Cuando el pasado viernes 27 de enero el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió la orden ejecutiva que suspende el ingreso de refugiados procedentes de siete países de predominancia musulmana por al menos 120 días e impuso estrictos controles durante 90 a la llegada de cualquier inmigrante de esos países, las repercusiones no tardaron en llegar.
El decreto que se encuentra hoy en suspensión surgió en medio del comienzo del semestre de primavera en las universidades estadounidenses -que se da usualmente entre fines de enero y comienzos de febrero-. En este contexto, muchas de las críticas a la medida presidencial fueron debido a la incertidumbre sobre qué sucederá con la población universitaria musulmana de Irán, Iraq, Libia, Somalia, Siria y Yemen.
"Numerosos individuos nacidos en el extranjero han sido condenados o implicados en crímenes relacionados con el terrorismo desde el 11 de setiembre de 2001, incluidos ciudadanos del exterior que entraron a los Estados Unidos luego de recibir visas de visitantes, estudiantes o empleo...", reza el segundo párrafo de la orden ejecutiva firmada por Donald J. Trump. Por eso, justifica: "Estados Unidos debe vigilar el proceso de emisión de visas para asegurarse de que las personas aprobadas para la admisión no tengan intenciones de dañar a los americanos y que no tienen vínculos con el terrorismo".
En un comunicado emitido a la comunidad del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y publicado en la página web de la que es una de las instituciones educativas más prestigiosas de Estados Unidos y del mundo, su presidente Rafael Reif manifestó gran preocupación por esta decisión ejecutiva y señaló que dos de sus alumnos ya se vieron obligados a dejar el país norteamericano luego de la medida de Trump.
"La libertad religiosa es un valor fundacional de América; ¿cómo puede nuestro gobierno discriminar a gente de cualquier religión? En una nación enriquecida por los inmigrantes, ¿por qué habríamos de decirle al mundo que ya no le damos la bienvenida a los nuevos talentos? En una nación de leyes, ¿cómo podemos rechazar a estudiantes y otras personas que han tenido los derechos legales para estar aquí? Y si aceptamos esta injusticia, ¿dónde terminará? ¿Qué grupo será señalado como sospechoso mañana?", escribió en un pasaje de la carta el hombre quien es ingeniero nacionalizado estadounidense de origen venezolano.
Y no es la única institución que tiene una gran población musulmana. Actualmente hay 17.354 alumnos de los países prohibidos por la administración Trump con visa de estudio o en trámites para conseguirla, según información publicada en el medio FiveThirtyEight y procedente del Instituto de Educación Internacional, un grupo sin fines de lucro que realiza una encuesta anual sobre estudiantes extranjeros en EEUU.
De ese total, la amplia mayoría (12.269) proceden de Irán, lo que convierte al país de Oriente Medio en el onceavo con mayor cantidad de estudiantes universitarios en Estados Unidos.
Una de las voces más relevantes que se alzó en contra de esta medida fue la del predecesor de Trump, el demócrata Barack Obama, quien, luego de solo 10 días de dejar su cargo, dijo, a través de un vocero, que está "fundamentalmente en desacuerdo con la noción de discriminar a los individuos por su fe o religión", añadió que "el resultado final de esta prohibición no derivará en la disminución de los ataques terroristas en Estados Unidos, sino que será una caída en la buena voluntad internacional hacia los estadounidenses y una amenaza" para la economía.
En cuanto a cómo puede afectar a nivel económico limitar el ingreso de estudiantes de los países antes citados, el director ejecutivo del Centro de Derecho, Economía y Finanzas de la Universidad George Washington, Neil Ruiz, quien estudió el impacto económico de la migración, descubrió que en el período que va desde 2008 hasta 2012 dos tercios de los universitarios extranjeros realizaban carreras vinculadas con la ciencia y la tecnología o los negocios y el marketing; y muchos de ellos se quedaban en Estados Unidos luego de culminados sus estudios.
"Si queremos continuar siendo un gran país, tenemos que continuar asegurándonos que nuestro sistema de educación terciaria tiene a los mejores y más brillantes del mundo, e Irán provee a los mejores y más brillantes de nuestra institución", sentenció Ruiz en declaraciones a FiveThirtyEight.
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