"Mi experiencia de
gobierno me permite recordar que las cosas no son tan difíciles aunque tienen complicaciones. Lo verdaderamente complicado son los 'cosos', los hombres y las mujeres, no los hechos", sostuvo.
"La política no es una profesión, es una pasión, un compromiso creador. A quien le guste mucho la plata, mejor correrlos de la política. Que vayan a la industria, al comercio, al trabajo. Esta conjunción hay que tenerla clara de cuajo. No te metas en política si lo que te gusta es ganar dinero. No quiere decir que en política no haya interés. Hay interés de lo que no se compra y no se vende, el sentido del honor", agregó.
En ese sentido, opinó que se está "hipotecando" la política ya que se la expone como un medio por el cual enriquecerse y no por su objetivo social.
"Creemos que un presidente es algo parecido a un rey y los ministros algo parecido a marqueses. Si la república es el gobierno de la mayoría, los republicanos que gobiernan tendrían que tener claro que hay que vivir con los valores de la mayoría y no de la minoría. Creo que está hipotecada en gran medida la política porque la imagen que se le ofrece a la gente es una imagen semejante a los sectores privilegiados de la economía de nuestras sociedades", expresó.
Para Mujica, esto es consecuencia del "capitalismo financiero" que "ha transformado la economía y la vida en una timba que esta condenando a los países".
Como ejemplo, se refirió a las reservas internacionales con las que cuentan los países pero que, muchas veces, no pueden utilizar porque se necesitan para hacer frente a los cambios de la economía.
"Tenemos un montón de plata que no podemos utilizar porque la tenemos que tener para hacer frente a la timba monetaria, porque viene un ataque y tenemos que vender y comprar dólares porque aquello es insostenible. Pero no podemos utilizar las reservas en inversiones productivas para generar trabajo", dijo.
"El norte de esta civilización es la acumulación y esto ha desatado una ola de corrupción (...) Como la acumulación es importante hay que ofrecer y comprar gente y agarrar todas la piezas jodidas y comprarlas por aquí y por allá para sacar decisiones. Y eso se llama prostituir la democracia y la política", concluyó.