La nueva primera ministra británica, Theresa May, es una euroescéptica pragmática, dura y trabajadora, que desde ayer, cuando asumió el cargo, tiene como misión principal desacoplar al
Reino Unido de la Unión Europea y unir el país y su partido. El desafío político y económico es inmenso, pero May promete tomar el toro por las astas tras erigirse como la única figura de consenso dentro de los conservadores británicos.
No habían pasado dos horas al frente del gobierno británico cuando May ya había tomado una de las decisiones más significativas de su administración. La primera ministra británica designó como canciller al exalcalde de Londres y líder de la campaña a favor de la salida de la Unión Europea, Boris Johnson.
También para esa hora ya había nombrado a su ministro de Finanzas, el hasta entonces canciller y también euroescéptico Philip Hammond. Y hacia la noche londinense ya había dado a conocer a su ministro para la salida del bloque, David Davis, un euroescéptico de la primera hora.
May prometió ayer forjar un "papel audaz" para su país fuera del bloque europeo. "Tras el referéndum nos enfrentamos a un momento que es un gran desafío nacional. Y yo sé, porque somos Gran Bretaña, que vamos a estar a la altura", dijo en la residencia oficial ubicada sobre Downing Street.
Aunque los medios británicos suelen posicionarla como "la nueva Margaret Thatcher", hay también quienes la asemejan por su pragmatismo a la canciller alemana, Angela Merkel (ver abajo "Una líder de la derecha de los conservadores").
Europa presiona
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, instó a la nueva primera ministra británica a que inicie "pronto" las negociaciones con la UE por el
brexit.
"El resultado del referéndum en el Reino Unido creó una nueva situación a la cual el Reino Unido y la Unión Europea deben responder pronto. Estoy impaciente por trabajar estrechamente con usted y por saber cuáles son sus intenciones en este tema", dijo Juncker en una carta difundida a través de Twitter.
Más allá del brexit
En su primer discurso como primera ministra, May se declaró una "unionista", al destacar la importancia de mantener unidas a las naciones que conforman el Reino Unido: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. La jerarca deberá contrarrestar los intentos separatistas que surjan en esas naciones tras la salida del bloque común.
May también destacó los logros sociales y económicos de Cameron, prometió seguir en la misma senda y gobernar para "todos". Esta euroescéptica se posicionó a favor de la permanencia del país en la UE, fiel al primer ministro saliente Cameron, pero se implicó poco en la campaña.
Pese a su lealtad política, la dirigente insistió antes de la votación en la necesidad de limitar la inmigración, el tema favorito de los partidarios del brexit, lo que la convirtió en alguien creíble para ambos campos.
Una líder de la derecha de los conservadores
Theresa May, de 59 años, es euroescéptica y forma parte del ala más a la derecha del partido conservador. Como ministra del Interior –cargo que ocupó desde 2010 hasta ayer, cuando fue designada por la reina Isabel nueva primera ministra del Reino Unido–, mantuvo una línea firme contra la delincuencia, la inmigración clandestina y los predicadores islamistas. May, descrita a menudo como "la nueva Margaret Thatcher", comenzó su carrera política en 1986 después de estudiar en la Universidad de Oxford y trabajar brevemente en el Banco de Inglaterra. Pero en realidad tiene más puntos en común con Angela Merkel, la canciller alemana, quien es también hija de un pastor, conservadora y pragmática. "Theresa es una mujer terriblemente difícil", comentó hace poco el exministro conservador Kenneth Clarke.