Nacionalistas salen a “catequizar” a través de las “misiones blancas”

Las “misiones” cristianas comenzaron a expandirse por el mundo muy poco después de la muerte de Jesús y tuvieron su auge en América en el siglo XVI. Eran avanzadas religiosas que tenían como objetivo llevar la palabra del Evangelio a pueblos remotos para convertirlos al catolicismo.

Las “misiones blancas” que serán lanzadas en los próximos meses por todo Uruguay tienen, por cierto, un objetivo menos trascendente pero también están relacionadas con la intención de convencer a aquellas personas que profesan ideas diferentes a las de los predicadores.

Las “misiones blancas” –así las denominó el presidente del directorio nacionalista, el senador Luis Alberto Heber– serán protagonizadas por jóvenes del partido y tendrán como objetivo los centros urbanos de los diferentes departamentos.

La iniciativa, que está siendo analizada y ajustada dentro del Partido Nacional, supone la creación de brigadas que irán “puerta por puerta, presentándose y escuchando los problemas y las propuestas de los vecinos”, informó Heber a El Observador. La tradición blanca abunda en la organización de campamentos rurales y de fogones en los que no falta una guitarra y en donde los militantes blancos intercambian opiniones sobre asuntos surtidos. Esta costumbre no se perderá. Pero el Partido Nacional siempre anduvo necesitado del apoyo masivo de los votantes de los centros urbanos que hasta hace no muchos años eran bastiones casi exclusivos del batllismo y que, posteriormente, fueron ganados principalmente por el Frente Amplio.

Desde las batallas a campo abierto protagonizadas por Aparicio Saravia a principios del siglo XX, los nacionalistas se hicieron fuertes en las zonas más alejadas de las capitales departamentales. Y con ese respaldo lograron sobrevivir como la principal fuerza opositora del gobierno de turno pero muy pocas veces les alcanzó para llegar al poder.

Realidades
Ya comenzado el siglo XXI, aquellos campamentos rurales comenzarán a mutar en campamentos urbanos.

“Es muy importante que nuestros jóvenes, los futuros dirigentes del partido, puedan tomar contacto con las realidades de los vecinos de la localidad en donde se realicen las misiones. Que puedan escucharlos, anotar sus problemas, y plantearlos en los ámbitos correspondientes, al diputado del departamento, al senador o al representante del Poder Ejecutivo que corresponda”, dijo el senador Heber.

El legislador, al igual que los diputados José Carlos Cardoso y Ana Lía Piñeyrúa, es precandidato presidencial del sector Unidad Nacional. Tanto ellos como el resto de los postulantes blancos –Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) Sergio Abreu (Dignidad Nacional) y Jorge Saravia (Concertación Republicana Nacional)– están recorriendo el país buscando adhesiones.

Se espera que en primavera, cuando el trabajo puerta a puerta se torne más hospitalario, las “misiones blancas” ya se hayan echado a andar pregonando su particular catecismo.