, a fin de cuentas el tema de la conveniencia de la legalización es una pregunta empírica: si conviene o no, depende de los beneficios y costos que efectivamente se materializan. Eso es precisamente lo que hacen en un trabajo reciente Lauren Hersch y Johanna Mclean: estudian el impacto que tuvo sobre la salud de los adultos mayores la legalización de la marihuana para uso medicinal.

Al momento de escribir su trabajo, en setiembre del 2016, había 25 estados de Estados Unidos que habían legalizado en distintos momentos la venta para usos medicinales (durante la última elección algunos estados cambiaron su normativa en materia de marihuana). Las autoras explotan esa variación temporal en la legalización para ver los efectos de la norma.

Tuvieron tres ideas buenas para medir el efecto. En primer lugar, se les ocurrió mirar al grupo para quien sería más probable encontrar un efecto, dado el uso que se le da a la droga en general: los adultos mayores. En estudios clínicos se ha visto que la marihuana es efectiva para tratar el dolor (y dolor crónico), la ansiedad, depresión, náuseas, psicosis, desórdenes del sueño y espasmos. Pero lo más común es que se use para el tratamiento del dolor crónico, y es entre los adultos mayores que esa condición es más prevalente. En 2012 una encuesta reveló que 126 millones de estadounidenses habían sentido alguna forma de dolor en los últimos tres meses, y los adultos mayores eran los más propensos a tener dolor crónico: en otro estudio entre el 25% y 50% de los adultos mayores viviendo en comunidades sufrían dolor. Entonces, si la marihuana es efectiva, es en ese grupo que es más probable que se encuentre algún resultado.

En segundo lugar, tuvieron otra buena idea sobre cómo medir el impacto de la marihuana. En general a los economistas no les gusta preguntar "¿te sentís mejor después de haber empezado a fumar?"; prefieren mediciones de cosas observables. En esa línea, las autoras decidieron estudiar el efecto de la legalización de la droga sobre la oferta laboral de los adultos mayores; algo medible y económicamente relevante. Quizá no fuera revolucionaria la forma de medir el efecto, ya que había caído drásticamente la oferta laboral de ese grupo cuando se retiró del mercado en el 2004 un calmante popular para el tratamiento del dolor crónico (Vioxx). Pero igual es interesante la forma de medir el impacto.

Finalmente, también es interesante la "identificación". Con ese término se designa en economía la estrategia para discernir si una correlación entre dos variables se debe a que una causa la otra, si es casual o si hay alguna otra variable que influye en las dos. Para entender la importancia de la identificación, imaginemos que el año pasado se hubiera legalizado la marihuana medicinal en todo Estados Unidos y que este año la oferta laboral de los adultos fuera mayor que el año anterior. Podría deberse a que fue un año seco, con buen clima, que ayudó a que los adultos mayores trabajaran. O porque empeoraron las condiciones económicas, y la gente tuvo que salir a trabajar. O porque subieron los salarios y eso hace más tentador trabajar. Hay un sinfín de explicaciones posibles, y sería imposible determinar si fue la marihuana la que causó la mayor oferta.

Lo que hicieron las autoras fue aprovechar la variación temporal en la aprobación de la marihuana medicinal para mostrar que, cada vez que se legalizó la droga en algún estado, aumentó la oferta laboral de los adultos mayores en ese estado. El trabajo argumenta que la legalización no responde a factores que influyen también en la oferta laboral (por ejemplo, la gente se vuelve más sana, y eso hace por algún motivo que haya impulsos para legalizar, y al mismo tiempo aumenta la oferta laboral), y por eso no puede ser casualidad que cada vez que se legaliza la gente trabaja más.

Como era de esperarse, el trabajo también muestra que la marihuana no tuvo efectos "de fondo" sobre la salud, sino que solo redujo los síntomas de los problemas de salud: no cura los problemas de columna, pero quita el dolor asociado.

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