Obama y Cameron llamaron a Macri para recomenzar

En lo que ya se vislumbra como una nueva etapa en las relaciones internacionales de Argentina, los presidentes de Estados Unidos y de Gran Bretaña llamaron al recién electo Mauricio Macri para saludarlo por su triunfo.

Los dos países han mantenido disputas con el gobierno encabezado por Cristina Fernández. El primero, por los ahorristas que en Argentina llaman "fondos buitre" y el segundo, por la soberanía de las islas Malvinas.

Según indicaron a La Nación allegados a Macri, el diálogo con Barack Obama duró unos 15 minutos y fue "muy bueno". Coincidieron en la necesidad de mejorar el vínculo comercial (interrumpido por sanciones de Washington) y el estadounidense indicó que trabajarán juntos en asuntos de energía, cambio climático, lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

Ayer tuvo lugar la llamada de David Cameron, según anunció el gobierno británico en un comunicado. Lo felicitó por la victoria y ambos "coincidieron en que se trata de una oportunidad para fortalecer relaciones y desarrollar los lazos comerciales y de inversión existentes".

"Reconociendo las diferencias entre ambos países, los dos líderes coincidieron en la necesidad de seguir un camino de diálogo abierto y trabajar para una asociación más fuerte", prosiguió el vocero.
Cameron le ofreció apoyo a Macri para su programa de reformas y abogó por concluir "lo antes posible" el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea.

Por el contrario, desde Venezuela reaccionó el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, quien llamó a Macri "fascista".

El argentino indicó que cuando asuma propondrá que los países del Mercosur sancionen al gobierno de Nicolás Maduro por la falta de garantías democráticas.
"A usted lo eligieron presidente argentino. Deje quieto al presidente de Venezuela. No se meta con nosotros. Nosotros no nos metemos con nadie, pero no dejamos que nadie se meta con nosotros, señor Macri", amenazó Cabello.

Kirchneristas apuran más de 80 proyectos

El kirchnerismo impuso su mayoría parlamentaria para debatir y sacar adelante más de 80 proyectos de ley antes del relevo presidencial del 10 de diciembre. La oposición criticó y se retiró del recinto, pero el cuórum oficialista igual alcanzó. "No estamos dispuestos a ser partícipes de una sesión que trate de rodear al gobierno electo de decisiones cuando han perdido la legitimidad electoral", dijo a los medios el diputado Mario Negri, de la Unión Cívica Radical. Entre los proyectos que el oficialismo pretende aprobar, hay una iniciativa que afecta a la explotación minera en la provincia de Santa Cruz, cuna del kirchnerismo que gobernará a partir de diciembre Alicia Kirchner, cuñada de la presidenta. Según Negri, el plan supone un desembolso "de unos US$ 518 millones que no están en el Presupuesto" de 2016.