Mi mejor Batman: la opinión de los periodistas de El Observador sobre el superhéroe

Adam West fue diferente por concebir un Batman con humor y muy autoparódico, Michael Keaton hizo creer que el hombre murciélago estaba tan loco como el Guasón, pero Christian Bale fue el mejor Batman de la pantalla.

El factor generacional influye –Batman Inicia (2005) se estrenó cuando tenía 12 años– pero a lo largo de sus tres películas logró confeccionar una cruza de héroe, soldado y ninja que redefinió el personaje y captó su espíritu como ninguno. El áspero rugido de su voz como Batman y su decisión al momento de combatir el crimen contrastan con el costado humano proporcionado por su versión de Bruno Díaz –o Bruce Wayne–, que se refleja al momento de ponerse la armadura negra. El actor galés fue el único (hasta ahora) en contar con tres apariciones en filmes de Batman, lo que también aprovechó para mostrar una evolución de su personaje, narrando tanto las motivaciones para iniciar sus andanzas como su devenir en un hombre maduro, agotado y herido por las constantes peleas. Bale logró así conformar una versión completa, seria y memorable de un personaje icónico.

No recuerdo si era gran fanática genuina del Batman de la tele, pero sí recuerdo que era uno de los primeros programas que pasaban después de la interminable señal de ajuste. En ese entonces pensaba que la señal de ajuste era un programa en sí mismo; llegábamos de la escuela, prendíamos la tele mientras tomábamos la merienda y allí estaba, impasible y orondo un cuadro con rayas (en blanco y negro primero y, más tarde, a color). Entonces uno esperaba lo que viniera después; cualquier cosa que viniera después. Las diversas onomatopeyas gráficas que plagaban la serie protagonizada por Adam West, como Batman, y Burt Ward como Robin, eran un deleite que te arrancaban carcajadas y te hacían levantar la vista del cuaderno de los deberes. De aquella época mis favoritos eran Tierra de gigantes y Los Supersónicos, aunque capaz que no se emitían todas al mismo tiempo. Igual, en los 70 y 80 en la tele se veían series y programas de cualquier época. En cualquier caso, para muchos de los setentosos y ochentosos, Batman –el verdadero Batman– fue el de la tele. Fue Adam West y sus locuras pop. Pow, paw, ¡rayos y centellas, Batman!

Will Arnett es uno de los mejores Batman hasta el momento. Si no lo recuerda probablemente sea porque su aparición en la pantalla fue como la voz de una figura de Lego. Su debut en el cine fue en la Gran aventura Lego en 2013, y la popularidad que adquirió el personaje le valió su propio título, estrenado en febrero de este año. El Batman de juguete apela tanto a los espectadores más pequeños como a los fanáticos del héroe con más experiencia. Se burla de los absurdos del personaje pero, al mismo tiempo, es vulnerable y con una historia profunda, un punto medio que, dentro de la lista de hombres murciélago que han llegado a la pantalla, es difícil de encontrar.