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Obama cambia la estrategia en Afganistán y mantiene tropas
Los militares no se retirarán en 2016 como estaba previsto, segurián hasta después de 2017
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16 de octubre de 2015 a las 05:00
Después de meses de consultas, el presidente estadounidense Barack Obama decidió hacer un nuevo cambio en su política exterior y, en contradicción con lo que había anunciado el año pasado, mantendrá a sus tropas en Afganistán durante más tiempo. En lugar de 2016, la retirada ahora se planea para después de 2017.
La guerra afgana lleva más de 14 años de desarrollo y obligó a varios cambios estratégicos. Lejanos resultan aquellos días de mediados de 2008 cuando, en plena campaña por la Presidencia, Obama prometía un refuerzo de 10.000 hombres para terminar de una vez con el conflicto.
El conflicto no tuvo el final rápido que esperaba y el presidente debió cambiar sus planes para anunciar, a comienzos de 2014, que el retiro de los 10.000 hombres que quedaban en el terreno sería en 2016. Según indicó en ese momento, los uniformados se dedicarían especialmente a tareas de formación de las tropas afganas, y luego de 2016 quedarían apenas unos 1.000 estadounidenses en aquél país.
Pero ayer, y después de meses de evaluaciones con su equipo de seguridad y con las autoridades del país asiático, el presidente anunció la nueva estrategia: la fuerza actual de 9.800 efectivos se quedará hasta fines de 2016 y bajará a unos 5.500 recién a comienzos de 2017.
"No permitiré que Afganistán sea usado como refugio de terroristas para que ataquen nuevamente a nuestro país”, Barack Obama, presidente de Estados Unidos
Los que queden en el terreno seguirán enfocados en lo mismo que hasta ahora: entrenamiento de las fuerzas afganas, con especial énfasis en contraterrorismo. Además, mantendrán las operaciones de vigilancia con drones y los escuadrones especialmente capacitados para acabar con grupos terroristas que podrían perpetrar ataques en EEUU.
"Las fuerzas afganas no son todavía tan fuertes como deberían", admitió Obama durante una conferencia en la Casa Blanca, en la que dijo también que la situación de seguridad en ese país sigue siendo "muy frágil".
"No apoyo la idea de una guerra sin fin", puntualizó el presidente al defender su decisión. Sostuvo que este "ajuste" de la retirada puede contribuir a consolidar "el difícil progreso" que está realizando ese país en materia de seguridad.
Detalló que los talibanes lograron avances especialmente en las zonas rurales, y pueden lanzar ataques mortíferos en ciudades como Kabul.
Según puntualizó, la decisión se tomó a raíz de un planteo del presidente afgano Ashraf Ghani, que solicitó un aplazamiento en la retirada de los estadounidenses debido a la falta de madurez de las tropas afganas.
La decisión llega también después de que se comprobara el fracaso de las tropas iraquíes entrenadas por EEUU, que se rinden ante el avance del Estado Islámico en aquél país.
Al parecer, en Afganistán también hay estragos entre los combatientes, pero en otro sentido. De acuerdo con un alto mando militar que dialogó con el Washington Post, el ejército afgano está sufriendo "un ritmo insostenible de muertes", al tiempo que pierden terreno ante los talibanes.
"La decisión fue considerada durante meses", reveló a ese mismo medio una fuente del gobierno. "Obviamente, tuvimos en cuenta la situación de seguridad del país".
El despliegue comenzó el pasado lunes con el envío de unos 90 soldados a Camerún “con el consentimiento” del gobierno de ese país, según la carta de Obama.
El personal militar estadounidense en Camerún realizará operaciones de vigilancia, inteligencia y reconocimiento en la región, y permanecerá allí “hasta que su apoyo ya no sea necesario”, precisó Obama.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, detalló que este despliegue es parte de “una estrategia más amplia” de EEUU para colaborar con varios países africanos en la lucha contra Boko Haram y otros grupos extremistas.
Según Earnest, los soldados enviados a Camerún no estarán “en rol de combate” y únicamente llevan armamento “para su propia seguridad”.
En lo que va de 2015, Boko Haram ha matado a más de 2.400 personas en Nigeria, Chad, Camerún y Níger, a pesar de la creciente presión militar de los países de la región del lago Chad.
Desde febrero pasado, una fuerza multinacional combate a Boko Haram en el noreste de Nigeria y las zonas fronterizas con Chad, Camerún y Níger.
En julio de este año, durante su gira por Kenia y Etiopía, Obama aseguró que Estados Unidos seguirá apoyando a los países africanos que luchan “contra el terror” con entrenamiento y apoyo logístico para contribuir a mejorar las fuerzas de paz de la Unión Africana.
La guerra afgana lleva más de 14 años de desarrollo y obligó a varios cambios estratégicos. Lejanos resultan aquellos días de mediados de 2008 cuando, en plena campaña por la Presidencia, Obama prometía un refuerzo de 10.000 hombres para terminar de una vez con el conflicto.
El conflicto no tuvo el final rápido que esperaba y el presidente debió cambiar sus planes para anunciar, a comienzos de 2014, que el retiro de los 10.000 hombres que quedaban en el terreno sería en 2016. Según indicó en ese momento, los uniformados se dedicarían especialmente a tareas de formación de las tropas afganas, y luego de 2016 quedarían apenas unos 1.000 estadounidenses en aquél país.
Pero ayer, y después de meses de evaluaciones con su equipo de seguridad y con las autoridades del país asiático, el presidente anunció la nueva estrategia: la fuerza actual de 9.800 efectivos se quedará hasta fines de 2016 y bajará a unos 5.500 recién a comienzos de 2017.
"No permitiré que Afganistán sea usado como refugio de terroristas para que ataquen nuevamente a nuestro país”, Barack Obama, presidente de Estados Unidos
Los que queden en el terreno seguirán enfocados en lo mismo que hasta ahora: entrenamiento de las fuerzas afganas, con especial énfasis en contraterrorismo. Además, mantendrán las operaciones de vigilancia con drones y los escuadrones especialmente capacitados para acabar con grupos terroristas que podrían perpetrar ataques en EEUU.
"Las fuerzas afganas no son todavía tan fuertes como deberían", admitió Obama durante una conferencia en la Casa Blanca, en la que dijo también que la situación de seguridad en ese país sigue siendo "muy frágil".
"No apoyo la idea de una guerra sin fin", puntualizó el presidente al defender su decisión. Sostuvo que este "ajuste" de la retirada puede contribuir a consolidar "el difícil progreso" que está realizando ese país en materia de seguridad.
Detalló que los talibanes lograron avances especialmente en las zonas rurales, y pueden lanzar ataques mortíferos en ciudades como Kabul.
Según puntualizó, la decisión se tomó a raíz de un planteo del presidente afgano Ashraf Ghani, que solicitó un aplazamiento en la retirada de los estadounidenses debido a la falta de madurez de las tropas afganas.
Retrocesos
El anuncio llega unas semanas después de la toma de los talibanes de la ciudad de Kunduz, en su mayor victoria militar desde la invasión de 2001. En este contexto es que las tropas estadounidenses bombardearon un hospital de Médicos Sin Fronteras ubicado en esa zona, algo que el mundo condenó y pidió que se investigara independientemente.La decisión llega también después de que se comprobara el fracaso de las tropas iraquíes entrenadas por EEUU, que se rinden ante el avance del Estado Islámico en aquél país.
Al parecer, en Afganistán también hay estragos entre los combatientes, pero en otro sentido. De acuerdo con un alto mando militar que dialogó con el Washington Post, el ejército afgano está sufriendo "un ritmo insostenible de muertes", al tiempo que pierden terreno ante los talibanes.
"La decisión fue considerada durante meses", reveló a ese mismo medio una fuente del gobierno. "Obviamente, tuvimos en cuenta la situación de seguridad del país".
Despliegan tropas en Camerún para combatir a Boko Haram
En una carta al Congreso, Barack Obama reveló que comenzó el envío de hasta un máximo de 300 militares estadounidenses a Camerún, desde donde pretende controlar los avances del grupo terrorista Boko Haram, que opera principalmente en Nigeria.El despliegue comenzó el pasado lunes con el envío de unos 90 soldados a Camerún “con el consentimiento” del gobierno de ese país, según la carta de Obama.
El personal militar estadounidense en Camerún realizará operaciones de vigilancia, inteligencia y reconocimiento en la región, y permanecerá allí “hasta que su apoyo ya no sea necesario”, precisó Obama.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, detalló que este despliegue es parte de “una estrategia más amplia” de EEUU para colaborar con varios países africanos en la lucha contra Boko Haram y otros grupos extremistas.
Según Earnest, los soldados enviados a Camerún no estarán “en rol de combate” y únicamente llevan armamento “para su propia seguridad”.
En lo que va de 2015, Boko Haram ha matado a más de 2.400 personas en Nigeria, Chad, Camerún y Níger, a pesar de la creciente presión militar de los países de la región del lago Chad.
Desde febrero pasado, una fuerza multinacional combate a Boko Haram en el noreste de Nigeria y las zonas fronterizas con Chad, Camerún y Níger.
En julio de este año, durante su gira por Kenia y Etiopía, Obama aseguró que Estados Unidos seguirá apoyando a los países africanos que luchan “contra el terror” con entrenamiento y apoyo logístico para contribuir a mejorar las fuerzas de paz de la Unión Africana.
