Más que una simple heroína

Es que este jueves la primera función de Los juegos del hambre: sinsajo el final fue la despedida de un fenómeno que cautivó a adolescentes, jóvenes y también adultos desde 2012, cuando se estrenó la primera película de la serie, basada en la trilogía de la escritora estadounidense Suzanne Collins.

La primera aparición de la protagonista Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) es en una cama de enfermería, en recuperación. Ya desde el comienzo, el espectador sabe que lo que se viene es la parte más difícil de la lucha de los rebeldes por derrocar de su poder al presidente Snow. Por otra parte, aislado en una camilla, casi apresado por su propio bien, se ve a Peeta Mellark (Josh Hutcherson).

Es difícil para quien no está familiarizado con la saga entender este comienzo sin conocer la historia. Sus numerosos personajes –los vivos y los ya muertos–, las referencias a las otras partes de la saga y el hecho de que la trama corresponda a la segunda mitad del último libro de la trilogía hacen de la historia previa algo fundamental para seguir el hilo.

El proceso de mediatización de la figura de Everdeen, que comenzó con una campaña premeditada por parte de los líderes de la resistencia, supone un dilema para la protagonista ya desde la entrega anterior, cuando se resistió a convertirse en casi una parodia de heroína y demostró su autenticidad al elegir su propia forma de hacer propaganda de guerra.

La popularidad de Katniss la supera y se vuelve un arma de doble filo que comienza a generar rivalidades dentro de su propio bando. La heroína debe quedarse en la retaguardia y proveer a las cámaras de material que motive a los revolucionarios, pero su sed de venganza contra el presidente Snow hace que pronto busque la forma de torcer las reglas para transitar su propio camino.

La representación cinematográfica, sin embargo, se olvida por momentos de quienes no leyeron la historia y se queda corta en la resolución de algunos conflictos, como la relación entre Everdeen y Gale Hawthorne (Liam Hemsworth), que hacia el final se torna confusa para quien no conoce la compleja trama desarrollada por Collins en el papel.

Feminismo en la pantalla

Mientras en la vida real Lawrence ataca la brecha salarial entre hombres y mujeres en Hollywood, Katniss combate el estereotipo de mujer protagonista para la que solo importa el desenlace romántico. El carácter de líder involuntaria y cuestionadora de Everdeen consiguen la empatía del público desde el primer momento y, en contraposición a otras sagas como Crepúsculo, donde lo que importa tiene más que ver con las fantasías que un amor idealizado despierta en el público, Katniss representa una crítica a la sociedad actual, la guerra, el capitalismo y el rol de los medios de comunicación.

Aunque el desenlace de la historia de amor también divide al público entre quienes prefieren a uno u otro de sus pretendientes, los mensajes sobre la familia, la ética y el poder hacen que el fenómeno contenga más que caras bonitas y clichés.