"Me vacuné y me engripé": otro mito según el MSP

El director del departamento de Laboratorios del Ministerio de Salud Pública (MSP), Héctor Chiparelli, explicó a El Observador que existen decenas de agentes que parecen gripe, pero no lo son. La influenza produce un combo de molestias: resfrío, decaimiento, dolor de garganta, tos, fiebre en 80% de los casos y dolor de cuerpo. Otros virus producen síntomas similares, pero no son influenza. Para ellos no existe una herramienta como la vacuna.

"Puede pasar que igual se haya engripado pero bastante más leve que si no se hubiera vacunado", agregó el especialista. En esos casos, influye el tiempo que demora el cuerpo en generar la inmunidad contra la enfermedad, que va de una a dos semanas. Según Chiparelli, también depende de la inmunidad natural que las personas tienen para responder frente a la vacuna, que está compuesta, en parte, por un virus de la gripe muerto.

Vigilancia continua

Los investigadores no pueden sacarle el ojo de encima al virus influenza. Es fácil que varíe y haya mutaciones de una cepa a otra. También puede suceder que aparezcan variantes que el sistema inmunitario no reconozca. Ahí se generan pandemias, como pasó en Uruguay en 2009 con influenza A H1N1, que producía gripe porcina.

La vigilancia constante del virus se debe, precisamente, a que es un virus famoso por variar año a año. "Pasamos nuestra vida haciendo este tipo de investigación para estar alertas y tratar de mitigar sus efectos. Las características de este virus terminan repercutiendo en que muestra su cara visible y es lo que se enfrenta a nuestro sistema inmunitario. Si nuestro sistema no lo reconoce, ese virus va a provocar más daño", expresó Chiparelli.