El exjefe de la policía secreta de
Augusto Pinochet murió sin revelar información valiosa de casos de violaciones a los derechos humanos que no han sido resueltos, en uno de los pasajes mas oscuros de la historia del país.
El general retirado Manuel Contreras, exbrazo fuerte del dictador Pinochet, murió viernes 7 de agosto, a los 86 años, por múltiples enfermedades y sin haber reconocido responsabilidad por ninguno de los 400 homicidios que cometió un grupo de militares que operaba bajo su mando.
"Contreras ha muerto llevándose información valiosa para saber la verdad y hacer justicia respecto del horror cometido por la dictadura. Es el momento para reafirmar nuestro compromiso con el pleno respeto y vigencia por los derechos humanos", dijo un comunicado del gobierno de la socialista Michelle Bachelet.
Contreras, cuyos restos fueron cremados secretamente en un cementerio el sábado, se encontraba cumpliendo una condena de casi 530 años de cárcel, pero en los últimos días había ingresado a un hospital por un cuadro de hipertensión, secuelas de una trombosis, diabetes y efectos de un cáncer al colon.
El general retirado fue director de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), que entre 1974 y 1978 descabezó a los partidos que apoyaron al derrocado presidente Salvador Allende. Durante el régimen de Pinochet (1973-1990), más de 3.000 personas murieron o desaparecieron en manos de agentes de la dictadura.