El proyecto de ley que reforma el Sistema de Previsión Social de las Fuerzas Armadas (caja militar) fue aprobado en la madrugada de este jueves en la Cámara de Diputados por 51 votos en 95, y de esta forma culminó una discusión que duró un año y medio, y que necesitó de varias negociaciones dentro del propio Frente Amplio.
El principal escollo para su aprobación era la posición del diputado rebelde de Liga Federal, Darío Pérez, que no estaba dispuesto a alzar su mano –y dar el voto que necesitaba el oficialismo– si no se contemplaban una serie de modificaciones que atendieran a la realidad de la tropa. Pérez pretendía que se flexibilizara la aplicación del nuevo régimen a la población militar más vulnerable para amortiguar el impacto económico que supondrá un sistema de retiro con menos beneficios que el actual.
Por contrapartida, la bancada del oficialismo propuso entonces bajar los topes jubilatorios de $ 110.000 a $ 101.000 –los máximos ingresos que tendrán los oficiales de mayor rango cuando abandonen la actividad– pero eso no fue aceptado por el presidente Tabaré Vázquez, quien se había reunido días atrás con Pérez para escuchar sus reparos.
Luego de estas idas y vueltas, lo finalmente aprobado sobre la hora 1 fue que se redujera el personal subalterno afectado por la reforma, se mejoraran las condiciones para el retiro por incapacidad y se habilitara a seguir trabajando a aquellos quienes cumpliendo la edad máxima para el ejercicio no hubieran computado los años requeridos para configurar causal obligatoria.
Cuando Pérez tomó la palabra durante la discusión, insistió en que la caída de los retiros hará “disminuir sustancialmente” los ingresos de los efectivos “empujando a la pobreza a los más pobres” y “bajando a otros que están prendidos del pincel por debajo de las condiciones básicas". “Nuestra oficialidad no pertenece a la clase alta, pertenece a la clase media baja y pobre. Solo 30% tienen vivienda propia”, afirmó.
El representante por el departamento de Maldonado también se refirió a las negociaciones de los últimos días, y dijo que no lo dejaron del todo conforme. “Algo logramos, pero tiene gusto a poco", señaló.
El resto de la bancada del Frente Amplio votó el proyecto, pese al malestar que despertó en los legisladores la posición del presidente de no afectar la oficialidad en un momento en que se procuraba tender puentes "con la familia militar”.
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