Nueva York, el ave fénix que resurgió tras los atentados

"Quizá en Nueva York pueden ver un ave fénix resurgir de las cenizas", dijo Tony Brunello, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Eckerd, en St. Petersburg, Florida. "Pero para la gente de por aquí, es un mundo lleno de temor, sin evidencia de una recuperación".

Los neoyorquinos no se escaparon de las penurias de la recesión y las guerras. Pero su ánimo quizá es mayor una década después del 11 de septiembre de 2001 porque ven evidencia del progreso y los logros en la zona donde estaban las Torres Gemelas, dijeron Brunello y Baick, mientras que la gente en lugares como Florida, Arizona y Nevada ha sentido una cadena de eventos cada vez peores durante los últimos 10 años que no tiene final a la vista.

Las obras siguen en marcha
La zona donde se encontraba el World Trade Center, uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York, quedó reducida a un solar de hierros y escombros tras los atentados del 11 de setiembre hace una década. La gran manzana había perdido una de sus postales más características, transformada en un cúmulo enorme de cenizas.

Tras recuperarse del impacto que generaron los atentados, la recomposición de la denominada Zona Cero comenzó de inmediato. En la última década varias fueron las disputas económicas y los retrasos en el plan de obras.

El edificio más importante que se levanta en la Zona Cero es la denominada Torre 1, cuyo nombre inicial era el de Freedom Tower (Torre Libertad). Su construcción está a cargo de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, propietaria del World Trade Center. Este es el primer edificio y el más alto (con 541 metros) de los tres rascacielos que formarán el nuevo complejo. Para el aniversario de los 10 años estarán listos 80 pisos de los 104 que lo conformarán.

El diseño que se realizó para suplantar a las emblemáticas Torres Gemelas es muy distinto al original. En lugar de los dos rascacielos, ahora se verá un complejo de cuatro torres. Se espera que la ecología y la seguridad sean dos de las características más típicas del nuevo complejo. En ese sentido se anunció que los rascacielos incorporarán varias turbinas de viento que proporcionarán el 20% de la energía que necesitan.

Uno de los puntos más importantes del nuevo complejo será el memorial en recuerdo de los caídos en los atentados, que contará con dos piscinas rectangulares en el lugar exacto donde se levantaban las Torres Gemelas y con la misma dimensión de la planta de los rascacielos. En ese espacio estarán inscritos en bronce los nombres de las 2.983 víctimas de la masacre.

Se espera que la culminación total de las obras se registre en 2016. Sin embargo el plan de obras podría tener modificaciones. Hasta el momento ya se generaron algunos retrasos. Este año hubo una huelga de trabajadores de la obra, que paralizó las actividades por una disputa sobre sus contratos laborales con la empresa gestora del proyecto. Esta medida afectó las obras de la nueva terminal de transportes, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava, y los trabajos en la Torre 1.

El precio de la memoria
Los encargados del proyecto estiman que la reconstrucción de la Zona Cero costará unos US$ 2.000 millones. Sin embargo el costo que insume la realización del Memorial que se inaugurará el próximo 11 de setiembre fue el punto de controversia.

En 2009 la Autoridad Portuaria de Nueva York le reclamó a la dirección del memorial que asumiera parte de los costos de la construcción que ascienden a US$150 millones. Ante eso, la Fundación del World Trade Center (creada en 2005 para supervisar la rehabilitación de la Zona Cero) declaró no tener fondos para costear el proyecto.