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Música natural

Luego de musicalizar parte del ballet Episodios nocturnos coreográficos, Campo brinda un espectáculo con invitados en el Auditorio Adela Reta para presentar su disco más agreste
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03 de septiembre de 2015 a las 05:00
Para enfrentar el desafío de realizar la música para el espectáculo Episodios nocturnos coreográficos, el colectivo Campo se tuvo que salir literalmente de ambiente. Con el objetivo de reflejar el Uruguay nativo y transformarlo en la banda sonora de un ballet, los músicos se despojaron de las estructuras de la canción pop –desde su duración hasta su composición– y se adentraron en la naturaleza agreste, buscando la música en sus elementos.

Nocturno, el disco que plasma el trabajo de dos años que realizaron los músicos para el Ballet Nacional del Sodre, captura una obra que se imagina como el trayecto de la ciudad al campo nativo. Es un viaje musical del asfalto y el tránsito a los paisajes abiertos, los grillos y el viento.

A los tres movimientos que aparecieron en el espectáculo (Ciudad, Los sueños y Monte nativo), los acompañan dos canciones: La luz tranquila, cuya letra fue realizada por Martín Rivero, y Ciudad nocturna, un poema de Gabriel Calderón con música de Juan Campodónico y Pablo Bonilla. Ambas llevan la esencia del proyecto Campo, es decir, canciones que toman la tradición local (en este caso sonidos de la naturaleza) para crear algo diferente y contemporáneo.

"Fue una experiencia muy rica, fue trabajar en un medio nuevo para nosotros", explica Campodónico.

"La única guía que nos dio Julio Bocca a Martín Inthamossú (coreógrafo de uno de los Episodios) y a mí fue que quería hacer referencia al Nocturno nativo, una obra del 1935 que hablaba de la identidad. Era una cosa medio gauchesca. De esa inspiración tomamos solo las preguntas: quiénes somos, qué es lo propio, qué nos da cierta identidad. De esa investigación se creó esta fantasía que es Nocturno, ese viaje desde la ciudad hacia el paisaje original", cuenta.

"Responder quiénes somos es imposible", agrega por su parte Rivero. Las composiciones son "una interpretación que tiene que ver con la búsqueda de la identidad y de volver a lo natural".

El regreso a la esencia comenzó con una estadía de Campodónico en Rocha. Bonilla cuenta: "Un día vino Juan con un montón de grabaciones que había hecho en un monte, caminando arriba de las ramas. Lo escuchamos en el estudio y de pronto aparecían grillos, pájaros, palos". Con esos sonidos, seleccionados y aislados, comenzaron a elaborar las bases rítmicas, melodías y ambientes.

Asimismo suplantaron sonidos que normalmente harían instrumentos eléctricos o programados por instrumentos naturales o artesanales. "Cosas que se pueden hacer con un redoblante lo estamos haciendo con una rama que se rompe. Habían también algunos sonidos metálicos y los sustituimos con sonidos más cálidos, como marimbas", agrega Bonilla. El resultado es algo que Rivero bautizó como "naturónica": "El desafío que ellos tuvieron fue convertir toda esa naturaleza en música. Fue un laburo increíble y te impresiona".

A nivel sonoro se entremezclan percusiones, bandoneones, sonidos como el tono del teléfono y el oído se entretiene hurgando en los detalles. Pero ver cada una de esas capas de sonido en la computadora resulta aún más ilustrativo: entre ondas de sonido en apariencia iguales, se aísla el canto natural que se acelera y adquiere una cadencia más mecánica, con ramas que se rompen y funcionan como percusiones o pájaros que se contestan al ritmo. Sobre ellos se agrega un sonido de agua corriendo y la música propiamente dicha, conformando un interesante tapiz.

Además, a las composiciones del grupo también se suman arreglos de cuerdas realizadas por Javier Casalla, violinista de Bajofondo, que representa el ala más clásica de esta creación.

Parte de la expansión del proyecto fue la realización de La luz tranquila, un tema que, según Rivero, le puso voz al paisaje. "Para mí lo más interesante fue componer en base a otra cosa. Componer en español y estando lejos de Uruguay (Rivero vive en este momento en China). En un punto me resultó fácil porque ya estaba conectado con un sentimiento de lejanía y melancolía", cuenta el cantante.

Su canción refleja la búsqueda del colectivo de encontrar una identidad uruguaya diferente a la clásica imagen del gaucho y la penillanura suavemente ondulada. Y encontraron la inspiración en la misma naturaleza. "La luz tranquila me pareció un concepto hermoso, lo opuesto a la luz mala. Y cuando dice: 'Por mis venas corre el sol', eso es una planta hablando", dice Rivero.

Para presentar el disco Nocturno, el grupo realizará un espectáculo el 17 de setiembre en el Auditorio Adela Reta. Para llevar al vivo este proyecto contarán con la compañía de Javier Casalla y un ensamble de ocho violines, trompeta y trombón. Y aprovechando su presencia, realizarán varios de sus temas clásicos, suplantando los sintetizadores con los instrumentos reales.

"En lo que nos inspiró el ballet fue también en hacer un espectáculo más cuidado escénicamente", afirma Campodónico. En ese sentido, aprovecharán todos los medios que disponen, desde la escenografía a la iluminación, para subir la apuesta visual.

El resultado del trabajo para el ballet, afirma Campodónico: terminó obteniendo vida propia. "Es una música que me conmueve muchísimo, me parece súper válida por fuera del espectáculo y su conexión con la danza. Tiene su belleza".

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