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Mujica y la marihuana: “Ninguna adicción, salvo la del amor, es recomendable”
El presidente José Mujica volvió a insistir en su gira por Europa que lo que puede ofrecer Uruguay a las inversiones es “seriedad y seguridad”.
En una entrevista concedida al programa Los desayunos de Televisión Española, el mandatario manifestó que la crisis económica europea ha costado a Uruguay la pérdida de mercado para sus productos. “Mi país es pequeño y está en una esquina importante. Si es por el mercado van a otros que son más grandes, nosotros tenemos que jugar la carta de la seriedad y la seguridad”, afirmó. “Eso es lo que ofrece Uruguay y no es un problema de este gobierno, ni del otro, es una actitud del uruguayo. Cualquiera que sea el partido que gane en Uruguay se va a hacer cargo de los compromisos del gobierno que lo antecedió, por más opositor que sea. Eso es un valor que hemos generado como cultura”, aseguró.
Como objetivo planteó la colocación de inversiones “que apunten al Mercosur, una realidad de 270 millones y pico de habitantes”. “España lo entendió”, afirmó. No obstante, reconoció que la crisis financiera europea está afectando mucho a América Latina. “Hemos perdido participación en algunos mercados importantes de valor agregado porque cayó el poder de compra de Europa. Y la crisis se está alargando mucho tiempo”, señaló Mujica.
El aborto y la marihuana
Consultado sobre las iniciativas de su gobierno como la despenalización del aborto y el intento de legalizar la comercialización de la marihuana, Mujica manifestó que con ellas lo que busca es una solución a problemas que afectan a la sociedad, lo que no quiere decir que esté de acuerdo.
“¿Quién va a estar a favor de aborto? Yo lo planteo no por estar a favor del aborto, creo que nadie puede esta a favor del aborto como una cuestión de principios”, sentenció. Pero, el tema es que “hay un cuadro de mujeres que se ve en la amargura de tener que tomar esa decisión contra viento y marea porque la familia no la entiende o está en la soledad. Y ese mundo vive en la clandestinidad, la explota y se juega la vida”, afirmó Mujica. Esta situación la lleva a tomar decisiones, que van “más allá de las discusiones de principios que puedan tener los políticos o los filósofos. Y ahí hay vidas que se pierden”, continuó.
Por esta razón, aseguró que “reconocer la existencia de ese hecho, ponerlo arriba de la mesa, legalizándolo, nos da la oportunidad de poder obrar persuasivamente sobre la decisión de estas mujeres”, que muchas veces retroceden. “Lo otro es dejarlas aisladas y es hipócrita. Tenemos que hacernos cargo y tratar de salvar la mayor cantidad de vidas posibles”, subrayó.
En el caso de la marihuana manifestó que el tema es similar al del tabaco. “¿Quién dice que el tabaco es bueno y cuántos fuman?”, se preguntó. “La marihuana es una plaga como el tabaco. Y ninguna adicción, salvo la del amor, es recomendable, pero están ahí”, expresó.
Pero el problema que está atrás de la marihuana es el narcotráfico, explicó. “Si lo dejamos en la clandestinidad, le regalamos un mercado. Lo que nosotros defendemos es que se haga cargo el Estado (…) Si te estás pasando, te controlo, marche al hospital que tiene que ser atendido. Acá el tema es “robarle el tema al narcotráfico como forma de combatir (…) si no nos gana la guerra”, aseguró.
Más allá de esto, Mujica reconoció que no está seguro que su solución sea la mejor forma de contribuir al problema, sin embrago afirmó: “Lo que tengo claro es que cien años persiguiendo la drogadicción no soluciona el problema, entonces hay que ser más pragmático”.
Austeridad y paz
Mujica definió la política como “la lucha para que la mayoría de la gente viva mejor”. Y añadió: “En lo personal le agregaría, vivir mejor no es solo tener más, sino ser más feliz”.
En este contexto defendió su “manera sobria de vivir”. “No quiero utilizar la palabra austeridad porque está prostituida en Europa. Abogo por una manera personal de vivir con sobriedad porque para vivir hay que tener libertad y para tener libertad hay que tener tiempo”, sentenció.
“Si me preocupo mucho de la casa grande, del servicio, de patatín y patatan, no tengo tiempo, me tengo que ocupar de eso. Y si tengo mucha plata para tener eso, me tengo que preocupar de que no me roben y que trabajen. Y si despilfarro y gasto mucho es porque estoy viviendo a costilla del trabajo del otro. Entonces prefiero tener el mayor margen de tiempo disponible para hacer lo que a mi me gusta”, explicó. “Lo que hay en el mundo es mucha tontería”, subrayó.
“Soy libre cuanto hago con mi tiempo lo que a mi me gusta y me motiva. Entonces soy sobrio para tener tiempo porque cuando compras con plata, no estás comprando con plata, estas comprando con el tiempo que tuviste que gastar para tener esa plata. Y lo único que no se compra en este mundo es la vida, entonces hay que ser avaro en el tiempo de gastarla”, continuó. Hoy la gente “está enloquecida” y “no tiene plata para la novia, para los hijos y cuando querés acordar eres un viejo reumático que lo único que hace es pagar la tarjeta”.
Sobre la situación actual de América Latina, Mujica señaló que “no existe cosa más sagrada que respaldar el proceso de Colombia para que pueda encontrar el camino de la paz (…) La paz es el porvenir y lo otro pasa”.
“Nadie puede devolver lo que perdiste, lo que perdiste en un calabozo, cuando fuiste tratado como tarro al basural y otras cosas. En la vida hay que aprender a cargar con una mochila de dolor, pero no vivir mirando la mochila (…) Puedes caer mil veces, el asunto es que tengas la fuerza y el coraje de volverte a levantar y volver a empezar. El volver a empezar es una actitud general que hay que pregonar en la vida. Los únicos derrotados en la vida son los que dejan de luchar, de soñar y de querer”, aseguró.
Consultado sobre cómo se sentía al haber sido postulado para el Premio Nobel de la Paz por una organización holandesa, el presidente contestó: “Es una locura”.
“La paz se lleva dentro. El premio ya lo tengo. El premio está en la calles de mi país, en el abrazo de mis paisano, en los ranchos humildes, en los boliches, en la gente común”, manifestó Mujica, quien se definió como “un luchador social”.
