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México advierte impacto por colapso del Tlcan
Funcionarios se preparan para recurrir a reglas de la OMC si falla la negociación
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12 de febrero de 2017 a las 05:00
Por John Paul Rathbone y Jude Webber
Financial Times
El colapso potencial del bloque económico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) podría tener un enorme impacto global, advirtieron funcionarios mexicanos, conforme se preparaban para recurrir a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) debido a temores de que Washington pueda deshacer el organismo de comercio global.
"Espero que se entienda que lo que suceda con el Tlcan va a tener un gran impacto sobre el resto del mundo", aseguró Ildefonso Guajardo, ministro de Economía del gobierno mexicano en una entrevista con el Financial Times.
"Nuestra afiliación con la OMC es nuestra red de seguridad", afirmó Guajardo, quien tiene dudas de que EEUU respete las reglas de la OMC, una movida que sería enormemente desestabilizante para el comercio global. "Según sus declaraciones públicas, EEUU no está muy convencido de los beneficios del multilateralismo", añadió.
"Es una importante llamada a la acción para el resto del mundo; esta situación va más allá de una disputa entre vecinos", dijo Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
El presidente estadounidense, Donald Trump, asumió su cargo con una política de "EEUU primero", la cual ya resultó en su retirada del tratado de 12 países de la cuenca del Pacífico negociado por su predecesor, Barack Obama, y en declaraciones de frustración en contra de los grandes déficits comerciales bilaterales que tiene EEUU con países como Alemania, México y China.
El hecho de que EEUU esté contemplando usar a su tercer socio comercial más importante para colapsar el orden comercial internacional es una señal de cómo empeoraron las relaciones bilaterales desde que asumió Trump.
En las últimas dos semanas hemos visto altas y bajas en los esfuerzos por iniciar la reevaluación de una relación comercial que vale US$580 mil millones al año, que a la vez ancló la cooperación en materia de seguridad entre las dos naciones.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, canceló una cumbre programada con EEUU después que Trump insistió en que México deberá pagar el muro fronterizo.
Una llamada telefónica conciliadora el día siguiente se convirtió en una farsa después de que informes noticiosos citaron a Trump cuando afirmaba que enviaría a la fuerza militar para controlar a los "hombres malos" y los carteles de narcotraficantes de México, aseverando que el ejército mexicano estaba "atemorizado". Ambos gobiernos negaron que Trump utilizara dichos términos.
Andrés Manuel López Obrador, político populista de izquierda que lleva la delantera en las encuestas de la elección presidencial del próximo año, dijo que Trump trató a México "como basura", si los informes eran ciertos.
Otros están de acuerdo. Muchos mexicanos cambiaron su imagen en el perfil de Facebook a una bandera mexicana en medio de una creciente ola de orgullo nacional.
Hasta políticos con posturas moderadas, como el ex presidente Ernesto Zedillo, profesor de economía de la Universidad de Yale, declaró que es "una pérdida de tiempo" participar en "este juego de revisar el Tlcan con la administración Trump".
Describe al Tlcan como una de "muchas herramientas para alcanzar las metas de desarrollo y crecimiento económico". Pero hasta el momento, no pasa un solo día sin que Peña Nieto invoque los beneficios del tratado comercial, conforme Guajardo insiste: "Eso no significa que sacrificaremos todo para convencer a EEUU que permanezca como parte del acuerdo".
La posibilidad real de que el Tlcan pueda deshacerse reenfocó una relación de 23 años que fue dada por sentada durante mucho tiempo por ambas partes. Las compañías agrícolas, que exportan más de US$39 mil millones al amparo del Tlcan, le escribieron a Trump para expresar sus preocupaciones.
A diferencia del decreto migratorio –que afectó a siete países de mayoría musulmana, aunque en forma transitoria un juez lo dejó sin efecto–, y que provocó una fuerte reacción de compañías estadounidenses y países alrededor del mundo, ninguna de las empresas importantes defendió a México de la misma manera.
Las compañías de EEUU, que invirtieron más de US$100 mil millones en México, están "balanceando múltiples intereses: la reforma tributaria de Trump, sus planes de infraestructura y el libre comercio", añadió Guajardo. "Tienen muchos grandes temas que abordar. Necesitan medir sus respuestas".
Se espera que la Casa Blanca pronto de al Congreso el aviso de 90 días para iniciar negociaciones con Canadá y México.
Mientras tanto, México está preparando tratados bilaterales con Brasil, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, y el gobierno dice que Singapur y Malasia son prioridades (en esa línea, los presidentes de Brasil, Michel Temer, y de Argentina, Mauricio Macri, acordaron esta semana reforzar el Mercosur y mirar hacia México).
Mientras, el país tiene acuerdos de libre comercio con 45 países, el mayor número de acuerdos en el mundo. La crisis con respecto a Tlcan fuerza a México a enfrentar el estancamiento del crecimiento, de los salarios y de la productividad, junto con la corrupción y la impunidad legal. "Esto incrementa la urgencia por estimular la productividad y competitividad. Las reformas estructurales son muy importantes", dijo Carstens.
Aunque existen pruebas de que la incertidumbre comercial reduce la inversión, Carstens tiene confianza de que México puede superar la volatilidad.
Después de todo, tiene muchos años de práctica. En 1994, el año en que se inició el Tlcan, una devaluación masiva provocó una crisis bancaria y de endeudamiento, años luz de distancia de la realidad actual tomando en cuenta las reservas de más US$175 mil millones del banco central y la línea de crédito de US$80 mil millones del Fondo Monetario Internacional a la que tiene acceso.
"No estoy diciendo que esto no sea complicado, pero sí creo que tenemos la habilidad de sobrepasar los tiempos difíciles", dijo Carstens. "El problema es que no sabemos con certeza cuánto tiempo durará esta incertidumbre".
Financial Times
El colapso potencial del bloque económico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) podría tener un enorme impacto global, advirtieron funcionarios mexicanos, conforme se preparaban para recurrir a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) debido a temores de que Washington pueda deshacer el organismo de comercio global.
"Espero que se entienda que lo que suceda con el Tlcan va a tener un gran impacto sobre el resto del mundo", aseguró Ildefonso Guajardo, ministro de Economía del gobierno mexicano en una entrevista con el Financial Times.
"Nuestra afiliación con la OMC es nuestra red de seguridad", afirmó Guajardo, quien tiene dudas de que EEUU respete las reglas de la OMC, una movida que sería enormemente desestabilizante para el comercio global. "Según sus declaraciones públicas, EEUU no está muy convencido de los beneficios del multilateralismo", añadió.
"Es una importante llamada a la acción para el resto del mundo; esta situación va más allá de una disputa entre vecinos", dijo Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.
El presidente estadounidense, Donald Trump, asumió su cargo con una política de "EEUU primero", la cual ya resultó en su retirada del tratado de 12 países de la cuenca del Pacífico negociado por su predecesor, Barack Obama, y en declaraciones de frustración en contra de los grandes déficits comerciales bilaterales que tiene EEUU con países como Alemania, México y China.
El hecho de que EEUU esté contemplando usar a su tercer socio comercial más importante para colapsar el orden comercial internacional es una señal de cómo empeoraron las relaciones bilaterales desde que asumió Trump.
En las últimas dos semanas hemos visto altas y bajas en los esfuerzos por iniciar la reevaluación de una relación comercial que vale US$580 mil millones al año, que a la vez ancló la cooperación en materia de seguridad entre las dos naciones.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, canceló una cumbre programada con EEUU después que Trump insistió en que México deberá pagar el muro fronterizo.
Una llamada telefónica conciliadora el día siguiente se convirtió en una farsa después de que informes noticiosos citaron a Trump cuando afirmaba que enviaría a la fuerza militar para controlar a los "hombres malos" y los carteles de narcotraficantes de México, aseverando que el ejército mexicano estaba "atemorizado". Ambos gobiernos negaron que Trump utilizara dichos términos.
Andrés Manuel López Obrador, político populista de izquierda que lleva la delantera en las encuestas de la elección presidencial del próximo año, dijo que Trump trató a México "como basura", si los informes eran ciertos.
Otros están de acuerdo. Muchos mexicanos cambiaron su imagen en el perfil de Facebook a una bandera mexicana en medio de una creciente ola de orgullo nacional.
Hasta políticos con posturas moderadas, como el ex presidente Ernesto Zedillo, profesor de economía de la Universidad de Yale, declaró que es "una pérdida de tiempo" participar en "este juego de revisar el Tlcan con la administración Trump".
Describe al Tlcan como una de "muchas herramientas para alcanzar las metas de desarrollo y crecimiento económico". Pero hasta el momento, no pasa un solo día sin que Peña Nieto invoque los beneficios del tratado comercial, conforme Guajardo insiste: "Eso no significa que sacrificaremos todo para convencer a EEUU que permanezca como parte del acuerdo".
La posibilidad real de que el Tlcan pueda deshacerse reenfocó una relación de 23 años que fue dada por sentada durante mucho tiempo por ambas partes. Las compañías agrícolas, que exportan más de US$39 mil millones al amparo del Tlcan, le escribieron a Trump para expresar sus preocupaciones.
A diferencia del decreto migratorio –que afectó a siete países de mayoría musulmana, aunque en forma transitoria un juez lo dejó sin efecto–, y que provocó una fuerte reacción de compañías estadounidenses y países alrededor del mundo, ninguna de las empresas importantes defendió a México de la misma manera.
Las compañías de EEUU, que invirtieron más de US$100 mil millones en México, están "balanceando múltiples intereses: la reforma tributaria de Trump, sus planes de infraestructura y el libre comercio", añadió Guajardo. "Tienen muchos grandes temas que abordar. Necesitan medir sus respuestas".
Se espera que la Casa Blanca pronto de al Congreso el aviso de 90 días para iniciar negociaciones con Canadá y México.
Mientras tanto, México está preparando tratados bilaterales con Brasil, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, y el gobierno dice que Singapur y Malasia son prioridades (en esa línea, los presidentes de Brasil, Michel Temer, y de Argentina, Mauricio Macri, acordaron esta semana reforzar el Mercosur y mirar hacia México).
Mientras, el país tiene acuerdos de libre comercio con 45 países, el mayor número de acuerdos en el mundo. La crisis con respecto a Tlcan fuerza a México a enfrentar el estancamiento del crecimiento, de los salarios y de la productividad, junto con la corrupción y la impunidad legal. "Esto incrementa la urgencia por estimular la productividad y competitividad. Las reformas estructurales son muy importantes", dijo Carstens.
Aunque existen pruebas de que la incertidumbre comercial reduce la inversión, Carstens tiene confianza de que México puede superar la volatilidad.
Después de todo, tiene muchos años de práctica. En 1994, el año en que se inició el Tlcan, una devaluación masiva provocó una crisis bancaria y de endeudamiento, años luz de distancia de la realidad actual tomando en cuenta las reservas de más US$175 mil millones del banco central y la línea de crédito de US$80 mil millones del Fondo Monetario Internacional a la que tiene acceso.
"No estoy diciendo que esto no sea complicado, pero sí creo que tenemos la habilidad de sobrepasar los tiempos difíciles", dijo Carstens. "El problema es que no sabemos con certeza cuánto tiempo durará esta incertidumbre".
