Hace calor en las costas de Estados Unidos y, como en todos los veranos yanquis, comienzan a pulular nuevas canciones que quieren ser hits y consagrar a sus intérpretes.
Ya pasó con Pharrell, Miley Cyrus y Robin Thicke que lograron alcanzar el podio apenas unos días después de que aparecieran sus canciones. Ahora, es la pseudo-nueva
Rachel Platten la que busca alcanzar esta posición.
Con 34 años, pero un espíritu adolescente, esta cantante estadounidense lleva años ya intentando convertirse en la nueva cara de la cultura pop pero hasta ahora no lo había logrado. Publicó su primer álbum en 2003,
Trust in Me, de la mano de un estudio chico y la falta publicidad la hizo pasar muy desapercibida y ni siquiera fue editado ni publicado en el surgir de las tiendas de
música digitales.
Su segundo intento se dio en 2011 cuando publicó Be Here (este sí está disponible en iTunes) donde recibió buenas críticas pero, al igual que en su anterior realización, poca repercusión.
El gran salto para Platten se dio hace meses nada más cuando firmó un contrato con la productora Columbia Records y junto con esta lanzó un primer sencillo: Fight Song.
La canción explotó las radios estadounidenses y comenzó a colocar a Rachel en boca de todas las adolescentes fanáticas del género pop.
Hoy, Fight Song se encuentra en el puesto número 14 del ranking Billaboard y el puesto 4 en descargas en iTunes.
Por su parte el video de la canción lleva un mes en línea y, solo en YouTube, ya tiene más de 10 millones de reproducciones.
Muchos críticos ven a Platten como la nueva
Taylor Swift (incluso tiene un look muy similar al de la joven estrella). Lo cierto es que por ahora a Platten le queda mucho camino por recorrer, pero si sigue generando hits es posible que al menos pueda significar una digna competencia para la multi premiada estrella. Lo irónico es que el debut público de Fight Song en vivo se dio el pasado 6 de junio frente a 50 mil personas, cuando Platten compartió escenario con Swift en el marco de su gira mundial.