A la Intendencia de Montevideo (IMM) le molestó el informe que realizaron inspectores del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) sobre el vertedero municipal de Felipe Cardoso. Pero a la Asociación de Inspectores de Trabajo del Uruguay (AITU) le molestaron aún más las declaraciones del director de Limpieza de la intendencia, Néstor Campal.
Campal había dicho a El Observador que el informe sobre las condiciones laborales en el lugar de depósito final de residuos contiene una "serie de sandeces" y fue "fruto de una persona que realmente no tiene la mejor idea de lo que está hablando". Los inspectores de trabajo calificaron esas declaraciones como "desafortunadas, improcedentes e injuriosas".
"En cada actuación inspectiva se siguió al pie de la letra el procedimiento administrativo y las directivas jerárquicas", expresaron en un comunicado enviado a El Observador.
Los inspectores consideraron que Campal "denostó públicamente" a quienes realizaron la inspección. El informe publicado días atrás por El País critica el hecho de que el vertedero no está impermeabilizado, por lo que se genera "contaminación de la tierra, de las aguas superficiales y de las aguas subterráneas a través del lixiviado", y que existe riesgo sanitario para los trabajadores, entre otras cosas.
La IMM pretende capacitar a los técnicos del MTSS para que conozcan la normativa de disposición de residuos. Lejos de parecerle una buena idea, los inspectores consideraron la propuesta un insulto más hacia su trabajo. "De la misma forma que el señor Campal invita a los funcionarios del ministerio a conocer la normativa municipal, nos permitimos invitarlo también a compartir la normativa que ampara los derechos a la seguridad y salud de los trabajadores", manifestaron.
Pero la molestia de los jerarcas de la IMM llegó directamente al ministro de Trabajo, Ernesto Murro. El intendente de Montevideo, Daniel Martínez, dijo a El Observador que de dos informes que se realizaron uno "era un disparate".
"Lo hablamos con el ministerio. La persona que fue no tenía idea de cómo funcionaba (un vertedero) y puso cualquier cosa, pero no creo que haya habido mala intención", sostuvo.
Martínez afirmó que el resultado del informe fue "un malentendido" y que, incluso, el ministerio aceptó que la IMM tenía razón. "La persona que fue se entusiasmó, le habrá comentado cosas gente que no tiene datos, y bueno...", dijo.
En las diferentes etapas que implica una inspección trabajan abogados, técnicos en prevención de accidentes laborales e ingenieros, entre otros.
El presidente de AITU explicó a El Observador que existen dos tipos de inspecciones, de acuerdo a lo que se vaya a inspeccionar: condiciones generales de trabajo, que se encarga de verificar los aportes de las empresas por sus empleados, por ejemplo, y condiciones ambientales –la que se realizó en el vertedero de la IMM– que se encarga de analizar si existen riesgos para la salud de los trabajadores. La inspección ambiental implica hacer un relevamiento de las condiciones de seguridad de los empleados en el lugar donde se encuentran trabajando y con qué implementos de seguridad cuentan. Una vez que finaliza la parte inspectiva, le toca el turno a la división jurídica que evalúa las medidas a tomar.
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